Los contagios por coronavirus en las residencias de mayores se han duplicado en la primera semana de enero respecto a los últimos días de diciembre de 2021. Sin embargo, se trata de un número que se desvincula del resto de oleadas anteriores.

La pauta de vacunación completa y la implementación de dosis de refuerzo han conseguido mantener a raya la explosión de casos graves y, sobre todo, las muertes por el virus. Según la agencia EFE, la mortalidad ha bajado hasta el 5,14% respecto al 16,87% registrado al inicio de la pandemia.

Si bien es cierto que la faceta más dura de la enfermedad se mantiene controlada, ello no significa que las cifras se mantengan en la misma posición. El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) ha señalado un incremento en el número de fallecidos hasta 79 en la primera semana de 2022, frente a los 50 de la semana anterior. Nueve de ellos fueron en Catalunya, la región que concentra mayor número; ocho en Aragón y siete en la Comunidad de Madrid. Se trata de las regiones que más fallecimientos en residencias han acumulado.

Sin embargo, los datos recogidos en el balance que ha publicado este viernes la entidad pública se alejan mucho del número de fallecidos en la primera semana de enero de 2021, cuando se notificaron 360 muertes, o al finalizar el mes: 788 fallecidos por covid. 

En cuanto al número de contagios, el Imserso ha registrado durante la primera semana de enero 7.270 personas positivas de covid, frente a las 3.647 al cierre de 2021, lo que evidencia el impacto de la variante ómicron también en las residencias de mayores. En los centros residenciales de mayores con positivos hay un promedio de 6,8 casos por brote en esta semana de enero.

Más contagios entre el personal que en los residentes

La mayoría de los ancianos infectados cuentan con síntomas leves debido a la menor gravedad de la enfermedad con la variante ómicron y en especial, al papel de las terceras dosis, que han conseguido frenar el aspecto más mortífero del virus. No obstante, en medio de una crisis sanitaria en la que la atención hospitalaria se encuentra en su peor momento, el número de contagios entre el personal sanitario en las residencias de mayores se ha disparado y ha acrecentado el temor de los directores de los centros, debido a las posibles bajas laborales y el obstáculo que supondría en la falta de personal para cubrir dichas bajas.