Los incidentes ocurridos durante la celebración, el pasado 11 de septiembre, de la Diada en Catalunya, se cuentan con menos de los dedos de una mano. Pero el PP no ha perdido oportunidad de sacar partido de ello y ha culpado al presidente del Govern de ser el causante, al impulsar el debate soberanista, de la agresión sufrida ese día por una joven de Nuevas Generaciones de Tarragona (NNGG) 'por defender que España es Catalunya'.

Así lo ha insinuado este sábado el vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, en la clausura del Foro Nacional de NNGG, celebrado en Valencia. 'Con Artur Mas en la Generalitat están empezando a pasar cosas que pasaban antes en otros lugares', ha sentenciado el también eurodiputado conservador, que ha tildado al jefe del Ejecutivo catalán de 'irreponsable' por 'dividir y enfrentar' a los catalanes.

Pons se ha dirigido directamente a Marta, la joven de 19 años que fue increpada hasta que cayó al suelo cuando se dirigía a la concentración de Sociedad Civil Catalana (SCC) que tuvo lugar el pasado 11 de septiembre en Tarragona. 'Marta, esto antes en Catalunya no pasaba', repitió, tras mostrarle que está 'orgulloso' de ella. 

Sin embargo, el dirigente conservador olvidó mencionar la agresión que durante esa jornada también sufrió el líder de Ciutadan's, Albert Rivera, que fue tildado de 'fascista' por una persona que intentó acercarse para golpearle en la Plaza de Catalunya de Barcelona. Y ni mucho menos citó la recibida por el diputado de CiU en el Congreso Josep Sánchez Llibre en Madrid, que acabó la celebración de la Diada renombrado como 'hijo de puta' y 'cabrón catalán', y con un golpe en el hombro por el que ya ha interpuesto una denuncia. 

Aun así, Pons no ha tenido repartos en quejarse de que 'muchas veces ocurre que cuando las agresiones son en el otro lado, se magnifican, y en este lado tenemos que callarlas'.

De otro lado, el eurodiputado del PP ha tirado de argumentario para volver a advertir a los soberanistas de las consecuencias económicas que conllevaría la secesión. Así, ha acusado a Mas de convertir la independencia en 'un espejismo para Catalunya y en un callejón sin salida para los catalanes'.

El dirigente conservador ha advertido —como ya hizo ayer la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría— de que después del 9 de noviembre (fecha prevista la consulta) seguirá habiendo paro, deslocalizaciones de empresas e impagados. 'Los problemas de todos seguirán y nada se habrá solucionado', ha asegurado.

Además, ha destacado que tiene familia que vive esa comunidad, a la que no está dispuesto a considerar 'extranjera', y ha afirmado que los españoles llevan 'siglos conviviendo juntos y no hay razón para romper a esa convivencia'. 'Si ese trozo de España se separase a todos nos iría peor', ha manifestado González Pons, quien ha advertido de que 'se romperían lazos económicos, culturales y afectivos, ya que se partirían familias por la mitad'.