El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, habla lento, articula discursos largos, engolados, cargados de metáforas, comparaciones y referencias. Tiene un tono pausado y alejado de las estridencias con el que camufla un mensaje duro. Por eso, quizás, cuando le acusan de "tibio" no entiende por qué y se revuelve: "Tengo muy claro que la tibieza no ha formado parte de mi biografía política, eh". Una biografía a que este 2023 puede convertir en épica o tragedia.

Así, dicen quienes le conocen desde sus inicios en política que Alberto Núñez Feijóo es "previsible"-algo de lo que él mismo presume- pero que "hay que escucharle bien cuando habla". Y ha inaugurado el año electoral precisamente hablando en el Foro del diario conservador ABC frente a la plana mayor de su partido y representantes del mundo empresarial, ante los que ha expuesto el argumentario que se escribe en Génova. 

Una hora de ataques continuados al Gobierno vertebrados a través de uno de los discursos más duros de Núñez Feijóo desde que es presidente del PP. Feijóo habló de "un plan premeditado" por el Gobierno "para alterar sustancialmente las bases de la convivencia democrática". Dijo también que "se trata de que todo aquello que fue democráticamente derrotado en la Transición se tome una especie de revancha". 

Pero Feijóo quería, sobre todo, colocar un mensaje con el que dar el pistoletazo de salida a la carrera por la victoria el 28 de mayo: el Gobierno está "intervenido". "Estamos ante el primer Gobierno intervenido de la historia democrática de España", repitió hasta en dos ocasiones. Describió a un Pedro Sánchez "cautivo por propia voluntad" que no tiene "poder real" sobre una parte del Ejecutivo y que tampoco "controla realmente la agenda política y legislativa".

En otras ocasiones en las últimas semanas tanto Feijóo como miembros de la dirección nacional del PP habían hablado de la "falta de legitimidad" de Sánchez para, por ejemplo, eliminar el delito de sedición o reformar el de malversación. "No es legítimo lo que está haciendo", denunciaba el líder popular en diciembre.

Este martes, después de los sucedido en Brasil con el asalto de los 'bolsonaristas' al Congreso, alentados por una campaña de deslegitimación del gobierno democráticamente elegido de Lula da Silva, Feijóo evitó hablar expresamante de esa ausencia de legitimidad legislativa. Aunque lo cierto es que la idea que subyacía en sus casi sesenta minutos de intervención era esa: definió a Sánchez como un "seguro servidor del radicalismo" que pretende "convertir en rehén a toda la nación hurtándole a la ciudadanía cualquier capacidad de decisión".

Sobre el presidente del Gobierno, Feijóo le acusó de hacer gala de "una proverbial soberbia" y de considerarse "el alfa y el omega" cuando solo "es un mero intérprete de un libreto escrito por la extrema izquierda y el independentismo". El presidente del PP no escatimó en ataques ni calificativos gruesos. En otro momento de su intervención dijo que Sánchez era un "subordinado útil" al que le "prolongan la libertad condicionada".

Estas declaraciones llegan menos de 48 horas después de que Génova escenificase una apuesta firme por la ansiada 'moderación'- la etiqueta con la que el PP aspira a conquistar el centro político- con el fichaje de Borja Sémper, que se fue así de la primera línea política: "Si continúa esta política de decir la cosa más fuerte, si el populismo reaccionario nos arrastra a los demás, yo no pinto nada en política".