Ha vuelto a la campaña el debate sobre las condiciones de trabajo en la hostelería, un sector clave en la economía andaluza –a la que aporta el 14% de su PIB– y española.

Esta vez vino de la mano de Juan Bravo, número uno del PP por Sevilla, exconsejero de Hacienda de Juanma Moreno y vicesecretario de economía de Alberto Núñez Feijóo, quien dijo esta semana en la factoría Cruzcampo: "Que tengamos más de tres millones y medio de personas desempleadas y no se encuentre gente para cortar jamón es grave y evidencia la situación actual".

Es recurrente esta diatriba entre sectores de la derecha: que si la gente no quiere trabajar, que si la paguita… ¿Alguna vez se preguntan si las condiciones de trabajo que se ofrecen son, ya no justas –qué excentricidad pensar en la justicia social, deben pensar–, sino mejorables?

La izquierda andaluza reaccionó a la "frivolidad" de Bravo con ironía y también con seriedad. Tanto Teresa Rodríguez, portavoz de Adelante Andalucía, como el diputado de Por Andalucía, José Manuel Gómez Jurado, que fue camarero él mismo, recordaron lo que cobraba Bravo en la Junta, 127.363 euros anuales. "Si cobrasen eso, encontraría cortadores hasta debajo de las piedras", dijo Jurado.

Nada es inocente en política. La reflexión de Bravo fue mucho más allá y reveló el océano de precariedad que predomina en el sector, según han denunciado numerosas veces los sindicatos.

Así, el gurú económico de Feijóo, agregó: "Cobrar el ingreso mínimo vital (IMV) no puede ser un inconveniente para trabajar y ahora mismo lo está siendo". "Si el ir a trabajar un fin de semana va a significar que esté dos o tres meses con la dificultad de cobrar el ingreso mínimo vital, la gente no va", dijo.

Bravo añadió: "Con los sistemas informáticos que hay hoy en día, tú deja que trabaje y cobre el ingreso mínimo vital y cada x meses le ajustas, le regularizas y le dejas una parte de lo que ha trabajado para que tenga el estímulo y otra parte se lo vas descontando paulatinamente de su ingreso mínimo vital".

Esta reflexión de Bravo, para Jurado revela una mentalidad clasista, de señorito. "Culpa al IMV de que no haya trabajadores en la hostelería.
El que coge el jamón del plato diciéndole a los parados que se lo corten para él... (lo que dijo) es clasista y miserable y muy en la línea del PP. No hablan de dignificar el empleo sino de fomentar la explotación".

Formación, aptitud y condiciones

Para Jurado, el asunto está en otra parte: en poner en valor al sector y el trabajo de camarero, que hay quien parece pensar que cualquiera puede hacerlo y que, sin embargo, requiere de formación y aptitud.

"(Para ser camarero) hay que aguantar un estrés extremo y renunciar a la conciliación. Hay que estar dispuesto a sufrir eso. Que dejen de utilizar a los parados como un cajón de sastre para todo", dijo el diputado de Por Andalucía en rueda de prensa.

Antes de hablar del corte de jamón, Bravo dijo: "Se estima que ahora mismo hay un millón de puestos de trabajo sin cubrir: si hablamos del sector de la hostelería, nos dicen que hacen falta aproximadamente 120.000 personas para trabajar". 

Las condiciones de trabajo son la clave fundamental para entender lo que sucede, para Jurado. "La propia inspección de trabajo reconoce la dificultad de detectar el fraude en este sector. El fraude se basa en el incumplimiento de la jornada laboral. Es uno de los problemas centrales. Se contrata a la gente por media jornada y se trabajan todas las horas. Hay que cumplir con las condiciones laborales y ponerse serios con este tema", reclama el diputado de la izquierda.

"Si los trabajadores de la hostelería sostienen el turismo, lo que tenemos que hacer es dignificar sus condiciones laborales. No existe país decente sin condiciones laborales decentes", remachó.

¡Trabajadores pidiendo mejores condiciones laborales! ¡Cómo está el servicio, señor Bravo!