Tras la tormentosa jornada del jueves, con cambio de cerradura incluido en la sede del Partido Socialista de Madrid (PSM), en Ferraz se empieza a respirar con alivio y se cree que se está ganando el pulso a Tomás Gómez y pacificándose la situación.

La “okupación” de la sede de los socialistas madrileños en Callao, hasta con personal de seguridad de Ferraz; la renuncia de Tomás Gómez a la Portavocía del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid o que Maru Menéndez haya dejado su escaño, son gestos que en Ferraz se entiende que allanan el camino para evitar el cisma y para que, finamente, se imponga la decisión tomada.

Ferraz no dejará opción a Gomez y nombrará el candidato “a dedo”

Además, Ferraz ha cerrado todas las puertas a cualquier regreso de Gómez con fórmulas que sí recogen los estatutos, pero que son dudosamente democráticas.

Así, la gestora que preside Rafael Simancas tiene un plazo de seis meses, que pueden ser prorrogables, para convocar un Congreso, tiempo más que suficiente para hacerse con el partido o hacer olvidar la figura de Gómez. Sólo se convocará cuando lo gane la dirección federal.

Y en cuanto al proceso interno para la elección del candidato del PSOE, Ferraz se ha olvidado de la participación, de votaciones y de dar la palabra a ciudadanos o a militantes. Es decir: no habrá primarias. Las asambleas locales propondrán nombres que luego ponderará la gestora creada en Madrid para proponer uno. “Dedazo” puro y duro, que cierra cualquier puerta a un supuesto intento de Gómez de querer volver a intentarlo.

Simancas lo justifica por las circunstancias excepcionales, pero lo cierto es que la dirección federal no está segura de sus fuerzas en el PSM, que siguen muy controladas por Gómez, aunque esté perdiendo apoyos tras el golpe de mano de la Ejecutiva Federal.

Además, Ángel Gabilondo sólo ha puesto como condición a su posible candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid que esta no genere rechazo, ni ruido interno. Él no es un hombre de partido, por lo que si da el paso quiere tener el camino despejado. Eso sí, será durante toda la campaña un candidato nombrado “a dedo”.

Con todo ello, un destacado dirigente de la Ejecutiva comentó a Público que están seguros de que las aguas se calmarán pronto. En esta línea, y aunque no quiso hacer lecturas a nivel nacional, indicó que si esto se entiende como un aviso a navegantes de que el secretario general es el que manda, “es un buen mensaje”, ironizó.

Dicho dirigente rechazó más decisiones de este tipo en ninguna otra federación socialista, y aseguró que el proyecto de Sánchez ahora es centrarse en las elecciones que se avecinan, negando cualquier lectura de que siga buscando más poder orgánico de cara a las primarias a la Presidencia del Gobierno del mes de julio.

Prudencia de los barones

Lo barones, mientras tanto, mantienen mucha prudencia. Ximo Puig dijo que lo ocurrido le produce “desazón”, Guillermo Fernández Vara salió a respaldar abiertamente a Pedro Sánchez –nunca se llevó bien con Gómez- y Susana Díaz sigue con su campaña de cara a la galería y no entra en la polémica públicamente.

Por detrás hay conversaciones, pero la idea que prima es que hay que cerrar la crisis del PSM cuanto antes y centrarse en las respectivas elecciones municipales y autonómicas que están a la vuelta dela esquina Además, por el propio calendario electoral, no habrá foros orgánicos internos del PSOE a corto plazo para abrir un debate sobre lo sucedido o ir a un enfrentamiento mayor.
Todo ello no quiere decir que la decisión de Sánchez no haya abierto heridas internas y también haya hecho moverse los cimientos de la supuesta operación de Susana Díaz.

Mientras tanto, Tomás Gómez ha aumentado su presencia mediática y su nivel de crítica contra el secretario general del PSOE, a quien ha acusado de “estar destrozando el PSOE en toda España”.

Gómez indicó este miércoles que la decispión de Sánchez ha sido “un gran error”, y reiteró que se defenderá en los órganos del partido –ya presentó un recurso- y si es necesario en los tribunales

Los próximos movimientos de Tomás Gómez, de momento, no se conocen, pero fuentes cercanas al dirigente madrileño aseguran que está muy lejos de tirar la toalla. Sólo Antonio Miguel Carmona, que parece que es el único puente entre Ferraz y la antigua dirección del PSM, podría calmar al ya ex secretario general de los socialistas madrileños.