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Sánchez y Díaz contraatacan a la derecha radicalizada con su agenda social y la defensa de la legitimidad de las urnas

Sánchez presenta al Gobierno de coalición progresista como el muro de contención contra la extrema derecha. Díaz pide construir "la mayoría del sí" en el Congreso pero evidencia las diferencias con Sánchez sobre Palestina, el Sáhara y las devoluciones en

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aplaudido en el Congreso, donde se celebra el primer día del debate de investidura. Junto a él, la líder de Sumar, Yolanda Díaz EFE/ Javier Lizón

Alexis Romero,Miguel Muñoz

El anuncio sobre el acuerdo de la ley de amnistía desató una oleada de protestas de la derecha y de la extrema derecha que derivó en episodios de violencia y disturbios. El foco ha estado durante una semana en esta cuestión y en los sectores de la ciudadanía que rechazan de manera tajante la amnistía y la investidura de Pedro Sánchez. Hasta este miércoles.

El líder socialista y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, han tomado la iniciativa y han contraatacado la ofensiva de PP y Vox con su agenda social y con la defensa cerrada de la democracia y de la legitimidad de las urnas, la base, han recordado, de la mayoría que este jueves tiene previsto investir a Sánchez y dar inicio a un nuevo ciclo político.

Sánchez inició su discurso precisamente con una referencia a las manifestaciones en las calles. “A todos quienes han ejercido este derecho de modo pacífico, subrayo pacífico, quiero trasladarles mi respeto y mi reconocimiento porque han ejercido un derecho constitucional de participación política que emana de nuestra Constitución”, destacó.

La defensa de la legitimidad del Gobierno, frente a un PP que solo la reconoce cuando ellos gobiernan, ha vertebrado buena parte de la jornada. “Hoy y mañana, en esta Cámara, vamos a escuchar a los 25 millones de ciudadanos y ciudadanas que votaron el 23 de julio en unas elecciones constitucionales”, apuntó al comienzo. Sánchez entró también al cuerpo a cuerpo con este asunto en sus réplicas al líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo. “Usted dice que ha ganado las elecciones, ¿por qué quiere repetirlas?”, le dijo con sorna.

El líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones dedicó una parte importante de su intervención a alertar sobre los populismos reaccionarios de extrema derecha. Y ha dibujado al Gobierno de coalición progresista como un muro de contención frente a sus políticas. Sánchez ha enumerado un rosario de medidas tomadas por PP y Vox allí donde gobiernan y ha dibujado a un PP atado completamente a la ultraderecha. Un esquema que también se repite en otros países.

Fuentes socialistas destacaban por la tarde que Feijóo había representado “el rostro de la frustración por su incapacidad de llegar a la presidencia del Gobierno”. “Le hemos desenmascarado”, añadían en Moncloa. Destacaban en las filas socialistas que han presentado un programa de Gobierno concreto, con “políticas potentes frente a la nada y al retroceso”.

Y es que otra gran parte de las intervenciones de Sánchez se basó en poner en valor los compromisos de la coalición progresista para esta legislatura. Concretamente, ocho de ellos entre los que se encuentran la reducción de la jornada laboral o el blindaje de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Para finalizar la sesión, Sánchez respondió a los dos partidos independentistas catalanes clave para su investidura, Junts y ERC. El líder socialista incidió con ambos en el mensaje de la necesidad de diálogo y de abrir una nueva etapa para Catalunya. Con el partido de Carles Puigdemont trascendió durante la tarde un pequeño desencuentro por el tono usado de Sánchez sobre la unidad de España y el concepto de perdón, que generó malestar en Junts. En el PSOE restan importancia a este suceso y no ven riesgo para la investidura.

Antes, Sánchez ya había hecho una defensa expresa de la ley de amnistía, en uno de los momentos más esperados del día. “En el nombre de España, en defensa de la concordia, vamos a conceder una amnistía a las personas encausadas durante en el procès. Es perfectamente legal y acorde a la Constitución”, incidió.

Los ejes de Sumar

La líder de Sumar ha centrado sus intervenciones en tres ejes muy concretos: confrontar con Feijóo, revalidar la agenda social y la nueva mayoría del Congreso que sostendrá al Gobierno de coalición, y destacar el espacio donde tiene más diferencias de calado con el PSOE: la agenda internacional. El cara a cara con el presidente del PP no es nuevo para Díaz, ya que fue durante varios años una de las principales figuras de la oposición al Ejecutivo de Feijóo en el Parlamento gallego, donde protagonizaron enfrentamientos muy duros.

Sin embargo, no había podido confrontar con él hasta hoy, ya que durante la campaña el conservador rechazó participar en más debates electorales que el que tuvo con Sánchez. Díaz centró la primera parte de su intervención en contraponer las medidas desplegadas por el Gobierno de coalición a los recortes del PP durante su mandato en la crisis financiera de 2008: “Nosotros sacamos adelante 18 acuerdos sociales, ustedes dos huelgas generales”, le recordó.

También sacó pecho de la gestión del Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos durante la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania frente a los recortes y la política económica de austeridad del PP: “Ustedes salvaron a la banca, nosotros a las empresas, los trabajadores y las familias”, alegó.

La líder de Sumar pidió al Congreso de los Diputados tomar conciencia de la nueva realidad parlamentaria que dejan las elecciones del 23J, un escenario en el que la derecha y la ultraderecha confrontan de lleno con lo que Díaz ha denominado “la mayoría del ”, una evolución circunstancial de la mayoría plurinacional de la pasada legislatura, cuando en la Cámara había más diputados progresistas que conservadores.

“Hay que construir la mayoría del , la mayoría de los derechos y del diálogo frente a la minoría de la incertidumbre y el miedo, la del odio. Recuperemos la política útil porque la vamos a necesitar”, defendió. En su réplica, Díaz se centró en las cuestiones que más le separan de Sánchez, las vinculadas a la agenda internacional.

La líder de Sumar mencionó expresamente la situación de Palestina y la del Sáhara, dos cuestiones por las que se ha manifestado en las últimas semanas y que no lograron un consenso claro en el acuerdo de Gobierno rubricado con el PSOE (el reconocimiento de Palestina como Estado aparece, pero no en los términos buscados por Sumar, mientras que el Sáhara ni siquiera se recoge). Su petición fue expresa: “Podemos hacer más”.

Díaz ha pedido a Sánchez desplegar un embargo a la compraventa de armas de Israel y le ha recordado, de manera indirecta, su lealtad en las primeras fases de la guerra de Ucrania, que provocó tensiones en el seno de la denominada izquierda alternativa: “No dudamos con Ucrania, no dudemos con Palestina”, afirmó.

“Desde Sumar no vamos a dejar de defender el Sáhara y al pueblo saharaui. Porque es de justicia y porque tenemos que exigir el cumplimiento íntegro de las resoluciones de Naciones Unidas, siempre”, alegó sobre la cuestión del Sáhara Occidental.

En la primera jornada de la investidura, Sánchez y Díaz han exhibido cuál será su estrategia para la legislatura: agenda social y mayoría plurinacional frente a la crispación, tensión y retrocesos que proponen desde PP y Vox. Este jueves, si se cumplen los pronósticos, Sánchez volverá a ser el presidente del Gobierno con el apoyo de hasta ocho grupos parlamentarios y 179 votos a favor.

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