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La SGAE desempolva su pasado franquista: "La entidad fue parte activa de la persecución, delación y represión a los músicos"

La depuración realizada desde el Sindicato Vertical en la Sociedad llevó a que entre 50 y 60 autores perdieran sus derechos de explotación y se les prohibiera actuar.

15/10/2021 Textos SGAE franquismo
Libros y textos de la época. G.M.M.

Había terminado la Guerra Civil y el nuevo régimen se esforzaba para asegurarse unos trabajadores adeptos, afirmativos, conscientes de la nueva andadura autoritaria que empezaba en España. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) no se libró de la depuración franquista: una comisión interna, auspiciada por el poderoso Sindicato Vertical en manos de la Falange, se encargó de revisar quién podía seguir cobrando sus derechos de autor, convertidos entonces en un privilegio en manos de aquellos que superaban la obligatoria evaluación militar.

Colectivizada por la UGT en Madrid y la CNT en Barcelona, la SGAE legítima siguió su andadura a partir de 1936 con una competidora, la sucursal que el franquismo, desde los primeros momentos de la Guerra, tuvo en su poder en A Coruña, una "SGAE B". Al término de la contienda, los mandatarios de aquella se trasladaron a la capital, el lugar donde se estableció la comisión depuradora. Según Antonio Onetti, actual presidente de la entidad, "en las actas del momento se recogen los nombres de los autores desafectos, a quienes se les negaba el derecho de ser socios y el pago de sus derechos".

Sin profesión y señalados, los entre 50 y 60 autores que ha encontrado la SGAE en los listados dejaron de percibir sus retribuciones. Además, los documentos encontrados recogen que la mayor parte de los depurados pasarían después frente al Tribunal de Responsabilidades Políticas. Las consecuencias se midieron en varios meses de prisión, en el peor de los casos, y la inhabilitación para ostentar cargos en la propia Sociedad, para los más agraciados, que en algunos casos se revocaron con el paso del tiempo.

Negocio con los represaliados

"El dinero que la SGAE ganaba con la explotación de las obras de los autores purgados se lo repartían entre los socios", comenta al respecto David García Aristegui, portavoz del colectivo Rock contra el fascismo. Asimismo, esta organización recuerda que Francisco Franco participaba de la Sociedad bajo el nombre de Jaime de Andrade. Por contra, el presidente de la Sociedad afirma que, por el momento, desconocen qué sucedió con ese dinero: "Queremos investigarlo bien, que la reparación no sea un brindis al sol".

15/10/2021 Directriz SGAE
Directriz de la época sobre los autores. G.M.M

El miembro de Rock contra el fascismo afirma que "la SGAE participó en la delación de diferentes autores a su vuelta del exilio o su salida de los escondites", y que "el entramado represivo que existió dentro del Sindicato Vertical y en la Sociedad fue parte activa de la persecución, delación y represión a los músicos". El presidente, por su parte, reitera que lo ocurrido en la SGAE fue similar a lo acontecido en otras profesiones, como periodistas e intelectuales. En el caso concreto de los músicos, con el militar Manuel Martínez Gargallo a la cabeza, el mismo que firmó la sentencia de muerte de Miguel Hernánez antes de que fuera conmutada por 30 años de prisión.

En este sentido, Onetti se refiere a la parte moral de la ya mencionada reparación: "Estos autores no dejaron de cobrar unas cantidades exorbitantes de dinero, han pasado más de 80 años de aquello y es muy difícil calcular la cantidad que dejaron de percibir. La reparación económica, realmente, no es el problema, sino la moral", en sus propios términos. García, por su parte, apunta que el silencio guardado por la SGAE hasta este momento ha sido "interesado", al no haberse pronunciado tras diversos requerimientos. Y el presidente concretiza: "Las actas dicen que se suspenden los pagos pendientes y se deje de pagar al autor. No sé si la Sociedad siguió cobrando por sus obras, yo creo que sí, pero todo esto va en paralelo a la prohibición de la exhibición de la obra por parte de la censura".

Caras poco conocidas

Desde la SGAE se afanan en documentar al máximo, aseguran, ese periodo de su historia por ahora sin escribir. "Algunos autores que aparecen en las actas son muy desconocidos para nosotros, o carecen de herederos", comenta Onetti. A su vez, confirma que ya han empezado a contactar con los herederos existentes de los autores represaliados con buena aceptación por su parte. Uno de los más conocidos, y del que sí ha facilitado su nombre, es Pablo Sorozábal, quien cuenta estos acontecimientos en sus memorias: "Él fue acusado de acompañar a una banda musical a París durante el periodo republicano, y durante la Guerra Civil realiza acciones para salvar la vida a otros autores", enuncia el presidente.

"El gobierno franquista se dio cuenta de que si se podía aprovechar de esos autores, mejor", asegura el presidente de la SGAE

Algo distinto ocurrió con el guionista de algunas películas de Joselito, depurado a finales de 1939 y condenado a seis meses de cárcel. Pasado un tiempo, en 1941, llegó a realizar una película producida para la Marina franquista sobre el Crucero Baleares, navío que tomó parte del bando sublevado. La película nunca vio la luz porque a los militares les pareció una frivolidad la trama amorosa introducida por el creador: "El gobierno franquista se dio cuenta de que si se podía aprovechar de esos autores, mejor", comenta al respecto Onetti.

Una investigación a nivel internacional

En estos momentos, la SGAE continúa investigando su pasado en el franquismo. Mari Luz González, directora del Centro Documental y Archivo de la entidad, agrega que muchas actas de aquellos años desaparecieron con las "incautaciones" de los sindicatos y durante la contienda, momento en que la Sociedad quedó dividida en distintas federaciones repartidas entre el bando republicano y el sublevado. De esta forma, ocho tomos de actas son los protagonistas de la historia de la SGAE entre 1931 y 1945. "Llevamos más de un mes analizando todo y parece que a medida que avanzamos se abren nuevos frentes de investigación", puntualiza la archivera.

De esta forma, la entidad de autores y editores pretende enfrentar esta primera fase de la investigación ubicando todos sus recursos propios para después pasar a una segunda en la que entrarían en acción otras organizaciones homólogas en diferentes países, como México o Argentina, a donde fueron a parar muchos artistas que huyeron de la dictadura. "Lo que sí tenemos claro es que las personas que conformaban los órganos de dirección en la SGAE durante la Guerra Civil y la dictadura siempre intentaron defender a los autores", concluye el propio Onetti.

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