El 28 de mayo hay elecciones municipales y autonómicas. Es decir, la ciudadanía elige a sus alcaldes, alcaldesas y presidentes autonómicos. Pedro Sánchez no se presenta en ninguna lista electoral. Pero la cercanía de las elecciones generales, que serán en diciembre, es la que es. Por eso, y porque todos los partidos se esfuerzan en ello, el presidente del Gobierno es ahora mismo omnipresente. 

Lo es casi en el sentido literal de la palabra pese a que las leyes de la física, de momento, lo impiden. Porque Sánchez alrededor de las 21.00 de la noche hora española estaba en la Casa Blanca, en Washington DC junto a Joe Biden. Horas antes estaba con el Consejo Editorial del periódico Washington Post y con Nancy Pelosi. 

Y este sábado a las 10.30 si una invasión zombie (es lo único que le queda por pasar esta legislatura, como él mismo dijo en una ocasión) no lo impide, estará en Sevilla. Primero, junto al ministro de Sanidad y varias asociaciones de lucha contra el cáncer. Luego, en un acto electoral junto al alcalde Antonio Muñoz y otros alcaldes sevillanos del PSOE. ¿Quién dijo jet lag? El vuelo de EEUU a España dura unas ocho horas. La diferencia horaria son seis horas menos así que hagan ustedes las cuentas. 

En Ferraz hay quien bromea habitualmente con el buen estado de forma físico del líder del Ejecutivo. También hay quien dice que no es humano. En sentido positivo, claro, no vayan a pensar. Aunque también hay quien lo dice en sentido negativo, es lo que tiene la política. 

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, lo comparó con un dictador hace unos meses, por ejemplo. En su primer mítin electoral, celebrado en Toledo, no llegó a tanto. Pero corroboró la omnipresencia de Sánchez. "Todos los que votan igual que Sánchez son Sánchez", pregonó.

"En ocasiones veo a Sánchez", le faltó decir al dirigente gallego, como en aquella película impactante de finales de los 90 llamada 'El Sexto Sentido'. Pero claro, no es solo que el presidente esté en muchos sitios a la vez. También viaja en el tiempo. Porque, ya lo dijo Feijóo el jueves: "Sánchez pretende ocultar algunas medidas que ha realizado en el futuro". 

Su compañera (al menos de momento, que le digan a Pablo Casado), Isabel Díaz Ayuso, tampoco faltó a la cita con Sánchez. La presidenta de la Comunidad de Madrid habló del "NODO" de Sánchez. Quizás trató de compararlo también con un dictador, nunca se sabe.

Referencias clásicas en su discurso desde Majadahonda: el Falcon, la ley del solo sí es sí, "el CIS de Tezanos", las supuestas expropiaciones de pisos realizadas por el Gobierno, el supuesto plan para derrocar a la monarquía, Venezuela y el bolivarianismo y cómo no, EH Bildu y ETA. Una fórmula que en Madrid nadie puede negar que le ha dado resultados. Majadahonda, por cierto, también está siendo ninguneada por Sánchez, faltaría más. 

Sin referencias tan explícitas como la derecha pero Sánchez estuvo también presente en los discursos de Unidas Podemos. Sus socios de Gobierno, por si alguien se le había olvidado este dato, le recordaron que si no fuera por ellos no habría ley de vivienda ni muchas otras cosas. Ni siquiera Gobierno, eso es así. 

La omnipresencia de Sánchez seguirá, seguro, los 15 días de campaña. De Sevilla irá a Puertollano, Ciudad Real. Allí acompañará al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, otro que se suele acordar mucho de Sánchez y de sus decisiones. No siempre para bien, como ya sabrán nuestros lectores. Pero estamos en campaña electoral y la omnipresencia es necesaria pese a que Feijóo dice que los barones huyen de él. 

Y pese a que no son las generales todavía, el calendario parlamentario nos va a regalar un pequeño duelo dialéctico este martes en el Senado entre Sánchez y Feijóo. Allí ambos se podrán mirar a la cara y decirse lo que quieran sin los medios de comunicación como intermediarios. Y como ninguno de los dos necesita "sardinas para beber agua" (como dice un refrán manchego), pues el espectáculo está garantizado.