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Feijóo promete ahora dejar el paro en el nivel en el que estaba antes de que él llegara a la Xunta

El candidato a presidente autonómico muestra su intención de convertir a Galicia en referencia y ejemplo en el debate sobre la reformulación de la organización del Estado

Alberto Núñez Feijóo, al inicio del debate de investidura en el Parlamento gallego, donde solicita a la Cámara autonómica la confianza para ser investido de nuevo presidente tras su victoria electoral del 25 de septiembre. EFE/Xoan Rey

JUAN OLIVER

SANTIAGO.- Alberto Núñez Feijóo prometió este martes en su discurso de investidura que durante la próxima legislatura Galicia creará entre 80.000 y 100.000 puestos de trabajo (entre un 8% y un 10% más de los que tiene ahora) y que al final de la misma la tasa de desempleo se situará por debajo de los dos dígitos. Es decir, donde estaba justo antes de que empezara la crisis y de que él accediera a la presidencia de la Xunta en el año 2009.

Arropado por una cómoda mayoría absoluta de 41 diputados sobre 75, Feijóo mantuvo en su discurso la misma línea de moderación y de alejamiento de las siglas del Partido Popular, al que prácticamente no nombró a lo largo de hora y media de intervención, que desarrolló durante la campaña del 25-S. “Me presento como un militante de Galicia”, dijo nada más comenzar, para concluir con uno de sus eslóganes electorales. “Galicia, Galicia, Galicia”.

El candidato (será investido el próximo sábado, dos días después de la réplica de la oposición, que se celebrará el jueves) reconoció que no persigue “la Galicia perfecta”, pero sí un país “que se quiera más” a sí mismo. Mantuvo un tono conciliador y de mano tendida a la oposición, a la que ofreció consensuar las medidas necesarias para alcanzar sus objetivos programáticos. En ese sentido, pidió que el Parlamento ofreciera a los ciudadanos una imagen de “moderación y estabilidad”. Incluso llamó al resto de grupos (En Marea, PSdeG y BNG) a “sorprender” a la ciudadanía con acuerdos puntuales de Gobierno. “Da igual de quién sea una idea si es una idea buena para los gallegos”, vino a decirles.

Feijóo también anunció su deseo de convertir a Galicia en el ejemplo del debate sobre la reformulación del Estado, e incluso se permitió una velada crítica al Gobierno de Rajoy, que anunció una inminente reunión de la Conferencia de presidentes autonómico, que “tiene que dejar de ser excepcional” para convertirse en una institución “efectiva”. También abogó por negociar un nuevo modelo de financiación autonómica que no dependa en exclusiva “de los intereses de Cataluña”.

Alberto Núñez Feijóo durante su discurso en la primera sesión del debate de investidura, en el que solicita a la Cámara autonómica la confianza para ser investido de nuevo presidente tras ser propuesto como candidato por la Presidencia del Parlamento una

Alberto Núñez Feijóo durante su discurso en la primera sesión del debate de investidura, en el que solicita a la Cámara autonómica la confianza para ser investido de nuevo presidente tras ser propuesto como candidato por la Presidencia del Parlamento una vez oídos los grupos. EFE/Xoan Rey

Su primera medida será la aprobación del techo de gasto y de los presupuestos del 2017, que aumentarán en 250 millones de euros hasta alcanzar los 9.054 millones. Eso supone un crecimiento del 2,8%, por debajo del que experimentaron los presupuestos del 2016, que se incrementaron un 4,3% sobre los del 2015, en un bruto de 365 millones de euros. Aun así, aseguró que esa mejora le permitirá por primera vez presentar al Parlamento autonómico “unas cuentas expansivas”.

Su promesa de crear entre 80.000 y 100.000 nuevos puestos de trabajo y dejar la tasa de paro “por debajo de los dos dígitos”, lo que supone rebajarla en más de seis puntos en cuatro años, significa acelerar considerablemente el ritmo de creación de empleo. En sus primeros ocho años de mandato la tasa de paro se redujo apenas 3,7 puntos. Ahora, deberá hacerlo casi el doble en la mitad de tiempo.

Justo antes de que Feijóo llegara a la Xunta (tomó posesión en abril del 2009) el desempleo gallego estaba en el 9,6%, según datos de la encuesta de población activa del último trimestre del 2008. Durante su primera legislatura, la tasa se elevó hasta casi el 21 % en el segundo trimestre del 2012, tres meses antes de que volviera a ganar las elecciones. En la segunda legislatura, marcó el récord histórico del 23,2% en el primer trimestre del 2014. Desde entonces se ha reducido hasta el 16,3%.

Dejar la tasa de paro por debajo del 10% es una promesa muy difícil de cumplir que Feijóo acompañó con un elenco de medidas generalistas para reactivar todos los sectores económicos: el rural, el agroalimentario, el naval, la biotecnología, la automoción, el de las pymes y los autónomos...

Alberto Núñez Feijóo recibe la felicitación de los diputados populares, tras pronunciar su discurso en la primera sesión del debate de investidura, en el que ha solicitado a la Cámara autonómica la confianza para ser investido de nuevo presidente tras ser

Alberto Núñez Feijóo recibe la felicitación de los diputados populares, tras pronunciar su discurso en la primera sesión del debate de investidura, en el que ha solicitado a la Cámara autonómica la confianza para ser investido de nuevo presidente tras ser propuesto como candidato por la Presidencia del Parlamento una vez oídos los grupos. EFE/Xoan Rey

El candidato popular recordó que sus dos primeras legislaturas fueron “difíciles”. La primera, dijo, se aplicó a minorar los efectos de la crisis y “a evitar el rescate de Galicia” (una hipótesis que nunca llegó a plantearse); la segunda, a “consolidar la recuperación”. En la que se abre ahora, se compromete a lograr que las mejoras alcancen a quienes se han quedado al margen de la misma. “Es cierto que la recuperación no alcanzó a todos los gallegos”, admitió. De hecho, los datos oficiales indican que uno de cada cuatro gallegos viven en riesgo de exclusión social.

Para ellos prometió también una retahíla de medidas contenidas en su programa electoral, algunas de las cuales ya figuraban en el que presentó a las elecciones del 2012: lucha contra la crisis demográfica, ayudas para las familias desfavorecidas, ampliación de la red de guarderías infantiles hasta eliminar las listas de espera, mejora de la atención a la tercera edad... También anunció medidas para mejorar la sanidad pública, entre ellas una que, probablemente, no quedará exenta de polémica en el futuro: las competencias sobre la construcción y ampliación de instalaciones hospitalarias pasará de la Consellería de Sanidade a la de Infraestructuras, para que la primera pueda así centrarse en las mejoras en la atención a los pacientes.

En su discurso, nada grandilocuente pero asentado en su cómoda mayoría absoluta, Feijóo incluso se permitió mirar más allá de la legislatura que ahora comienza, para prometer que empezará a trabajar mañana mismo para que el próximo Año Xacobeo, que cae en el 2021, “será el mejor de la historia”.

Los portavoces de la oposición en el Parlamento Gallego: Xoaquín Fernández Leiceaga del PSdG (i), Ana Pontón del BNG (c) y Luis Villares de En Marea, tras de escuchar el discurso de investidura del candidato a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. EFE/Xoan Rey


Las reacciones de la oposición al discurso de Feijóo tardaron poco en llegar: Luis Villares, portavoz de En Marea y jefe de la oposición, le recordó que la “Galicia real” de la que habla incluye a las 725.000 personas al borde de la pobreza que no citó, sobre una población de 2,7 millones de habitantes, y lo acusó de estar más pendiente de sus propias expectativas “personales, profesionales y políticas” que de atender a esa inmensa bolsa de población necesitada.

Xoaquín Fernández Leiceaga, portavoz del PSdeG, también se refirió a las escalas o nulas referencias del candidato a asuntos como las carencias en atención primaria, dependencia, pensiones, la lengua, la regeneración de la vida política y la violencia machista”. A su juicio el discurso augura un continuismo que condena a Galicia “a reproducir en el futuro los mismos errores y fracasos”.

La portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Ana Pontón, aseguró haber tenido un déjà vu al advertir que las promesas y propuestas de Feijóo son las mismas que hace cuatro y ocho años, y que el candidato no tiene “ambición de país” suficiente como para evitar que el futuro de Galicia sea “la falta de esperanza”.

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