La política fiscal es uno de los puntos de tensión que más ha exprimido Isabel Díaz Ayuso en su particular batalla por hacer oposición a las medidas redistributivas impulsadas desde la Moncloa. En su última maniobra electoral, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado que, en el caso de ser reelegida en las elecciones del 28 de mayo, aplicará una nueva rebaja de medio punto sobre la renta. Lo que implicaría una reducción de la recaudación de 334 millones de euros y un incentivo más para el dumping fiscal entre autonomías.

Esta bajada del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se sumaría a la ya aprobada por el Gobierno regional hace poco más de un año y beneficiaría fundamentalmente a las rentas más altas. Una tendencia que viene siendo la habitual en el territorio gobernado por el Partido Popular y que se suma a otras leyes, como la que amplió hasta el 25% la bonificación del impuesto de Sucesiones y Donaciones, que sólo favorecen a un pequeño y adinerado estrato social.

"Madrid por su efecto capitalidad puede permitirse ciertos lujos que otras comunidades ni contemplan. Ayuso se aprovecha de que la presencia del Estado aquí es mucho mayor", explica la politóloga Verónica Fumanal. La especialista recuerda que los servicios sociales, la sanidad o la educación "nunca han sido una prioridad para el PP" e insiste en que este anuncio es coherente con la ideología, basada en el esquilmo de lo público, que los conservadores defienden.

En este sentido, Fumanal pone de relieve el enorme volumen de seguros privados que hay disponibles y contratados en la región, cosa que no sucede en provincias como Soria, Huesca o Teruel, donde la red de comunicaciones es infinitamente menos y la población está mucho más disgregada. "A los hospitales privados les sale absolutamente rentable Madrid y, al mismo tiempo, Madrid los necesita para suplir con su servicio privado las carencias de lo público", razona la experta. 

Pero, además de llevar al límite la infrafinanciación de los servicios elementales del Estado del Bienestar (Madrid es la autonomía que menos invierte en sanidad y educación), Fumanal considera que el populismo fiscal de Ayuso "es tremendamente insolidario con el resto de comunidades". "¿Qué pretende la presidenta? ¿Vaciar el resto de España de oportunidades?", se pregunta. "Quieren presumir de un modelo que atrae fortunas y hablar de éxito fiscal, pero ocultan que Madrid está dopada con inversión pública y privada", critica.

Sin embargo, tal y como advierte Luis Del Amo, secretario técnico del REAF del Consejo General de Economistas, conviene tener en cuenta que "la lógica que lleva a pensar que cuanto más bajan los impuestos, más aumentan los ingresos tributarios no siempre se cumple, o solo se cumple en situaciones muy concretas". De hecho, en Madrid los ingresos del IRPF crecieron un 14,7% en 2022, un punto por debajo de la media nacional.

El experto específica que lo que verdaderamente puede influir es la bajada en el patrimonio. Si bien, de nuevo, este sólo afecta a unos pocos. Además, recuerda que hay una parte significativa de los madrileños que no alcanzan el mínimo para hacer la declaración de la renta, por lo que no se ahorran nada.

A este respecto, la socióloga Cristina Monge destaca lo importante que es hacer pedagogía con los temas fiscales. En particular, que sean las propias administraciones las que se encarguen de ello, "de contar que si la rebaja de impuestos es lineal, acaba perjudicando a las rentas medias y bajas porque son quienes más necesidad tienen de recurrir a los servicios públicos".

"Si echáramos cuentas y comparásemos lo que se paga en impuestos para financiar el servicio madrileño de salud, y lo que se tendría que pagar por una consulta privada, se apreciaría una gran diferencia. Bajar impuestos no implica nada positivo de por sí", concluye.