MADRID
Actualizado:Un grupo criminal, ya desarticulado por el Seprona de la Guardia Civil, logró al menos 25 millones de euros de beneficio en un año con la comercialización ilegal de atún rojo, capturado de forma ilícita en aguas de Malta e Italia.
Es el resultado de la Operación Tarantelo, coordinada por Europol. Un trabajo de un año de investigaciones que se ha saldado con la detención de 79 personas (todas españolas), la incautación de 80.000 kilos de atún rojo de procedencia ilícita y el registro de medio centenar de empresas y domicilios.
Así lo han puesto de manifiesto responsables del Seprona, de Europol y de la Secretaría General de Pesca en una rueda de prensa para dar cuenta de los detalles de la operación contra la comercialización ilegal de atún rojo y denominada así porque así se llama una parte del vientre de este pez. Una investigación que no sólo ha desarticulado una red de comercio ilegal, sino que ha puesto fin a un problema de salud pública.
Fiebres, alteraciones gastrointestinales y taquicardias, a veces de tal gravedad que requieren ingreso hospitalario, son las posibles consecuencias derivadas de romper la cadena de frío, la trazabilidad, en la conservación del atún rojo pescado y comercializado ilegalmente. "No buscábamos un delito contra la seguridad alimentaria, pero salió", subraya un agente antes de explicar que fue la intoxicación de un hombre que tuvo que ser hospitalizado el origen de esa segunda parte de la investigación que trascendía el delito de pesca ilegal.
No es la primera vez que los agentes del Seprona de la Guardia Civil tienen constancia de casos de intoxicación por consumo de atún conservado en malas condiciones higiénico-sanitarias, pero la Operación Tarantelo volvió a encender las alarmas.
Adelantar la operación para evitar intoxicaciones
Tanto es así, según han relatado a Efe fuentes de la investigación, que se adelantó la "explotación" de la operación tras comprobar que una persona había estado hospitalizada por grave intoxicación.
Al adelantar la fase de "explotación", la Guardia Civil quiso evitar que se produjeran más casos de intoxicación y "obligar" a las empresas comercializadoras a desprenderse del atún que no estaba perfectamente conservado.
El hombre, que estuvo ingresado en un hospital de Asturias, había consumido atún rojo comprado en Sevilla. También su mujer, pero ella no resultó afectada. Afortunadamente, añaden las fuentes, no comió su hijo, ya que las consecuencias son más graves en consumidores de edad avanzada y en niños.
Si por cada kilo se obtenía cinco euros, de beneficios, el grupo criminal habría obtenido unos 12,5 millones ilegalmente
La operación se ha llevado a cabo en doce provincias: Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Málaga, Cádiz, Sevilla, Huelva, Toledo y Madrid. Además de las 80 toneladas de producto, los agentes también se han incautado de cerca de medio millón de euros en efectivo, vehículos de alta gama, joyas valoradas en más de 600.000 euros y documentación que se está analizando y que corresponde a la actividad del grupo en los últimos tres años.
Según se comprobó en la investigación, los atunes rojos se pescaban en aguas de Malta e Italia y eran transportados hasta España, bien por el aeropuerto de Madrid (en este caso las capturas legales), bien por puertos hasta Francia y después por carretera en camiones hasta el Levante.
Las empresas implicadas aprovechaban la parte legal de su actividad para introducir atunes pescados ilegalmente. Y lo hacían amparándose en facturas y otros documentos que se correspondían con la compra legal de estos animales, procedentes la mayoría de los casos de granjas autorizadas.
El teniente coronel Jefe de operaciones de Seprona, Jesús Gálvez, ha explicado que por el aeropuerto madrileño entraban desde Malta 1.250.000 kilos con documentación legal, mientras que el que se comercializaba en negro doblaba esa cantidad. Si por cada kilo se obtenía un beneficio mínimo de 5 euros, este grupo criminal habría obtenido ilegalmente unos 12,5 millones de euros. Mientras, según los datos provisionales de lo analizado hasta ahora, en los cinco primeros meses de este año llegó de forma ilegal a España medio millón de toneladas de atún rojo procedente de Italia, con una ganancia ilícita de otros 12,5 millones de euros.
Romper la cadena de frío
El jefe de Operaciones del Seprona ha insistido en que en muchas ocasiones se rompía la cadena de hielo, los atunes no eran conservados debidamente, las proteínas se degradaban y se acumulaban las histaminas, que subían más de lo permitido.
De este modo, comerlo en ese estado puede provocar intoxicaciones, como la que sufrió un hombre que consumió atún comprado en Sevilla y que tuvo que ser hospitalizado.
Las capturas ilegales se esconden incluso atadas en la parte inferior del barco y bajo el agua
Para que el atún llegue a puerto en perfecto estado debe ser congelado en el propio barco como mínimo a 18 grados bajo cero, aunque consumidores tan exigentes como el cliente japonés sólo lo acepta si se ha conservado a 60 grados bajo cero.
Si la congelación se realiza a temperatura superior a los 18 grados -generalmente a 9 grados bajo cero-, el atún ya solo puede destinarse a conserva y no a la venta de fresco-congelado.
Pero en el caso de las capturas ilegales, esto no se cumple. Por el contrario, incumplir la normativa conlleva un doble beneficio: el obtenido por el ahorro de la congelación y el conseguido por venderlo a precio muy superior como fresco cuando solo sirve para conserva.
Cuando el atún rojo es pescado de forma ilícita, las condiciones de conservación dejan mucho que desear. Así, mientras las capturas legales (nunca mayores al cupo establecido) que se transportan en la bodega del barco cumplen toda la normativa, las ilegales se esconden, incluso atadas en la parte inferior de la embarcación y bajo el agua.
Varias muestras del atún investigado contenían 8.000 miligramos de histamina por kilo, cuando no debe superar los 200
Y eso en el mejor de los casos, porque el atún ilegal procedente de Italia puede pasar cuatro, cinco e, incluso, siete días en camiones, transportado hasta España por carretera, sin eviscerar, con poco hielo... Es decir, en pésimas condiciones.
¿Qué ocurre en estos casos? Las fuentes consultadas lo explican. Las proteínas del atún se degradan poco a poco, lo que da lugar a la concentración de histaminas, que son las que provocan las intoxicaciones.
Hay margen de tolerancia de histaminas en el pescado y en el caso del atún un índice de entre 100 y 200 miligramos por kilo estaría dentro de lo permitido. Pero las muestras del atún investigado en la Tarantelo llegaron a dar resultados tan alarmantes como de 8.000 miligramos por kilo. Hasta siete muestras dieron tasas elevadas de histamina.
No es posible saber la cifra de afectados, pero ya en septiembre del año pasado, la Guardia Civil investigó a siete personas por un delito contra la salud pública después de que 105 personas resultaran intoxicadas por histamina tras consumir atún.
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