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Inna Afinogenova - pA' qué me invitan

Montajes mediáticos para tumbar políticos en Latinoamérica

Inna Afinogenova en La Base
Inna Afinogenova en La Base.

Es bastante sintomático el hecho de que las primeras reacciones internacionales llegaron de Latinoamérica. Quienes han visto nuestro programa anterior ya estarán al tanto de lo que es 'lawfare' y cómo se ha convertido en una herramienta de eliminación del adversario político. Si no lo han visto, tienen nuestro canal de Youtube, hoy intentaremos no repetirnos, porque, como se imaginarán, hay casos de conspiración político mediática contra los principales dirigentes de la izquierda, como para parar un tren. 

Fíjense que casi todos los presidentes que se pronunciaron sobre estos audios, dijeron que todo esto les suena. 

Gabriel Boric, que escribió ayer precisamente un mensaje en esa línea, que no es muy distinto de las prácticas de muchos países de América Latina, lo sabe perfectamente. Si le han sacado una supuesta ficha médica que indicaba que se había sometido a un tratamiento contra la adicción de cocaína, han puesto a circular un video en el que aparecía Boric supuestamente drogado, cuando en realidad el video era de una agresión que sufrió. El goteo de estas 'informaciones' ha sido tan intenso que tuvo que salir no solo a desmentirlo, sino también a hacerse un test de drogas. Todo ello, en plena campaña electoral, porque el 'timing' para este tipo de montajes, como ya hemos dicho, es primordial. 

Gustavo Petro también escribió. Acaba de ganar las elecciones de Colombia tras pasar por una campaña electoral en la que la revista Semana se llevaría, si pudiera, la medalla de oro, de plata y de bronce a la vez por intentar tumbarlo. El apogeo fue a pocos días de la segunda ronda electoral cuando ese medio se sacó de la manga los denominados 'petrovideos': horas y horas de escuchas a Petro y sus asesores en los que lo único que trascendía era que ese equipo… pues quería ganar las elecciones. Inadmisible. 

Andrés Manuel López Obrador, más de lo mismo: googleen el término 'pejeleaks'. Otra vez: plena campaña electoral, conspiración de la derecha en el marco de la denominada 'Operación Berlín' en la que se contrataban periodistas especialmente para escribir en redes sociales informaciones que podrían perjudicar a AMLO y, a la larga, revertir el resultado de las elecciones. 

Y no solo aquellos que se pronunciaron ayer. Hoy les quiero hablar de un par de casos gravísimos y que, hasta ahora, no hemos abordado.

Empecemos con Bolivia. En febrero de 2016, poco antes del referéndum constitucional -casualidades de la vida, no seamos malpensados-, Carlos Valverde, periodista de Santa Cruz (una provincia rica y tradicionalmente votante de la derecha católica y evangélica) muestra en televisión un certificado de nacimiento de quien dice que es el supuesto hijo de Evo Morales y su expareja, Gabriela Zapata. A raíz de esa denuncia, la oposición boliviana acusa a Evo Morales de tráfico de influencias para favorecer a la empresa china en la que su expareja trabajaba por aquel entonces como forma de comprar su silencio sobre esta presunta maternidad. El Estado le adjudicó a esa empresa contratos de obra pública por más de 500 millones de dólares. 

Durante 100 días, un conjunto de grandes medios (ERBOL, El Deber, Página Siete) pasea esas informaciones por diarios, agencias de noticias, canales de televisión y emisoras de radio. Todos ellos, pertenecientes a la Iglesia Católica, que es propietaria de más de un centenar de medios de comunicación en Bolivia. Paradójicamente (o no) posteriormente los bautizan como el Cartel de la Mentira.

Estas acusaciones, según algunos analistas, dañaron tanto la imagen de Morales que fueron claves para condicionar votos de muchos electores indecisos, y finalmente hacer que Evo perdiera el referéndum. 

¿Qué pasó después? Pues que el mismo periodista que dio vida a esa denuncia, salió a decir que el hijo no existe. Que la expareja de Morales había hecho pasar por el hijo de Evo a un sobrino suyo y que nada, sigamos adelante. Posteriormente, lo confirmó un tribunal también: el supuesto hijo de Evo Morales nunca existió

La madre del hijo inexistente y la expareja de Morales fue condenada en 2017 a 10 años de prisión por enriquecimiento ilícito y ahora mismo cumple su condena en prisión. Evo Morales perdió el referéndum y todas las causas en su contra fueron archivadas. El periodista que difundió esa mentira, se tuvo que ir un tiempo a Argentina, pero luego volvió y… sigue trabajando sin demasiado problema. 

Todavía no hemos llegado al momento en el que aterriza en Bolivia un medio que aquí os resulta tan familiar desde hace unos años, siempre por su limpieza y su deontología profesional: OKDiario.

El discípulo de Eduardo Inda, Alejandro Entrambasaguas, que saltó a la fama como 'periodista' digno de sustituir al maestro, cuando dijo que los bolivianos eran analfabetos que no conocían la civilización. Bueno, pues ese personaje llega a Bolivia tras el Golpe de Estado y hace el trabajo sucio al entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo.

De la mano de él, Entrambasaguas se pasea por un montón de canales de televisión acusando a una mujer llamada Lorgia Fuentes, de ser amante de un ministro de Evo Morales y también, beneficiar con contratos millonarios a la misma empresa china que ya estaba involucrada en el caso del hijo fantasma. Una especie del 'spin off' del caso del que acabamos de hablar. 

Sin embargo, pese a que no hay ni una sola prueba en su contra, a Lorgia Fuentes la detienen, la torturan funcionarios al servicio de Jeanine Añez con descargas eléctricas, sufre un derrame cerebral, luego la hospitalizan y está 106 días en el hospital amarrada a la camilla durante las 24 horas pese a la custodia policial. 106 días después sobreseyeron la causa por falta de pruebas.

Lorgia Fuentes está ahora en libertad, el ministro golpista Arturo Murillo detenido en EEUU por soborno, y Entrambasaguas sigue 'ejerciendo'. Y no nos habríamos enterado de este caso si no hubiese sido por nuestro compañero Julián Macías que le ha hecho un seguimiento.

Y por último, Pablo Iglesias ha recibido mensajes de apoyo de Ecuador también. De otros dirigentes a los que todo esto que te hicieron a ti les suena, por decirlo de forma suave. En plena campaña presidencial que llevó al banquero Guillermo Lasso a la presidencia del país, la revista colombiana Semana Nacional de Colombia, es decir, la guerrilla, habría entregado unos 80.000 dólares a la campaña de Andrés Arauz.

Por supuesto mencionaban que todo se había hecho a través de Rafael Correa, que como bien sabemos, ya tiene unas 40 causas abiertas en su contra en Ecuador, y que denominó la publicación de Semana como "una patraña más". El caso es que luego de esa publicación, se hizo viral un video en el que supuestamente miembros del ELN le expresaban su apoyo a Arauz. Y ese video lo analizó un ornitólogo. Ojo, un ornitólogo, que oyó en esa grabación el canto de un pájaro que solo habitaba en los bosques del Ecuador, con lo cual el video no podía haberse grabado en Colombia. 

Estuve todo el día de ayer intentando encontrar alguna historia por el estilo, pero en la que la connivencia mediática mafiosa con el poder político y económico le costara alguna dimisión a alguien, o un despido o una multa, o un veto por parte de los medios honrados.

Y nada, no encontré absolutamente nada. En el mundo anglosajón, algunos periodistas han llegado a ser despedidos por inventarse fuentes en noticias de ámbito cultural, y sus artículos llegaron a ser eliminados de sus respectivos medios. El caso más reciente es el de USA Today eliminando de su página web 23 artículos escritos por una reportera que aparentemente fabricaba citas. Las noticias que llegaron a eliminar tratan de desafíos en Tiktok, los licores más populares de Navidad, etc. 

No es que desde aquí queramos poner el periodismo anglosajón como ejemplo de nada, de hecho no lo es en muchas ocasiones y que tienen también sus medios y periodistas "Inda", pero te digo que allí al menos encuentras algo que haya terminado no ya con la carrera del periodista, que en muchos casos también, sino por lo menos con los materiales falsos que difundió.

En nuestro caso, esta gente no solo seguirá ejerciendo, sino que sus mentiras seguirán en los cachés de los navegadores, en las páginas web, en los canales de youtube… disponibles para quien quiera consultarlas.

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