Brittney Lewis, una exmodelo estadounidense, ha acusado al famoso ilusionista David Copperfield de haberla drogado y violado en el año 1988 tras un espectáculo cuando ella tenía tan solo 17 años.

Según el relato de la modelo, ambos se conocieron durante un certamen de belleza
en el que ella participaba y él ejercía de jurado. Una vez finalizado el concurso, se intercambiaron los números de teléfono y él le invitó a uno de sus shows que se realizaba en una ciudad distinta a la que ella vivía.

Lewis, que ahora tiene 40 años, asegura que viajó de Utah hasta California, donde tanto Copperfield como su equipo le trató muy bien, hasta que se encontró a solas con el mago en su habitación del hotel. Según el relato de la modelo al medio estadounidense The Wrap,  Copperfield echó algo en su copa y ella se quedó en estado de semiconsciencia. "Recuerdo que me quitó la ropa" y después "me estaba besando en la cara y luego recuerdo que comenzó a hundirse en mi cuerpo con su rostro", recordó, "y luego, tan pronto como empezó a bajar, me desmayé por completo".

Estas acusaciones no podrán ser juzgadas ya que han prescrito (han pasado 30 años), aunque Lewis aseguró al medio que no tenía intención de demandarlo.  El motivo de la modelo de acudir al FBI y contar su historia es ayudar a otras mujeres que puedan haber pasado por la misma situación.

Por su parte, Copperfield publicó un mensaje en Twitter poco después de trascender la noticia diciendo que "el movimiento #MeToo es crucial y debe ser duradero",  y alababa el poder de esa campaña para "empoderar a las víctimas de abuso sexual",  en el que también recuerda que en el pasado había sido acusado falsamente. "Así que mientras paso otra tormenta, quiero que el movimiento siga floreciendo ", afirma el mago.