El rey emérito ha vuelto a España tras 655 días de residencia en Abu Dabi. Pese a las numerosas peticiones de explicaciones sobre el origen de su fortuna, Juan Carlos I ha venido para pasar un fin de semana de regatas. Es decir, tres días de descanso y disfrute entre amigos en Sanxenxo. Nada de rendir cuentas tras los dos años de escándalos.

Fue el 4 de agosto de 2020 cuando Zarzuela comunicó la decisión de Juan Carlos de abandonar España, cercado por la Justicia. Después de que durante semanas salieran a la luz detalles de su fortuna opaca, el exjefe de Estado aseguró que se iba para "facilitar" la tarea de su hijo "ante la repercusión pública que está generando ciertos acontecimientos pasados".

El motivo de la huida de Juan Carlos era claro: estaba a un paso del banquillo. Y entonces todo apuntaba a que el futuro del emérito no sería bueno, pero finalmente en marzo la Fiscalía del Tribunal Supremo ha acabado archivando las tres diligencias de investigación que mantenía abiertas desde hace dos años sobre sus actividades económicas y los negocios opacos de Juan Carlos I. 

El cierre de las investigaciones ha llevado a que se lleven las causas a la Justicia Europea pero, mientras, el emérito ha aprovechado para volver a España, ignorando los escándalos. 

El Gobierno demanda explicaciones

Durante las ocho horas que duró el vuelo que trajo al emérito de vuelta a España, hasta el Gobierno ha considerado que debe dar explicaciones a la ciudadanía. "No es un problema de ir o venir, sino de pedir cuentas. Una democracia como la española merece una explicación de lo que ha hecho mientras era jefe de Estado", demandó la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Mientras que, a juicio de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, "los ciudadanos merecen una explicación" después de las informaciones "inquietantes" de los últimos años.

La ministra de Justicia, Pilar Llop, por su parte, afirmó que el Gobierno no "tiene nada que decir" sobre la vuelta a España del emérito, si bien está convencida de que a la sociedad "le gustaría recibir explicaciones sobre todo lo que ha sucedido".

Mientras que la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, aseguró afirmado que "solo debería volver a España para rendir cuentas a la justicia". "Que la inviolabilidad le libre de ello humilla nuestra democracia. Que con la legislación actual la monarquía goce de impunidad es el problema central que plantea. La ley debe ser igual para todos", añadió.

Más exigencias de rendición de cuentas

Pero los reproches también llegaron desde fuera del Ejecutivo. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha considerado que "poner una alfombra roja con todos los honores" al emérito es "absolutamente incompatible con una democracia que es autoexigente con sí misma".

A las críticas se ha unido el lehendakari, Iñigo Urkullu, para quien es "absolutamente necesario" dar cuenta "de todo lo que haya hecho".

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, cree "imperdonable" lo que ha hecho el emérito y le hubiera gustado que volviese "repatriando todo el dinero que tiene fuera y pidiendo disculpas de verdad".

Peticiones para saber cuánto ha costado el viaje

La otra polémica que rodea al regreso del emérito es cuánto dinero costará a las arcas públicas. El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha pedido al Gobierno que detalle "cuánto cuesta a los gallegos esta regata del Bribón... Borbón".

Petición que ha hecho también el líder de Más País, Íñigo Errejón, que se ha preguntado cuanto va a costar al erario público la visita de un rey que "se fugó" para no dar explicaciones y que ahora "se está riendo de los españoles".