El freno a la reforma sanitaria impulsada por la Junta de Castilla y León, tras votar este martes el PP a favor de su retirada por petición del PSOE para sentarse a dialogar, ha alejado a los dos partidos de gobierno, pero han descartado que este episodio pueda quebrar el pacto Cs-PP para lo que resta de legislatura.

La mecha se encendió el pasado lunes, cuando en el Pleno de las Cortes el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP), dio a entender que su partido apoyaría hoy una propuesta del PSOE que incluía la retirada de la reforma sanitaria impulsada por la consejera de Sanidad, Verónica Casado, nombrada por Cs, lo que enfadó a la parte naranja del Ejecutivo, liderada por el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea.

A última hora de la noche, los equipos de Mañueco y Luis Tudanca (PSOE) confirmaron que, tal y como habían planteado en su cara a cara parlamentario, ambos se reunirían para abordar la mejora de la sanidad, sin la participación de Casado ni Igea.

Tras unas horas de intercambio de impresiones y reproches entre representantes del PP y Cs, este martes arrancó la segunda jornada del Pleno con la sorpresa de que Igea convocaba una rueda de prensa para analizar la situación del acuerdo de gobierno con el PP, lo que disparó algunas alarmas y encendió aún más el interés por el debate de la proposición no de ley del PSOE, ante la que finalmente el PP y Cs mantuvieron posiciones distintas.

En la votación de esta propuesta, que pide la retirada de la reforma sanitaria, el PP votó a favor de la iniciativa socialista junto a Podemos, Unión del Pueblo Leonés, Por Ávila, Vox y la procuradora no adscrita, mientras que Cs optó por la abstención.

En su anunciada comparecencia ante los medios, Igea ha dejado claro que pese a las discrepancias surgidas en las últimas horas por la política sanitaria, no habrá cambios en el pacto de gobierno del PP y Cs en esta Comunidad, ya que confía en que el presidente Alfonso Fernández Mañueco sea un "hombre de palabra".

Pese a este planteamiento de continuidad y manifestar su intención de no criticar a su socio de gobierno, Igea ha lanzado varios dardos contra el PP de Mañueco, pero ha dado por hecho el mantenimiento de la distribución de las consejerías y también la propia continuidad de la consejera cuestionada por la votación.

Ha expresado que "naturalmente" la consejera de Sanidad, a la que ha defendido porque los ciudadanos valoran "que no les miente, que se desvela" y por su "trabajo incansable", va a seguir en su puesto y que la política sanitaria plasmada en el acuerdo de gobierno con el PP "va a continuar" a pesar de haberse aprobado una iniciativa que pide frenar su reforma y que Igea ha tildado de "tontería" y de "imposible" cumplimiento.

Mientras hablaba Igea se ha desarrollado la reunión entre Mañueco y Tudanca y al término del encuentro ambas partes han elogiado a través de sendos comunicados la cordialidad y el hecho de sentarse a dialogar sobre la sanidad.

En el caso de la Junta, el presidente ha agradecido la disposición al diálogo del líder socialista sobre la mejora de la sanidad pública en la Comunidad, aunque ha avisado de que no le encontrarán "en el uso partidista de la sanidad para tratar de desgastar" al Gobierno autonómico.

El presidente ha asegurado que lo trasladado a Tudanca se centra en que "todos los consultorios locales de Castilla y León van a permanecer abiertos y recuperarán la presencialidad lo antes posible posible".

Por su parte, el líder del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, ha celebrado haber conseguido "parar la reforma sanitaria", tras votarlo así el PP y haberse abstenido Cs, aunque ha pedido al presidente autonómico que dé oficialidad a esta postura y la lleve a un acuerdo del Consejo de Gobierno.