MADRID.- El verano ha comenzado a las 18.38 horas de este domingo, pero los prometidos cambios en el Gobierno de Mariano Rajoy singuen sin anunciarse pese a que todos los medios interpretaron que llegarían antes de la temporada estival.

El solsticio ha llegado y el presidente del Gobierno sigue guardando silencio sobre esos cambios que, asegura, no van a modificar las políticas seguidas hasta hora y que serán sólo "cosméticos", de "chapa y pintura", según fuentes de Moncloa.

Las decisiones las tomará "antes de que acabe este mes", es decir, junio, aseguró hace más de una semana, pero el reloj sigue corriendo y la incertidumbre gira alrededor de la mesa del Consejo de Ministros. Cualquiera podría ser sustituido, excepto la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, a quien ya descartó de la quema en declaraciones ante la prensa.
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La vinculación entre PP y Gobierno tras cuatro años de mayoría absoluta de los conservadores llevó a pensar que, cuando Rajoy anunció que los cambios llegarían antes del verano, se producirían al mismo tiempo en Moncloa y en Génova. Pero el jefe del Ejecutivo acometió las reformas de su partido el pasado jueves dejando a su gabinete intacto, por el momento.

La secretaria general del PP,  María Dolores de Cospedal, continuará al frente de su cargo, aunque nombró director de campaña a su hombre de mayor confianza en La Moncloa, Jorge Moragas, director de Gabinete de Presidencia del Gobierno. Carlos Floriano, que ha sido el director de campaña de las autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo, sale de la cúpula del PP para ocupar un cargo en la dirección del Grupo Parlamentario Popular.

Javier Arenas continúa al frente de la Vicesecretaría General responsable de política territorial, pese al varaplo del 24-M, mientras que el joven Pablo Casado pasó a ocupar una Vicesecretaría responsable de la comunicación del PP,erigiéndose en el portavoz del partido. Andrea Levy, dirigente del PP catalán; Javier Maroto, exalcalde de Vitoria, y Fernando Martínez Maíllo, presidente de la Diputación de Zamora (que tendrá que declarar como imputado próximamente) conforman las nuevas incorporaciones a la dirección nacional.

Sin embargo, faltan cambios en el Ejecutivo. El actual ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, era una pieza clave en el nuevo puzzle del PP, pero finalmente se ha quedado fuera de las modificaciones, por lo que no es descartable que Rajoy lo haya reservado para su nuevo Ejecutivo con nuevas funciones.

De momento, silencio. Al presidente, si no quiere incumplir de nuevo más promesas, le quedan nueve días para provocar su propia crisis de Gobierno.