Miguel Delibes, presidente del Consejo de Participación de Doñana, recibió como "un chute de adrenalina" la noticia de la rectificación del PP andaluz, que ha abierto un periodo de un mes para negociar con el Gobierno de España un pacto que evite la aprobación a las bravas de una ley que aumenta los suelos regables en el entorno del Parque Nacional.

Delibes acudió a Sevilla a dar una conferencia titulada Doñana, patrimonio del mundo –invitado por la Asociación Territorial de Ingenieros Industriales y la Fundación Cajasol– y, minutos antes de impartirla quiso lanzar un mensaje de paz. "La cuerda se había tensado mucho, hay que generar un diálogo constructivo sobre Doñana", dijo, a preguntas de los medios.

La fecha de la conferencia, según contó, se cambió varias veces y al final se decidió que fuera este 10 de octubre, que iba a ser el día en que se aprobara la ley que impulsa Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), antes de que este cambiara de parecer.

"Estoy muy contento. Llevábamos año y medio pidiendo que se hablara. No podía cada administración ir por su lado. Lo festejamos. Confiamos en que ese espíritu de diálogo, dure", afirmó Delibes.

Para el biólogo, en este momento procesal, lo que tiene que hacer es dejar que las conversaciones fluyan, que se pueda generar un acuerdo y no interferir más de la cuenta. "Llevamos casi dos años echando leña al fuego y [ahora] es difícil apagarlo. Mi tarea es echar agua para que se apague del todo el fuego más que sugerir cómo se debe solucionar", dijo.

Delibes, preguntado si considera que debe ser convocado el Consejo que preside, aseguró: "Me hago responsable de no haber convocado el consejo para no interferir en una fase que es ahora política. He tenido interlocución directa estos días, pero como Consejo, no. Tiene unos plazos para ser convocado y tiene que discutir sobre alguna base. Entiendo que en cuanto sepamos que hay unos cimientos, convocaré".

Sobre las soluciones que hay que aplicar en Doñana, Delibes no quiso ante los medios entrar más allá: "Hay que extraer menos agua". Y de nuevo reivindicó que es el momento de aportar a la solución, de "suavizar": "Hay muchas vías posibles. Es bueno que se esté hablando mucho. La cuerda se había tensado mucho. Hay que seguir suavizando esa tensión para poder generar un diálogo constructivo. Todos (los acuerdos) se hacen cediendo algo".

Agua 

Al final de la conferencia, durante el coloquio con los asistentes, Delibes sí dio algunos detalles de cómo ve la situación: "[La aprobación de la ley] enturbiaría mucho el ecosistema social. El Gobierno de España lo llevaría al TC. Así retrasamos tomar las medidas que se deben tomar. Seguramente nos iban a retirar los diplomas, nos iba a multar la UE. Íbamos a tener muchos problemas de ruido. La confrontación social entre agricultores se iba a incrementar. Se iba a generar una situación más complicada sin cambio aparente. Me alegré muchísimo de que se retirara (la ley andaluza). Vías de promoción de desarrollo diferente de incrementar los regadíos que es lo que se viene haciendo desde hace 40 años. Creo que es una oportunidad buenísima para la comarca. Por eso me puse muy contento".

Durante el coloquio Delibes abundó en la idea de reducir el consumo de agua: "Doñana se debe salvar, pero Doñana no volverá a ser lo que fue. El Estuario esta cambiando. Las marismas son cada vez menos profundas. El cambio climático está afectando. No es culpa de lo que hagamos los que gestionamos Doñana que no llueva, no. Siempre tendrá problemas, es un albino en un lugar de sol [...] Pero sí tenemos que salvar lo que podamos lo mucho o lo poco. Hay que reducir el consumo de agua. Puesto que está estropeada, hay que reducir el consumo, cuanto menos llueva, hay menos agua y [debe haber] menos consumo".

Sobre la inversión de 350 millones que prepara el Gobierno de España, manifestó: "Espero que la Junta de Andalucía tenga otro dinero. Me gustaría que Andalucía no aparezca simplemente recogiendo la limosna del Gobierno central. Que hablen para pactar un proyecto de desarrollo diferente, industrias de transformación de productos agrícolas, incluso inversiones para generar fuentes de empleo diferentes, todo eso deben hablarlo y negociarlo. Desde mi punto de vista el problema es más político, de saber cómo quieren orientar esto. Quiero que se pongan de acuerdo. Pero el ideal es que encuentren fórmulas de desarrollo sin más regadíos".

Delibes aseguró: "La situación es coyuntural y estructural. Probablemente si lloviera por encima de la media, estaremos mucho menos preocupados, pero no llueve y por lo que sabemos la tendencia es que va a seguir lloviendo poco. Mantener las zonas húmedas de Doñana pasa por restringir la extracción de agua de los acuíferos. A mí se me ocurre, pero no quiero meterme en lo que puedan estar hablando, hay vías alternativas al regado puro y duro. No quiero meterme en esto. No les revelo nada si digo que la Junta está más bien de un lado y el Gobierno de España está en eliminarlos. Como están hablando entre ellos, prefiero que hablen".

Preguntado por el tipo de agricultor que existe en Doñana, Delibes dijo: "De nuevo es meterse en el tema que se está negociando ahora. No voy a decir cómo tiene que arreglarse. Pero hay intereses fuertes que presionan en determinado sentido. Seguramente algunos intereses poderosos tengan más fuerza que los intereses de las familias. El perfil del agricultor de Doñana cambió desde los 80. Era una comarca de secano, vino, higueras, almendros, todo esto no existe, lo que no sea cultivos bajo plástico prácticamente ha desaparecido".

Sobre la compra de Veta La Palma por la Junta de Andalucía, Delibes manifestó: "Nos hemos alegrado de esa noticia. Tiene otras connotaciones que se refieren al precio y la compra. No tengo ni idea de si se va a pagar mucho o poco, pero sí sé que Doñana se está colmatando, cada vez cubre menos y hay especies que necesitan plantas acuáticas de las que se alimentan. Esos sistemas en el interior prácticamente no quedan. Veta La Palma es una finca particular gestionada para criar pescado. Cuando supimos que iban a dejar de cultivar, nos preocupamos mucho: hay especies que solo están allí. Entones, pedimos que inundaran sus parcelas, pero estábamos preocupados de que aquello acabara siendo un secarral. Queríamos buscar una solución, y esta nos gusta. Desde el punto de vista de conservación de Doñana es importante".

El presidente del Consejo de Participación remachó con esta idea: "La comarca de Doñana se puede explotar de forma garantista, teniendo en cuenta la reserva de la Biosfera".