La única pregunta que el vicepresidente de la Generalitat de Catalunya, Oriol Junqueras, ha contestado claramente este jueves en Madrid ha sido sobre su negativa a participar en la ronda de contactos con el rey: "No me reuniré con el monarca hasta que él respete las instituciones catalanas y reciba a la presidenta del Parlament de Catalunya", ha sentenciado en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el que han asistido, entre otros, el presidente de la patronal, Joan Rosell, y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

Junqueras no ha querido valorar los supuestos votos de diputados de CDC al PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso: "No tengo por costumbre opinar sobre las decisiones internas de otros partidos políticos". Con este mismo argumento, ha evitado hacer pronósticos sobre las futuras elecciones en Euskadi y valorar las nuevas caras de la candidatura de la CUP.

Esta mañana, el vicepresidente catalán tampoco quiso "confirmar ni desconfirmar" que, como se filtró este miércoles, aprovecharía su visita a Madrid para reunirse con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santanaría, a pesar de que la cita había sido propuesta por Moncloa, según fuentes de Público. Sólo concedió que siempre está "encantado de hablar y escuchar a todo el mundo" a pesar de que la distancia entre ERC y el PP es relevante. "Tan relevante que en muchos aspectos estamos situados en las antípodas del panorama político", ha manifestado.

La risa ha sido otra de las respuestas de Junqueras a las preguntas de los periodistas durante el desayuno informativo. Por ejemplo, a si ve a Josep Antoni Duran i Lleida como ministro en el Gobierno de Rajoy. El presidente de ERC sí se ha mojado en lo que ya se conocía, como que su partido "apoyará la investidura de cualquier candidato" a presidente del Gobierno a cambio de un "referéndum a la escocesa" sobre la independencia de Catalunya.

Al margen de esta consideración, el consejero de Economía y Hacienda de la Generalitat se ha escudado en la economía durante todo su discurso para esquivar valoraciones políticas. En ese sentido, ha recordado que la economía catalana creció un 3,4% el año pasado y que el Govern prevé que en 2016 el crecimiento alcance el 2,9%. También ha cuestionado que el Ministerio de Hacienda canalice el 95% del esfuerzo fiscal de los catalanes y ha reclamado un "compromiso colectivo" para luchar contra el déficit. "Si no lo hacemos, nos será imposible asumir los retos financieros de competitividad, energía, etc, que tenemos por delante".