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Bioimplante infarto Un hospital barcelonés realiza el primer bioimplante para reparar el tejido del corazón después de un infarto

Un parche de células madre con la capacidad de reducir de forma significativa el tamaño real del infarto se ha colocado por primera vez a nivel mundial a un paciente, que evoluciona de forma muy favorable. 

Vista del Hospital Germans Trias y Pujol de Badalona. WIKIMEDIA

europa press

Un equipo del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), conocido como Can Ruti, ha tratado con éxito de forma pionera a un paciente con un nuevo bioimplante para reparar el tejido del corazón después de un infarto, ha informado este martes el centro en un comunicado.

El desarrollo del bioimplante, basado en células madre de cordón umbilical, es del grupo de investigación en Enfermedades Cardiovasculares del Germans Trias (Icrec) en colaboración del Banco de Sangre y Tejidos (BST) y el Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC).

Cuando se produce un infarto de miocardio, el corazón pierde fuerza para latir a causa de la muerte de las células del área lesionada, que han dejado de recibir sangre desde las arterias coronarias, un hecho que, en función de la gravedad, puede condicionar la capacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.

El Hospital Germans Trias i Pujol trasladó en mayo a la clínica una nueva terapia, que por primera vez ha fijado un bioimplante de células madre -formado por pericardio humano descelularizado y enriquecido con células madre mesenquimales- directamente en el corazón de un paciente.

Se trata de la primera intervención quirúrgica a nivel mundial de estas características

Se trata de la primera intervención quirúrgica a nivel mundial de estas características y es necesario seguir el procedimiento de evaluación de su seguridad, en una terapia a medio camino entre la cirugía convencional y el trasplante de órganos.

El primer paciente intervenido, a quien se hace el seguimiento desde el Servicio de Cardiología del hospital, evoluciona de forma muy favorable y los primeros resultados mediante resonancia magnética muestran una reducción en el tamaño de la cicatriz del infarto a los tres meses postimplantación.

Anteriormente, los estudios preclínicos en el modelo de cerdo había demostrado que este tipo de bioimplante tenía la capacidad de reducir de forma significativa el tamaño real del infarto, y en 2013, los investigadores habían demostrado la capacidad de estas células madre para formar pequeños vasos sanguíneos en el área infartada del corazón de en ratones y reoxigenarla.

El bioimplante, bautizado como PeriCord, consiguió su aprobación definitiva a finales de 2018 para el uso en humanos por parte de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, y se elabora en las salas blancas de terapia avanzada del BST.

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