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Tomas falsas de la campaña (26): Díaz y Belarra se cuelan en 'El abrazo' de Genovés

Las líderes de Sumar y de Podemos escenifican la unidad durante un acto en Pamplona.

Yolanda Díaz, Ione Belarra
Idoia Villanueva, Yolanda Díaz e Ione Belarra este lunes en Pamplona. Villar López / EFE

La pintura siempre ha funcionado como una representación del mundo, un código que sirve para explicar la realidad como se ve, o como se pretende mostrar; en resumidas cuentas, la representación de un relato. El abrazo de Juan Genovés no es una excepción: la Transición es una etapa histórica de España, pero también es un relato.

Para unos supuso una reconciliación nacional que dejaba atrás la guerra de las dos Españas que había sido el origen de los males en el siglo XX. Para otros, una opaca cortina que ocultaba el truco de magia e ilusionismo de unas élites que adaptaban el franquismo a los nuevos tiempos, como si los 36 años anteriores no hubieran tenido lugar; transfigurando todo al ojo humano pero sin cambiar en realidad nada.

La bola seguía ahí, escondida, aunque el trilero la ocultara con pasmosa habilidad. Qué mejor que El abrazo para explicar de manera simple, concisa y eficaz el relato del fin de las dos Españas y el comienzo de una nueva era de fraternidad; El abrazo de Genovés era el abrazo de España.

La Transición existe porque se puede ver en un cuadro, como la guerra que empieza a existir cuando el ciudadano ve muertos en la televisión, y los extraterrestres invadieron la Tierra porque Orson Welles lo anunció por la radio.

El abrazo de Yolanda Díaz y de Ione Belarra de este lunes en Pamplona también pretende explicar algo: la reconfiguración de la izquierda. En el relato narrado, Sumar logra aglutinar a toda la izquierda transformadora bajo un mismo proyecto sin fisuras, en torno a un plan que todos respaldan para frenar a una derecha en auge.

No se sabe si el relato se corresponde con la realidad o funciona como el poema épico que da sentido y dota de origen al proyecto; o si ambos elementos se dan al mismo tiempo. Lo que está claro es que Díaz y Belarra han compartido un mismo escenario para hacer un discurso coherente en la semana decisiva de una campaña en la que la izquierda va a la remontada.

Hubo dos elementos en el acto de este lunes en Pamplona que lograron quitar algo de foco al cuadro del abrazo entre la secretaria general de Podemos y la líder de Sumar. El primero, un cartel de una mujer que asistió al mitin con un cartel que decidió exhibir durante el discurso de la vicepresidenta segunda y que rezaba: "Mi voto es para Irene Montero".

El segundo, la asistencia de Enrique Villarreal, El Drogas, al acto en el que se abrazaron Yolanda Díaz e Ione Belarra. El mítico cantante de Barricada se situó en la última fila, discreto, disonante y ajeno al gesto reconciliador de la izquierda.

Como El abrazo de Genovés, la foto de la secretaria general de Podemos y de la vicepresidenta segunda aspira a que el relato acabe siendo la misma realidad de una izquierda que no puede permitirse que la unidad sea sólo un cuadro.

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