El debate sobre la moción de censura que se inicia este jueves en el Congreso de los Diputados tiene hora de arranque – las nueve de la mañana – pero se ignora totalmente cuál será su duración, aunque se espera que el viernes a mediodía se realizará la votación.

Esta no es la primera moción de censura al Gobierno de Rajoy. El ejecutivo se enfrentó a una moción planteada por Podemos en junio de 2017, aunque sin éxito. El candidato propuesto, Pablo Iglesias, solo recibió el respaldo de su grupo y el de los diputados de ERC, de Compromís y de EH Bildu. Irene Montero abrió el debate de la moción contra el Gobierno de Rajoy. En esta ocasión, el secretario de Organización del PSOE -partido que presenta la moción, José Luis Ábalos, será el encargado de presentar la moción de censura. 

Después de la intervención de Ábalos, el candidato propuesto en la moción de censura, Pedro Sánchez, realizará la exposición del programa con el que pretende formar Gobierno, según establece el Reglamento de la cámara en su artículo 177.  Ni Sánchez ni Ábalos cuentan con un límite de tiempo establecido en sus intervenciones. 

Ese mismo criterio temporal se aplica también para las posibles intervenciones de los miembros del Gobierno. Los ministros pueden tomar la palabra en cualquier momento del debate y hacerlo sin límite de tiempo alguno. Eso sí, si lo hacen abren un turno de réplica y duplica con el candidato -Pedro Sánchez-.

Es usual no conocer la duración concreta de las mociones de censura. En mayo de 1980, en la primera moción de censura del grupo socialista al Gobierno de Adolfo Suárez, con Felipe González como candidato, los parlamentos se extendieron durante más de 20 horas a lo largo de tres días.  Una duración similar a la última moción, presentada por Podemos, que duró más de 17 horas.  En la segunda moción de censura, en marzo de 1987, de Alianza Popular contra el Gobierno de Felipe González, los debates duraron menos, algo más de 15 horas. 

Se da como seguro – así pasó en las anteriores mociones - que un miembro del Gobierno intervendrá para rebatir los argumentos que exponga Ábalos. Esa función podría recaer en la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, mano derecha de Rajoy. Es lo que hicieron sus homólogos en dos de las tres mociones de censura en la historia de la democracia española. Sin embargo, en la del año pasado fue el propio Rajoy quien respondió a Irene Montero.

A continuación llegará el turno al candidato Pedro Sánchez. A partir de ese momento se abren más incógnitas en torno a si el Gobierno solicitará tomar la palabra para contestarle. 

Los diferentes portavoces de los grupos de la cámara intervendrán por orden inverso a su importancia numérica, de menor a mayor. Empezará el grupo mixto, cuyos representantes se deben repartir la media hora de duración. Luego tomarán la palabra los representantes de los grupos del PNV, de ERC, de Ciudadanos, de Unidos Podemos, socialista y popular.

Tras cada una de sus intervenciones el candidato -Pedro Sánchez- puede intervenir para responder sus parlamentos, lo que puede generar a su vez un debate – los portavoces tienen 10 minutos para las réplicas y otros cinco minutos para las dúplicas - que, indudablemente, alargará la duración de la sesión. Entre medias pueden intervenir los ministros que pidan la palabra. 

Otro aspecto controvertido gira en torno a quien debe cerrar el debate, es decir, quién tiene la última palabra. El Gobierno, con el apoyo de la presidenta Pastor, otorgan ese “derecho” al Gobierno. Sin embargo, fuentes parlamentarias conocedoras del reglamento y de la práctica parlamentaria sostienen justamente lo contrario: debe ser el candidato Pedro Sánchez. Así ocurrió en las las tres mociones anteriores. En la del pasado año, fue Pablo Iglesias el protagonista del cierre de la moción al debatir con los portavoces de Ciudadanos, Albert Rivera, los de su propio grupo, Xavi Domènech, Alberto Garzón y Antón Gómez-Reino, del grupo socialista, José Luis Ábalos, y el del popular, Rafael Hernando (ni Rajoy ni otros de los miembros del Gobierno intervinieron).