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Zapatero busca un pacto en Justicia y Rajoy contraataca con economía

El presidente recomienda al líder del PP llegar al encuentro del día 23 con los 'deberes hechos' 

PÚBLICO / M. J. G.

Hechos. 'Deberes hechos', porque el diálogo está bien, aseguró el presidente del Gobierno ayer en París, pero en estos momentos, hay una agenda 'perentoria, prioritaria', que es llegar a un acuerdo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), poder establecer unas bases comunes en materia de justicia y renovar el Tribunal Constitucional (TC).

José Luis Rodríguez Zapatero hizo estas declaraciones minutos antes de asistir al desfile de la Fiesta Nacional de Francia en la capital del país, invitado por su presidente Nicolas Sarkozy, un día después de haber asistido también en París a la Cumbre euromediterránea, informa Efe.

La idea de Mariano Rajoy, sin embargo, es la de acudir con una estilográfica para firmar un gran pacto ante la crisis económica con el jefe del Ejecutivo y dejar en un segundo plano los demás temas, incluido en de la renovación de los órganos judiciales, pero zapatero no está por la labor.

 

Algunas [iniciativas, en referencia al CGPJ y TC] llevan esperando mucho tiempo y no hay razones para ello. Yo creo que es bueno que podamos llegar a un acuerdo, como será lógicamente positivo que el clima de entendimiento en torno a la lucha contra el terrorismo lo preservemos como un bien a cultivar y a garantizar porque sé que los ciudadanos es lo que desean', añadió el presidente. Del mismo modo, el jefe del Ejecutivo se refirió a la evolución de la economía, el terrorismo -al que otorga asimismo un lugar importante para la reunión- la inmigración y la financiación autonómica como temas a incluir en su encuentro con Rajoy de la semana que viene.

La fecha del 23 de julio llega muy tarde, pues el presidente del Gobierno se fijó, como una de sus primeras acciones si ganaba las elecciones por segunda vez, una reunión con el líder de la oposición -que entonces no estaba nada claro que fuera a ser Rajoy si perdía otra vez unas elecciones generales-. Pero el gallego ganó y su partido sufrió una profunda crisis, de la que todavía renquea, así que en Moncloa se hartaron de decir que la pelota estaba en el tejado de Mariano Rajoy y que, cuando él quisiera, Zapatero le abriría las puertas del palacio presidencial, aunque eran conscientes de que, hasta que se celebrase el XXVI Congreso del PP y Rajoy fuese ratificado por sus compromisarios no habría reunión.

Mientras tanto, sin embargo, la mano derecha del presidente del partido conservador, Soraya Sáez de Santamaría, sufría el veto de sus propios compañeros como portavoz del PP en el Congreso y no logró alcanzar un acuerdo en materia judicial con su homólogo socialista José Antonio Alonso. Especialmente duro con Sáenz de Santamaría fue Ignacio Astarloa, el portavoz parlamentario de Justicia, que optó por dimitir cuando Rajoy fue reelegido. Más claro, agua.

Ahora, sólo la reunión al más alto nivel de los dos máximos líderes de los principales partidos con representación parlamentaria, PSOE y PP, parece poder desbloquear lo que ya parece esa rara enfermedad de deportistas llamada osificación del tendón de Aquiles.

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