Las próximas elecciones autonómicas en el País Vasco  –todavía sin fecha fijada– auguran unos resultados igualados en escaños entre el PNV de Imanol Pradales (tras la decisión de que Iñigo Urkullu, actual Lehendakari, no concurra a las elecciones) y la EH Bildu de Pello Otxandiano.

Según el barómetro de febrero elaborado por la encuestadora Ikerfel para el Gabinete de Prospección Sociológica (GPS) de la Presidencia vasca, ambos candidatos conseguirían 27 escaños con una bajada de cuatro asientos de los jeltzales y un aumento de seis de los abertzales, que mejoraría sus resultados en los tres territorios. Este giro en el escenario político de Euskal Herria implicaría un gran cambio respecto al 31 a 21 de los pasados comicios.

La coalición abertzale ganaría las elecciones tanto en Gipuzkoa como en Álava según la estimación de voto recogida en la encuesta, mientras que el PNV, también con 27 parlamentarios en la Cámara, cuatro menos que en 2020, mantendría su hegemonía en Bizkaia con 11 escaños, uno menos que los actuales, y obtendría nueve en Gipuzkoa (-1) y siete en Álava (-2). 

Los socialistas vascos seguirían siendo la tercera fuerza en Euskadi y verían mejorados sus resultados con un escaño más que ahora, es decir, 11 parlamentarios, uno más que en 2020. Así las cosas, si se cumplen las estimaciones de este sondeo, PNV y PSE-EE podría renovar su gobierno de coalición y sumar mayoría absoluta entre los dos, con 38 de los 75 escaños del Parlamento Vasco.

Los datos se fundamentan en una participación del 60%, diez puntos superior a la de los comicios de julio de 2020, que tuvieron que celebrarse en esa fecha tras ser aplazados por el confinamiento de la covid-19. En relación con Elkarrekin Podemos y Sumar, se prevé que ambas candidaturas, al presentarse por separado, hagan que la representación parlamentaria a la izquierda del PSOE pierda tres escaños. Sumar lograría dos escaños, mientras que Podemos, que en las anteriores obtuvo seis asientos, lograría tan solo uno.

Se mantiene asimismo la representación de Vox en el Parlamento Vasco, conservando el único escaño que tiene en el Parlamento Vasco, por Álava, aunque subiría en el porcentaje de apoyos en este territorio al pasar del 3,8 % al 4,2 %. Ciudadanos por su parte desaparece de la escena parlamentaria en Euskadi y el Partido Popular de Javier de Andrés, que en 2020 se presentaron en coalición con Ciudadanos, no pasaría de seis representantes tres por Álava, dos por Bizkaia y uno por Gipuzkoa (situándose en la cuarta posición).

Con estas estimaciones, la clave del Palacio de Ajuria Enea estaría en manos del PSE. Habría dos gobiernos posibles para Euskadi: por un lado, los socialistas vascos y los abertzales sumarían los 38 escaños que se necesitan para la mayoría absoluta en la Cámara de Vitoria. Ambos partidos podrían gobernar juntos sin necesidad de más apoyos. La segunda opción sería que PNV y PSE, que llevan gobernando juntos las dos últimas legislaturas, volvieran a aliarse, pero, eso sí, se quedarían en 37 escaños, a uno de la mayoría absoluta, por lo que necesitarían la ayuda de otra formación para gobernar. Esta situación privilegiaría al PP, cuyos votos serían en este caso decisivos.