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Tomas falsas de la campaña (29): la temperatura alcanza los 451 Fahrenheit

El mundo de la cultura se rebela contra la censura de la derecha y llama al voto "progresista".

La actriz Ana Belén interpreta a una Julieta madura en la obra ‘Romeo y Julieta despiertan’, de E.L. Petschinka, en el Teatro Clásico de Cáceres, a 9 de junio de 2023.
La actriz Ana Belén interpreta a una Julieta madura en la obra ‘Romeo y Julieta despiertan’, de E.L. Petschinka, en el Teatro Clásico de Cáceres, a 9 de junio de 2023. Carlos Criado / Europa Press

La temperatura en esta inédita, intensa y calurosa campaña electoral ha alcanzado –metafóricamente– en algunos teatros, como en Jaén, un lugar en el que le han recordado esta semana a Ana Belén otros tiempos oscuros, que ella conoció bien, los 451 grados Fahrenheit, que son 232,7 grados centígrados.

Según el autor de la novela homónima –Fahrenheit 451–, Ray Bradbury, a esa temperatura arde el papel y, por tanto, los libros, instrumento por antonomasia de transmisión de cultura.

El protagonista del relato, el bombero Montag, que se rebela contra el sistema represor del que forma parte –y es perseguido por ello–, sería hoy de nuevo un trasunto de todos los ciudadanos que se han levantado en España contra el retorno de la censura, al menos una clase de ella, de la mano de PP y Vox.

El asunto, que ha llegado a grados grotescos en algunos lugares –Úbeda, gobernada por la izquierda, ha recuperado la obra Romeo y Julieta despiertan, protagonizada por Ana Belén y cancelada en Jaén–, ha calentado la campaña electoral.

En todo el país y también en Andalucía, donde estos días los calores retuercen los olivos, los creadores se movilizan. Esta semana están moviendo un manifiesto (redactado por el periodista, escritor y poeta Juan José Téllez) en el que se reflejan las tensiones de estos días y en el que invitan a votar "a las fuerzas progresistas" el 23J.

"Si censuran a Lope de Vega, –se lee en el texto– si censuran a Virginia Woolf, si amenazan a Juan Diego Botto, si se escandalizan con un beso en una película de Disney, si revisan las revistas y los libros de las bibliotecas públicas, si ensayan listas negras y páginas en blanco".

"Si insultan –prosigue– a los creadores llamándoles paniaguados, si a las asociaciones les llaman chiringuitos, si a los intelectuales les reprochan que piensen, si el nombre de Lorca les sigue produciendo una cierta y extraña incomodidad, si borran de los muros los versos de Miguel Hernández, si a Picasso todavía le llaman rojo".

"Si les molesta –añade– que Javier Bardem opine además de ganar un Oscar, si vetan a ciertos periodistas en los medios que controlan, si recortan presupuestos para recortar libertades, si amordazan a raperos y ahogan el quejío, si cierran las bocas y abren las pesadillas, si los del viva la muerte difaman a Almudena Grandes…"

"Será –remacha– porque no quieren que alguien les escriba, no quieren que la historia les delate, no quieren que el teatro les burle, no quieren que el cine les retrate, no quieren que un cerebro les piense, no quieren que unas manos pinten su caricatura ni que la música amanse a las fieras".

Pedro Guerra, Felipe Benitez Reyes

Más allá de las relevantes figuras que han firmado el manifiesto –Pilar del Río, Pedro Guerra, Felipe Benítez Reyes, Rozalén…–, sus palabras van dirigidas para todos los Montag que hoy se sienten cerca de Vox y que mañana tal vez entiendan–"la cultura nos ayuda a comprender que existe la esperanza"– cuatro cosas que recoge el texto.

La primera: que "la cultura no nos hace mejores, pero sí nos da luces para soñar con serlo".

La segunda: que "la cultura no nos garantiza la libertad ni la democracia, pero nos ofrece una pizca de sabiduría para protegerlas".

La tercera: que "la cultura no salvaguarda la verdad ni es valedora del sentido común, pero nos abre todos los sentidos y puede ayudarnos a desenmascarar la mentira".

La cuarta: que "la cultura no vacuna a los pueblos y a las gentes contra el totalitarismo, pero si el totalitarismo no ama a la cultura será por algo".

"Necesitamos pintura contra las pinturas de guerra"

De este modo, remacha el manifiesto: "Necesitamos libros para ser realmente libres, necesitamos teatro para desmentir las farsas, necesitamos arte contra las malas artes, necesitamos pintura contra las pinturas de guerra, necesitamos cine para acariciar el polvo de estrellas, necesitamos bailar hasta el fin del amor fraterno, necesitamos la violencia de la idea contra la idea de la violencia, necesitamos un micro abierto contra los himnos marciales, necesitamos esculpir a diario la estatua de la libertad, necesitamos la realidad y necesitamos el deseo".

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