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ERC y Junts comienzan la negociación a contrarreloj para salvar al Govern

Cuenta atrás de poco más de 48 horas  para llegar a un acuerdo y salvar el pacto de legislatura. ERC valora el documento de "concreciones" de Junts con cierto escepticismo, pero con la voluntad de llegar a acuerdos por ambas partes. La exigencia de restitución del cesado vicepresident Jordi Puigneró, que Aragonès rechaza, complica el inicio de las conversaciones.

Pere Aragonès
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonés, a su entrada en el Parlament, durante la última sesión del debate de política general, celebrada este viernes. Marta Pérez / EFE

Hace semanas que las relaciones entre ERC y Junts se tambalean, pero las tensiones de esta semana han sumido al Govern en una crisis sin precedentes y le han dejado al borde de la rotura. Este viernes se inician 48 horas decisivas para una negociación exprés con la que Junts quiere arrancar algún compromiso por parte de ERC para poder explicarlo a la militancia, convocada a una consulta sobre la continuidad en el Govern el próximo 6 y 7 de octubre.

La clave de esta nueva negociación es la propuesta de Junts para concretar tres puntos que salven al Govern en relación con sus demandas: crear un espacio de dirección compartida del independentismo, acotar la mesa de diálogo con el Gobierno a la autodeterminación y la amnistía y coordinación en la actuación política en el Congreso de los grupos independentistas.

La propuesta de Junts se ha hecho esperar desde su anuncio, posterior a la larga reunión de la Ejecutiva del partido de este jueves pero finalmente ha llegado a la mesa del president de la Generalitat, Pere Aragonès, esta noche del viernes. Durante la segunda jornada del debate de política general en el Parlament, los dirigentes de ERC mostraron su "indignación" por no haber recibido ningún documento. Algo que indica "improvisación", aseguran. También han mostrado escepticismo sobre cuáles serían las exigencias. Resulta significativo que el secretario general del partido, Jordi Turull, no haya asistido a la sesión parlamentaria, a diferencia del martes, primera jornada del debate.

Entre las demandas que han trascendido está la exigencia de la restitución del cesado vicepresident del Govern, Jordi Puigneró. Una restitución que Aragonès rechaza de lleno y que desde ERC se ha interpretado "como una clara falta de voluntad para negociar y encontrar una solución".

Aunque no hay ninguna reunión agendada, están abiertos a hablar de ello, según fuentes de ambos partidos. Así se inicia una carrera contrarreloj para tratar de suavizar los efectos de los últimos días, marcados por una escalada de tensión que comenzó el martes en el Parlament, durante la primera jornada del debate de política general, y que se ha moderado durante la segunda, finalizada este mediodía.

La clave de la negociación es la concreción de tres puntos del pacto de gobierno

Se inicia un fin de semana en el que habrá contactos entre ambas formaciones para intentar llegar a un acuerdo y esquivar la ruptura entre los socios. La tensión en el Govern se ha visto reflejada en sede parlamentaria, aunque la sesión de este viernes no ha destacado por la beligerancia entre ambas formaciones, a diferencia de la primera, el pasado martes. Esa jornada fue donde se desató el terremoto político, cuando Junts amenazó a Aragonès con exigirle una cuestión de confianza.

En la sesión de este viernes, el president Pere Aragonès pidió "celeridad" a Junts respecto a la decisión de si continúan en el Govern, y reiteró su voluntad: "Mi apuesta es que el Govern actual pueda continuar".

Por su parte, el portavoz del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, extendió la mano a ERC, abriendo la puerta a la permanencia: "Aún estamos a tiempo de arreglarlo. Por nosotros no quedará", aseveró. En los pasillos, expectativa entre los miembros de ERC por la propuesta de "concreciones, garantías y plazos" para cumplir el acuerdo de gobierno que plantea Junts para no irse del Ejecutivo.

Una crisis latente desde finales de agosto

La crisis se desató el martes, cuando el propio Batet planteó desde el atril que Aragonès se sometiera a una cuestión de confianza si no aportaba estas "garantías y concreciones" para cumplir el pacto de gobierno. Desde finales de agosto, finalizada una auditoría al respecto, Junts ha resuelto que la acción de Govern está "alejando a Catalunya de la independencia".

Los republicanos habían expresado su negativa a ceder a ninguna de las demandas de Junts, pero el martes, antes del planteamiento de la cuestión de confianza, Aragonés extendió la mano a sus socios para estudiarlas.

Tras la negociación que tendrá lugar hasta el domingo, la Ejecutiva de Junts debatirá el lunes con qué pregunta interroga a la militancia sobre si debe quedarse en el Govern. Los republicanos apuestan por que así sea, y más allá de Aragonès, se han pronunciado a favor de ello voces tan acreditadas en sus filas como la del propio presidente del partido, Oriol Junqueras. Sin embargo, reclaman que si finalmente se quedan, Junts ofrezca "estabilidad y lealtad" al Ejecutivo.

Junts anunciará el lunes la pregunta con la que consultará a la militancia si se queda en el Govern

La propuesta de Junts de que Aragonès se sometiera a una cuestión de confianza fue muy mal recibida por el presidente y su partido, que lo calificaron de "gota que derrama el vaso" en la serie de tensiones y encontronazos con sus socios. Aragonès cesó al vicepresidente Jordi Puigneró, enterado de la propuesta antes de que Batet la lanzara, por haberle perdido la confianza. Un hecho tildado de "error histórico" por Junts, que no ha desperdiciado ninguna ocasión para reiterar su apoyo "unánime" al ya exvicepresidente.

Este miércoles, la ejecutiva de Junts se reunió durante cerca de diez horas, durante las cuales los medios estuvieron esperando a las puertas de la sede una decisión que llegaría en forma de prórroga. Se trata de una última oportunidad para negociar con Aragonès la permanencia en el Govern y alejar las nubes que provocaría la ruptura, entre ellas, la pérdida de cientos de altos cargos de Junts y un altavoz muy valioso a menos de un año de las elecciones municipales.

Resoluciones sobre el 1-O y la mesa de diálogo

En medio de estas turbulencias políticas, el debate de política general ha visto sus objetivos habituales muy distorsionados. La oposición en bloque criticó la situación política, el PSC la tildó de "ridícula" e "irresponsable", los comunes congelaron las negociaciones de los presupuestos hasta que se resuelva y la CUP lo calificó de "pugna por el poder" entre ERC y Junts.

Las propuestas de resolución también se han visto afectadas por la crisis en el Govern. La medida estrella de Aragonès anunciada el martes para impulsar la autodeterminación de Catalunya, un acuerdo de claridad al estilo de Canadá para celebrar un nuevo referéndum, ha perdido todo su protagonismo. Los comunes habían presentado una propuesta de resolución basada en esta idea, pero sólo ERC ha votado a favor, por lo que ha quedado rechazada.

La oposición en bloque ha criticado la crisis del Govern

Lo que sí se ha aprobado es un texto para reconocer al referéndum del 1-O como "un hito clave" en la defensa de la democracia y la autodeterminación y que reafirma que los valores del 1-O y el 3-O "marcan la dirección a seguir para construir definitivamente la república", informa la ACN. Precisamente este sábado se cumplen cinco años del referéndum. A propuesta de ERC, la cámara ha manifestado el "compromiso inequívoco" por trabajar y alcanzar la República Catalana "a través del ejercicio democrático". La propuesta se ha aprobado con los únicos votos a favor de ERC y Junts y la abstención de la CUP y los comunes.

También se ha aprobado la propuesta del PSC para instar al Govern a "propiciar un espacio de diálogo entre las formaciones políticas de Catalunya" con los votos a favor de PSC, ERC y comunes. El Parlament también ha aprobado, a instancias de los comunes, que se debe "acelerar" la negociación en la mesa de diálogo, que debe abordar la reforma del código penal y el delito de sedición. Solo han votado a favor ERC, PSC y comunes, mientras que Junts, la CUP, Cs, Vox y el PPC ha votado en contra.

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