Los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social del mes de abril son una prueba de que "la reforma laboral funciona". Así lo ha defendido este miércoles la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante un desayuno informativo organizado por Europa Press.

"Queda mucho por hacer, pero hemos demostrado en un tiempo récord que la reforma laboral funciona", ha asegurado Díaz, tras conocerse que el paro ha descendido en abril en más de 86.000 personas y que la mitad de los contratos firmados son ya indefinidos.

La simplificación contractual que recoge la norma parece haber disparado de esta manera la contratación indefinida y parece haber puesto coto a una temporalidad que en España era un mal endémico del mercado laboral.

"Lo más positivo de los datos es que con la reforma laboral estando en vigor 100 días, aunque la vacatio legis que contiene hace que llevemos escasamente un mes de aplicación, los datos son espectaculares. Esto no es pequeña cosa, es cambiar el paradigma del mercado de trabajo en nuestro país", ha explicado la titular de Trabajo.

La ministra ha puesto en valor otra de las medidas que contiene la norma: la eliminación del contrato por obra y servicio determinado y su transición hacia los contratos fijos discontinuos en sectores estacionales, como el campo. 

"Hemos entendido que había un contrato que es de naturaleza estable y que apenas se usaba, el fijo discontinuo. Es el contrato que mejor puede atender a las necesidades estacionales de nuestro país y combinarlo con el mantenimiento de los derechos de los trabajadores", ha asegurado.

"Los partidos tienen que acercarse a la buena política"

Díaz también ha avanzado algunas cuestiones de la agenda que maneja el Ministerio de Trabajo y de las reformas que quiere acometer próximamente. Ha hablado, por ejemplo, del estatuto del becario que se negocia en el diálogo social entre sindicatos y patronales, y ha vaticinado que su combinación con la nueva ley de formación profesional aprobada por el Ministerio de Educación va a lograr dar respuesta a buena parte del impacto sufrido en España por el fenómeno estadounidense de 'La gran dimisión' (empleados que han renunciado a su trabajo durante la pandemia).

En este sentido ha anunciado que va a convocar a los agentes sociales para abordar este fenómeno, aunque su impacto en España, ha recordado, es menor que en otros países (un 0,7% de vacantes frente a más de un 2% de la media europea y de casi un 4% en países como Alemania).

Díaz también se ha referido a reformas pendientes como la ley de los usos y el tiempo (que contemplaría una bolsa de horas que el trabajador administraría con el empleador en función de acuerdos), la actualización del Estatuto de los Trabajadores, sobre todo en materia de digitalización y la "democratización de las empresas".

En este último caso, la vicepresidenta segunda ha puesto el ejemplo de empresas como Navantia, en cuyo consejo de administración hay representación de los trabajadores. "La democracia tiene que llegar al mundo empresarial para mejorar la productividad y las condiciones de vida del trabajo. Hay ejemplos de empresas públicas, como Navantia, que tienen en sus consejos de administración a trabajadores. Nadie quiere más a su empresa que un trabajador o trabajadora. Vamos a avanzar en estas cuestiones", ha explicado.

La vicepresidenta segunda ha dedicado parte de su intervención a hablar de la situación política del país y del proyecto que quiere configurar. Ha vuelto a explicar que retomará su proceso de escucha "en cuanto sea posible", y que tras ese proceso estará "en condiciones" de despejar la incógnita sobre si será candidata en las próximas elecciones generales.

Díaz a mandado un recado a las organizaciones políticas, a las que ha instado a modernizarse: "Los partidos son imprescindibles para la democracia, pero tienen niveles de mejora intensos. Los partidos han de modernizarse, acercarse a la buena política, que no es el partidismo, es mejorar la vida de la gente".

Ha pedido huir de "elecciones binarias" para avanzar hacia "las elecciones mixtas": "El diálogo funciona, estoy dispuesta a dialogar. No soy pura, no tengo miedo a conversar con alguien que no piense como yo", ha explicado. 

"La lección de Francia es profunda. No le podemos decir a nuestro país que la elección es entre Macron y Le Pen, vamos con demasiado riesgo. El futuro de mi país es decirle a jóvenes y mayores que se dan la mano que el futuro de este país son los derechos humanos y la democracia", ha concluido la vicepresidenta segunda.