El PSOE está más que satisfecho de haber logrado por fin convencer a la gran mayoría de las fuerzas políticas de abordar la reforma de la Constitución, y así se lo hizo saber este viernes a su militancia, a través de una carta enviada por el secretario general del partido, Pedro Sánchez.

En la misiva, Sánchez recuerda que durante muchos años la propuesta del PSOE fue acogida con “desdén, ataques y menosprecios”, aunque señala que los socialistas siempre estuvieron convencidos de que aquellos que desdeñaban sus planteamientos se acabarían sumando.

“Ese momento ha llegado”, dice la carta; y recuerda que la comisión de estudio del modelo territorial se creará una subcomisión para reformar la Carta Magna, “lo que supone la asunción por parte de todos los actores políticos de que la hoja de ruta marcada desde hace años por el PSOE era la acertada”, se afirma.

Sánchez apunta que el PSOE defenderá en dicha reforma las resoluciones aprobadas en el 39º Congreso Federal, “un proyecto en el que el fortalecimiento de la convivencia a partir de la diversidad de España es absolutamente esencial”, escribe el secretario general del PSOE.

Aseguró que el PSOE va a buscar espacios de entendimiento, “para la construcción de un nuevo Pacto Constitucional del que se sienta partícipe el conjunto de la sociedad española, y muy especialmente nuestros jóvenes”.

Además, Sánchez anima a la militancia a “poner en valor” que haya sido el PSOE quien haya abierto “esta oportunidad histórica” en la que quiere buscar, sobre todo, “un pacto intergeneracional”.

El líder socialista dice que en esta reforma se debe afrontar la crisis de Catalunya pero, además, plantea que hay más desafíos: el fortalecimiento de los derechos y libertades; la adecuación de nuestra articulación con Europa, el refuerzo del Estado Social para garantizar la igualdad entre todos los ciudadanos, la mejor calidad democrática o la regeneración de la vida política y de las instituciones.

El PSOE se alegra de que por fin se haya entendido de que la España de 2017 no es la España de 1978, “y un nuevo tiempo, necesita una nueva Constitución”, se dice.