El ​Consejo General de Colegios Médicos apoya los vientres de alquiler sin ánimo de lucro. Así lo refleja por primera vez su nuevo código deontológico. El documento, aprobado en la asamblea general de facultativos el pasado 17 de diciembre, surge para "adaptar el marco ético de la profesión a la realidad social" y llega a Congreso en el momento oportuno, justo un día después de que la actriz Ana Obregón haya comprado un bebé en Miami (Estados Unidos).

Aunque en su artículo 65.1 el texto rechaza los "embarazos por sustitución" con intercambio económico porque considera que la "comercialización" del cuerpo de la mujer "vulnera su dignidad", el segundo apartado reconoce que los vientres de alquiler altruistas no son contrarios a los principios médicos. Si bien la institución insiste en la necesidad de preservar el "interés superior del menor", bajo el control de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida. Un caso de este tipo sería aquel en el que una mujer acepta gestar un hijo para otra persona con la que comparte lazos de amistad o parentesco de manera gratuita.

De esta forma, la organización médica colegial, que llevaba sin renovar su declaración de principios desde 2011, se adelantó al cambio de rumbo que ha dado recientemente el Partido Popular (PP) sobre la regulación del alquiler de vientres. A raíz del polémico nacimiento de la hija de Obregón, la portavoz del PP en la cámara baja, Cuca Gamarra, se ha inclinado por discutir en un debate profundo y sereno la posible regulación de la también llamada gestación subrogada, pero con la "línea roja" de que no haya transacción económica. Un giro de volante que le hace acercarse a la posición de Ciudadanos, único partido que en los últimos años la ha defendido de forma directa.

Se oponen al aborto 

Por otra parte, el Consejo médico reafirma su rechazo al aborto y la eutanasia, pese a que se trata de conquistas sociales recién adquiridas, tras años y años de lucha social. Tal y como establece el artículo 38.4, el facultativo "no deberá provocar ni colaborar intencionadamente en la muerte del paciente", aunque no niega el uso de paliativos en fases terminales si se tiene consentimiento expreso.

En la misma línea, apunta que el ser humano representa "un fin en sí mismo", desde la concepción hasta la muerte, y señala como deber la protección del "concebido" y "no nacido". También establece que los médicos pueden informar "libremente" de los problemas derivados del aborto o de sus consecuencias. Con todo, y aunque opten por la objeción de conciencia, gracias a las garantías de la nueva ley del aborto, ninguno queda eximido de informar sobre los derechos que el Estado otorga a todas las mujeres en esta materia.