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Por qué el sistema electoral perjudicará a la izquierda si va dividida

En el siguiente vídeo explicamos por qué el espacio progresista liderado por Yolanda Díaz puede resultar perjudicado si no logra un acuerdo que aglutine en una misma candidatura todas las opciones a la izquierda del PSOE.

Imagen combinada de varios dirigentes de formaciones a la izquierda del PSOE.
Imagen combinada de varios dirigentes de formaciones a la izquierda del PSOE.

Desde la prensa se suele mencionar que la izquierda del PSOE fracasará en las elecciones si acude dividida a las urnas. En algunas ocasiones se explica esta situación por la mal llamada ley D'hont, pero lo relevante es la proporcionalidad de nuestro sistema electoral.

La proporcionalidad es la aproximación del porcentaje de votos que logra un partido político en unas elecciones al porcentaje de asientos que consigue en un parlamento. En España tenemos cierta desproporcionalidad que beneficia sobre todo al PP y al PSOE.

Por esta razón, en las elecciones generales de noviembre de 2019, los socialistas lograron el 28% de los votos frente al 34,2% de los escaños en el Congreso de los Diputados. El PP recogió 20,8% de los votos y el 25,4% de los escaños. Mientras, Unidas Podemos consiguió el 12,06% de los sufragios y sólo el 9,7% de los escaños.

¿Por qué se produce este desfase?

La clave está en las provincias sobrerrepresentadas. En el artículo 162 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General se expresa cómo a cada provincia se le asigna un determinado número de escaños. La ley dice una cosa que es clave: "A cada provincia le corresponde un mínimo inicial de dos diputados". Y el resto se distribuyen entre las provincias en función a su población.

Esto significa que las provincias con menos población tienen más diputados de los que les correspondería por ese mínimo inicial de dos diputados. ¿Y qué partidos son más fuertes, en general, en las provincias pequeñas? Efectivamente, el PP y el PSOE.

Si la izquierda va dividida, obtener representación en estos lugares va a ser misión imposible. De hecho, quien podría beneficiarse de esa división es Vox, que sí tendría más fácil lograr asientos en estas circunscripciones.

Otra cosa es el método D'hont, que no es una ley, sino una operación que sirve para traducir los votos, una vez se han cerrado las urnas, en escaños. Es cierto que este sistema de reparto castiga a aquellas formaciones que consigan muchos menos votos respecto a sus competidores.

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