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Actualizado:Los militantes de la CUP han decidido este lunes cuál debe ser la relación entre los tres partidos independentistas con representación parlamentaria. Los dos mayoritarios que forman el Govern, ERC y Junts, y el minoritario pero decisivo de los anticapitalistas.
Un maratón de asambleas el pasado fin de semana ha desembocado en la jornada de votación de este lunes que decidirá la posición de la CUP respecto a los presupuestos de la Generalitat para el 2022 aprobados por el Consell Executiu. Pero la decisión de las bases de la CUP va más allá y acabará marcando la relación de los cupaires con el Ejecutivo catalán. Las votaciones durarán hasta la medianoche de este lunes y el resultado se dará a conocer este martes al mediodía.
Las bases de la CUP se debaten entre si deben mantener el apoyo que hizo posible la investidura de Pere Aragonès como president de la Generalitat y apuntalar la mayoría independentista del Parlament o situarse como oposición a las políticas del Govern que algunos sectores muy críticos consideran poco escoradas a la izquierda y nada encaminadas a la ruptura con el Estado.
Desde la CUP calculan que, al acabar este lunes, habrá alrededor de un millar de participantes en la votación
Las denominadas Assemblees Obertes Parlamentaries (AOP) se han celebrado desde el viernes y hasta el domingo. En total, más de una quincena de asambleas presenciales en todo el territorio y dos telemáticas, donde los dirigentes de los anticapitalistas han expuesto el estado de la negociación de las cuentas, y las bases han debatido el contenido del informe de la dirección al respecto. Fuentes de la CUP calculan que al acabar este lunes habrá alrededor de un millar de participantes en la votación ya que solo tendrán derecho a voto aquellos que hayan registrado su presencia previa en las asambleas del fin de semana.
Los anticapitalistas han planteado a sus bases una pregunta en formato de árbol que deja la puerta abierta a cuatro escenarios: enmienda a la totalidad y no facilitar la tramitación de los presupuestos; enmienda a la totalidad y seguir negociando; abstención y seguir con las negociaciones; o abstención y conformarse con la última propuesta que hayan recibido del Ejecutivo catalán.
Seguir negociando
A pesar de algunos tímidos movimientos en Junts, que parecían auspiciar una aproximación a los socialistas para aprobar los presupuestos, finalmente tanto ERC como sus socios han cerrado filas en los últimos días en el compromiso explícito de intentar pactar hasta la extenuación las cuentas del Govern para el 2022 con la CUP.
Incluso si los anticapitalistas deciden presentar la enmienda a la totalidad a los presupuestos. Siempre que se imponga continuar negociando con el Govern, que sería el caso de ganar la segunda de las opciones planteadas. Así lo suscribe la portavoz de ERC, Marta Vilalta: "Si apuestan por seguir negociando nosotros también querremos seguir negociando", asegura la secretaria general adjunta de los republicanos, que añadía: "Confiamos en que acaben no presentando enmienda a la totalidad. Sería lo más coherente".
"El único camino que hay para los presupuestos de la Generalitat es seguir trabajando con la CUP"
También la portavoz de Junts, Elsa Artadi, cierra las puertas a explorar otras opciones, por ejemplo con el PSC que se ha mostrado predispuesto. Artadi aseguraba este fin de semana en una entrevista en Público que "el único camino que hay para los presupuestos de la Generalitat es seguir trabajando con la CUP y buscar unos puntos comunes, como en la investidura". Y este mismo lunes apelaba al propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, a Y este mismo lunes apelaba al propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, a tomar el timón de las negociaciones con los anticapitalistas: "Es quien tiene la responsabilidad de velar por los socios y para que los acuerdos salgan adelante", en referencia al acuerdo de investidura de ERC con la CUP.
Las enmiendas a la totalidad se discutirán y votarán el próximo día 22 de noviembre, otra fecha clave para el futuro de los presupuestos y por derivada para el del propio Govern. Aunque se espera que no prospere ninguna —bien sea por el concurso al lado del Govern de la CUP o del PSC—, la incertidumbre puede crecer grados en función del resultado de la votación de los cupaires.
Dar luz verde a los presupuestos
El Govern ha puesto toda la carne en el asador para intentar convencer a la CUP de que dé luz verde a los presupuestos aunque sea con una abstención que ya sería suficiente. Limando algunos temas polémicos como por ejemplo retirando una partida de estudio sobre la implantación del gran complejo turístico de Tarragona de Hard Rock Café, complementario a Port Aventura, proyecto que los anticapitalistas rechazan de lleno. Retirando las denuncias contra manifestantes independentistas y apostando por modificar los protocolos de actuación de los Mossos frente a manifestaciones o desahucios. O asegurando que el servició telefónico de atención médica 061 se hará íntegramente con personal público como piden los anticapitalistas.
Pero el Ejecutivo catalán presiona también recordando que de los nuevos presupuestos depende la escolarización gratuita de 0 a 2 años o la puesta en marcha del plan piloto para implantar la Renta Básica Universal, entre muchos otros temas de gran importancia para las bases y los votantes de la CUP.
Fuentes del Govern confían que estas consideraciones acaben de convencer a los sectores más moderados de los anticapitalistas, al menos para que no se imponga la línea más dura. A pesar de ello, algunos sectores de la CUP, especialmente la corriente llamada Endavant de gran peso en la formación, consideran los gestos como insuficientes y la marcha del Ejecutivo de Aragonès totalmente insatisfactoria. Y apuestan por la ruptura total con la aprobación de la primera opción de la consulta que contempla presentar enmienda a la totalidad y no seguir negociando.
Con todo, la presión a los anticapitalistas —conocida popularmente como pressingCup— se ha acrecentado incluso desde sectores independentistas más allá de los partidos políticos. Por ejemplo, el presidente de Òmnium, una de las entidades con más socios y más influyente de Catalunya, Jordi Cuixart, aseguraba este fin de semana en plena deliberación de las bases cupaires que "sería dramático que no hubiera capacidad de llegar a acuerdos en los presupuestos" entre independentistas.
"No entenderíamos que en la situación económica que vivimos y de embate con España no se pusieran de acuerdo"
"No entenderíamos que en la situación económica que vivimos y de embate con España no se pusieran de acuerdo, por lo que interpelamos a la clase política a trabajar con la responsabilidad que requiere la grave situación económica que todavía estamos sufriendo", explicaba.
La apuesta de Aragonès por la vía de la CUP para aprobar sus primeros presupuestos como president es absoluta. Y así lo ha impuesto al resto del Govern descartando de momento abrir otras opciones negociadoras. Pero a pesar de todo, el rumbo del Govern está en estos momentos a expensas de lo que decidan las bases de los anticapitalistas. Porque la misma determinación que tiene Aragonès para acordar las cuentas del 2022 con la CUP, también la tiene para asegurar que los presupuestos no pueden quedar en dique seco. Entre otras cosas, porque suponen un incremento de 3.500 millones de euros para gasto —mayoritariamente social— respecto al anterior presupuesto. Y, por tanto, resulta vital para multitud de proyectos del actual Govern.
Lo dijo el conseller de Economía, Jaume Giró, en la presentación de las cuentas en el Parlament con una expresiva frase "o presupuestos, o presupuestos" parafraseando al president Carles Puigdemont cuando en 2016 dijo "referéndum o referéndum" para expresar que el 1-O se acabaría celebrando y conseguir el apoyo de la CUP para los presupuestos del 2017.
Con lo que de salir ganadora la primera opción del cierre total de la CUP, el Govern se vería abocado a una negociación con En Comú Podem —difícil después del anuncio de este lunes por parte de ERC de votar en contra de los presupuestos de Ada Colau en el Ajuntament de Barcelona— e incluso con el PSC. Un hecho que cambiaría totalmente la configuración política y las alianzas parlamentarias en Catalunya fragmentando el independentismo y dejando a Esquerra debilitada en sus posiciones negociadoras con el PSOE en Madrid, como por ejemplo con los propios presupuestos generales del Estado en trámite.
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