El proceso de escucha a la sociedad de Yolanda Díaz, de cara a conformar un nuevo sujeto político, no ha comenzado todavía. Pero casi. Y es que el próximo viernes la gallega tendrá que escuchar y mucho. Nada más y nada menos que a una asamblea de 200 delegados sindicales de distintos sectores, como la hostelería, el comercio y la restauración, para exponer la reforma laboral. 

El encuentro será el viernes por la tarde en Barcelona. Antes, durante la jornada, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo visitará la mítica factoría de Seat en Martorell, donde será recibida por el presidente de la empresa, Wayne Griffiths. También mantendrá un encuentro con el equipo de recursos humanos para conversar sobre la reforma laboral y, después, con el comité de empresa intercentros de la automovilística. 

Por la tarde será el acto más potente de la visita a la capital catalana. Díaz participará de una asamblea con 200 sindicalistas organizada para que explique y exponga la reforma laboral pactada con sindicatos (CCOO y UGT) y patronal y que ha de conseguir ser convalidada en febrero en el Congreso.

Hasta ahora, la política gallega no ha conseguido reunir los votos necesarios y está en duda que la medida pueda salir adelante. Mientras que Díaz suda la gota gorda para atraer a la mayoría de la investidura, el PSOE hace ojitos a Ciudadanos, para contar con sus apoyos parlamentarios.

Esta semana, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, visitaba Madrid y mantenía una cena con la vicepresidenta Díaz. Aunque ERC todavía se mantiene en el no a esta reforma laboral, según fuentes del grupo parlamentario capitaneado por Gabriel Rufián, ahora se aviene a negociar. Y en este contexto, la gallega se reunirá con los sindicalistas catalanes.

Más difíciles parecen los votos a favor de EH Bildu. Los independentistas vascos quieren aumentar el número de días de indemnización por despido. También que el rango de negociación colectiva sea autonómico. El cronómetro se acelera, cada vez queda menos para que la vicepresidenta consiga los votos necesarios para sacar adelante la reforma.