Barcelona
Salvador Illa hace justo un mes y medio que tomó posesión como presidente de la Generalitat de Catalunya. Más allá de completar la configuración de gran parte de su ejecutivo –todavía faltan algunos altos cargos y directores de empresas públicas por nombrar–, estas seis semanas y media le han servido para marcar las prioridades de su acción política. Cuestiones como la seguridad, la consecución de una nueva financiación, el despliegue de las renovables o la mejora de los servicios públicos aparecen en lo alto de una actuación que también ha puesto en primer plano la pretendida recuperación de una "normalidad" institucional para pasar página de la década del procés.
Solo hay que repasar la agenda de reuniones y visitas que ha mantenido Illa desde que es presidente para comprobar esta última voluntad. Se ha encontrado con representantes económicos –tanto de las patronales Foment y Pimec, como de los dos principales sindicatos, UGT y CCOO–, con antiguos presidentes de la Generalitat, con ministros españoles, presidentes autonómicos y, sobre todo, el rey, Felipe VI. Además, ya ha despachado con numerosas alcaldes y cargos locales, ya sea en el Palau de la Generalitat o en las diversas visitas por Catalunya que ha llevado a cabo. Todo ello, a parte de sus obligaciones como presidente, como por ejemplo los consejos ejecutivos o las comparecencias en el Parlament.
En cambio, no ha mantenido encuentros con miembros de entidades sociales, ONG ni, obviamente, independentistas, como la ANC o Òmnium Cultural, rompiendo con lo que sucedía habitualmente los últimos años después de la Diada del 11 de septiembre.
Pese a que tomó posesión el 10 de agosto, la actividad institucional de Illa no arrancó como tal hasta unos días después, puesto que inicialmente optó por coger unos días de vacaciones. La única excepción la hizo el día 14, cuando pasó por el complejo Egara, la sede central de los Mossos d'Esquadra, en un gesto de apoyo a la policía catalana después del golpe que recibió con la no detención de Carles Puigdemont el día de la investidura.
A partir de aquí, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, fue el protagonista de la primera reunión institucional de Illa el 23 de agosto y los dos correligionarios del PSC repetirían encuentro el 4 de septiembre. Más allá de compartir filas políticas, el gesto denota la voluntad de tejer complicidades entre las dos instituciones y romper con la tradicional tensión que ha marcado históricamente las relaciones entre la Generalitat y el Ayuntamiento de la capital.
El día siguiente, 24 de agosto, Illa estrenaría su agenda territorial, con una visita al Pallars Jussà, comarca del Pirineo en la cual pasaría por Castell de Mur, primero, y por la capital, Tremp, posteriormente, reuniéndose con los alcaldes respectivos. Desde entonces también ha pasado por Arbúcies, Olot, Blanes, Figueres, la comarca del Priorat –en concreto, por el municipio de Cabacés (Tarragona)– o la Seu d'Urgell, encontrándose en todos los casos con los alcaldes respectivos y otros cargos locales –como varios alcaldes del Priorat–, además de reunirse con el cupero Lluc Salellas, alcalde de Girona, en el Palau de la Generalitat. También la semana pasada tuvo una comida de trabajo en el mismo espacio con los presidentes de las cuatro diputaciones provinciales catalanas: Lluïsa Moret (Barcelona), Miquel Noguer (Girona), Joan Talarn (Lleida) y Noemí Llauradó (Lleida).
Han llamado más la atención sus reuniones con los expresidentes de la Generalitat, con el objetivo de mostrar la "continuidad de la institución". Hasta ahora ya se ha encontrado con José Montilla, Artur Mas y, sobre todo, con Jordi Pujol, en un gesto que denota la pretensión de contribuir a la restitución de su figura después del escándalo por las cuentas familiares en Andorra. Pujol e Illa se reunieron el martes de la semana pasada, tras conversar brevemente el día de la toma de posesión. Próximamente también tiene la voluntad de verse con Quim Torra y Pere Aragonès, mientras que ha confirmado que no se reunirá con Carles Puigdemont porque todavía es un "político en activo".
Primer president en la Zarzuela desde 2015
Uno de los cambios más sustanciales que ha supuesto el relevo en la presidencia del Govern ha sido el impulso a las relaciones con las instituciones estatales, tanto con el ejecutivo como con la monarquía. En el primer caso, no se puede obviar que la coincidencia en las dos instituciones del Partido Socialista facilita una complicidad, un hecho al cual también contribuye que el propio Illa formara parte del Gobierno español como ministro de Sanidad durante la pandemia de la covid.
A la espera de la primera reunión oficial con Pedro Sánchez –con quien, eso sí, Illa coincidió durante sus vacaciones en Lanzarote–, el presidente ya ha mantenido encuentros en el Palau de la Generalitat con dos ministros: José Luis Escrivá y Yolanda Díaz. Con el primero se vio el 4 de septiembre, cuando todavía era ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública y no había sido nombrado nuevo gobernador del Banco de España, mientras que con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se vio el martes de la semana pasada. Además, durante la Diada Nacional de Catalunya, fue la presidenta del Congreso, la mallorquina Francina Armengol, la que pasó por Barcelona y se vio con Illa.
Con todo, las reuniones entre la Generalitat y el Gobierno se habían normalizado ya los últimos años, sobre todo durante la presidencia de Pere Aragonès, mientras que no sucedió lo mismo con la monarquía. En cambio, el pasado miércoles Illa se convirtió en el primer presidente de la Generalitat en reunirse con el rey, Felipe VI, en la Zarzuela desde que lo hizo Artur Mas en el lejano 2015.
Además, Illa también ha coincidido con el monarca en dos ocasiones más: el 29 de agosto, en Barcelona, durante el acto institucional de bienvenida de la Copa América de Vela; y este mismo miércoles en Figueres, en el acto inaugural del 50 aniversario del Teatro-Museo Dalí. Para el nuevo ejecutivo estas reuniones forman parte de la "normalidad institucional" y, de hecho, después de la entrevista en la Zarzuela Illa afirmó que "el respeto entre instituciones siempre será uno de los principios fundamentales de la acción política de este Govern".
Paralelamente, Illa se ha reunido con la presidenta navarra, María Chivite, también del Partido Socialista, y con la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín Delgado. Así mismo, también ha anunciado su voluntad de llevar a cabo una especie de gira por el Estado para reunirse con los otros presidentes autonómicos, con la pretensión de mantener un "diálogo abierto y sincero".
Gestos, palabras y encuentros que denotan un cambio de etapa sustancial con los gobiernos independentistas que lo habían precedido.
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