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entrevista puigdemont "¿Alguien ha pedido al rey que rectifique?"

En su última entrevista antes de las elecciones al Parlament del Catalunya del 21-D, Puigdemont reflexiona en 'Públic' sobre su campaña electoral desde Bruselas, su pálpito con los resultados y sobre la actitud del Gobierno que aplicó el artículo 155 en Catalunya: "Celebré que hubiera alguien en el equipo de Rajoy que no fuera un halcón y participara del grito del '¡A por ellos!'".

El president cesado de la Generalitat y candidato de JxCat, Carles Puigdemont, durante la entrevista con 'Públic'

Trabaja en Bruselas a contrarreloj. Carles Puigdemont (Amer, La Selva, 1962) encabeza Junts per Catalunya (JuntsxCat), una organización creada hace poco más de tres semanas con la que pretende conseguir restablecer el gobierno de la Generalitat existente antes de la aplicación del artículo 155. Recibe a Públic en un hotel de Bruselas, durante las últimas horas de campaña y, entre otras muchas reflexiones, traslada su confianza en que Mariano Rajoy y su equipo digieran el resultado de unas elecciones que, según él, deslegitimarán la intervención del gobierno del PP en la Administración catalana. El president Puigdemont se pregunta si alguien está pidiendo al presidente Rajoy que atienda a la realidad de los 2’3 millones de catalanes que votaron el 1 de octubre. Y responde también al interrogante sobre los destinatarios del mensaje del rey en la “fatídica noche del 3 de octubre”.

¿Cómo está, presidente?

Bien. Dentro de las circunstancias, bien

Este jueves iremos a votar. ¿Cómo le explicaría usted el actual momento político en Catalunya a una persona de Toledo o de Sevilla?

Es un momento en el que está en juego la democracia. No si hay independencia sí o no en Catalunya, sino la propia democracia. Le preguntaría si le gusta vivir en un país en el que se prohíba lucir este lazo amarillo [lo muestra], hablar libremente en los medios de comunicación o colgar pancartas que digan "democracia"; eso es todo lo que está perseguido en este momento en Catalunya. Y si le gusta que se liquide a un Parlamento elegido democráticamente.

Ver todo esto desde Bruselas debe de ser duro personalmente. ¿Cómo se encuentra en ese aspecto?

Personalmente, la dureza es evidente y no la recomiendo ni la quiero para nadie, pero políticamente estamos muy fuertes porque nuestra posición es muy sólida. Las expectativas son muy buenas y, además, el rechazo exterior a una actitud incomprensible del Estado español aquí se ve muy claro.

"No tenemos recursos económicos y otros tienen muchos recursos económicos que algún día tendrán que explicar..."

Dice usted que estas elecciones no son limpias...

No, no lo son, y no porque tenga miedo de haya fraude, sino porque el fraude ya se ha producido: porque no las ha convocado quien debería; porque las condiciones en las que debemos operar no son las justas ni son iguales para todos; porque hay candidatos que tenemos que estar fuera o en la cárcel para poder pedir el voto; porque hay candidatos que piden el voto -como Jordi Sànchez- y que, por el solo hecho de pedirlo, han sido vejados y sancionados; porque no tenemos recursos económicos y otros tienen muchos recursos económicos -que algún día tendrán que explicar...-, y porque hay un Estado español que ha decidido participar en las elecciones. En este sentido, los resultados van a quedar afectados por estas circunstancias.

Usted da por hecho que va a volver a Catalunya en los próximos días. ¿Lo hará en cualquier caso?

Volveré si el Estado español se compromete a aceptar el resultado de las elecciones convocadas por él mismo con sus reglas de juego, que creo que es lo que debe pasar. Sería el colmo que el Estado español, que ha convocado las elecciones y ha puesto las reglas del juego, luego no acepte el resultado si éste resulta ser que los catalanes apuestan por que continúe el Gobierno cesado ilícitamente e ilegalmente.

"Los catalanes no van a blanquear ni a legalizar con su voto lo que pretende el Gobierno español, que es la decapitación del de Catalunya"

Y si Junts per Catalunya no gana, ¿volverá y pedirá la investidura?

Vamos a ver cuál es la decisión de los catalanes. No tengo ninguna duda de que los catalanes no van a blanquear ni a legalizar con su voto lo que pretende el Gobierno español, que es la decapitación del Gobierno de Catalunya. Estoy convencido de que los catalanes no van a decapitar la Presidencia de la Generalitat ni a su Gobierno y de que vamos a poder entrar todos juntos -presidente, vicepresidente, consellers y conselleres- al Palau de la Generalitat

Algunos dirigentes de ERC, de JuntsxCat y usted mismo han hablado en alguna ocasión de referéndum, otra vez. ¿Ustedes se plantean de nuevo la posibilidad de negociar un referéndum?

Esta puerta debe estar siempre abierta. Nosotros ya lo hemos propuesto y ya celebramos un referéndum, que es válido para nosotros. Jamás cerraremos la puerta a lo que es la vía prioritaria, que es un acuerdo, aunque para que haya acuerdo debe haber otra parte sentada en la mesa, cosa que no ocurre, y esto a nosotros no nos debe paralizar. Con todo, si el resultado del 21-D muestra la persistencia de la voluntad de los catalanes -y creo, honestamente, que es lo que va a pasar y la 'receta Rajoy' no funcionará-, se puede y se debe exigir al Gobierno español un cambio de rumbo. Y éste debe pasar inevitablemente por diálogo y negociación política.

"Tengo perfectamente claro cómo y cuándo puedo entrar sin ser detenido, sin ningún problema"

Usted dice que lo que pretende es restablecer el Govern cesado por Rajoy. ¿Restablecerlo tal cual?

Exactamente. Entre otras cosas porque el señor Rajoy -y se verá con el tiempo- no tiene poder para cesar al Gobierno catalán ni tiene poder para cesar al presidente elegido por el Parlamento. Va contra la ley y va contra la Constitución, en contra de las reglas del juego de la democracia. Por tanto, nuestro deber -ya no es una opción- es defender la institución de la Generalitat de Catalunya, la Presidencia de la Generalitat. Y no tiene que haber ningún cambio ahí, porque cualquier cambio significaría aceptar las reglas del juego y los efectos del 155. Hay que ser muy explícitos al enviar el mensaje del día 21: el señor Rajoy no puede, no tiene derecho a poner o quitar presidentes en Catalunya.

Pongamos que usted vuelve y al pasar por La Jonquera...

Si entro por La Jonquera...

... lo detienen. Y supongamos que Oriol Junqueras tampoco puede salir de la cárcel. ¿Qué ocurre en ese caso?

Tengo perfectamente claro cómo y cuándo puedo entrar sin ser detenido, sin ningún problema, y creo que esto no va a ocurrir. Si soy candidato a volver a ser ratificado presidente por el Parlament de Catalunya, y el Parlament quiere, esto debe prevalecer -en una democracia- ante las esposas o los barrotes. Dicho esto, entiendo la pregunta... Es un escenario en el que ya no debemos poner la carga de la prueba en la parte catalana, sino en la parte del Estado español: oigan, si ustedes han convocado estas elecciones, con sus reglas del juego, los desequilibrios, la parcialidad de la Junta Electoral... y no ha funcionado, y estamos igual que antes, ¿piensan cambiar o no? ¿Van a aceptar los resultados de una competición con sus reglas del juego o no? Porque si es que no, ahí va a emerger un problema muy grave, no en España, sino en Europa. Por primera vez, España va a declarar ante la Unión Europea que no acepta el resultado de unas elecciones democráticas, y esto es claramente contradictorio con los tratados de pertenencia a la UE.

"Si el presidente Montilla se encontrara en esta situación de cese ilegítimo, mi presidente sería Montilla, y yo exigiría su restauración en el Palau de la Generalitat"

Tiene claras las condiciones en las que podría volver... ¿Y tiene garantías de que ERC apoyará esta investidura?

Estamos aquí -y creo que no estamos solos- porque no aceptamos una intervención ilegítima, ilícita e ilegal a nuestras instituciones. No hay ni debe de haber ninguna duda, porque si abrimos la posibilidad de que esto sea así, por pequeña o grande que sea -por ejemplo, cambiando al presidente-, estaremos legitimando que, en el futuro, siempre alguien de Madrid al que no le guste un Gobierno, un presidente o presidenta, podrá cambiarlo. No se trata de personas, se trata de la institución. Yo haría exactamente lo mismo si el presidente fuera alguien a quien jamás he votado, como el señor Montilla. Si el presidente Montilla se encontrara en esta situación de cese ilegítimo, mi presidente sería Montilla, y yo exigiría su retorno y su restauración en el Palau de la Generalitat hasta que los catalanes, por decisión de las instituciones catalanas, pudiéramos tomar la decisión de nombrar a otro presidente.

Oriol Junqueras ha dicho que quiere ser presidente...

Y después del 130º presidente, que soy yo, vendrá el 131º. Lo importante es cuándo debe ocurrir. ¿Vía 155 o cuando nosotros, en ejercicio de nuestras instituciones, decimos que debe haber un presidente 131º? Aprovechar que Rajoy ha decapitado o dice haber decapitado nuestras instituciones para dar validez a esta decapitación creo que va justamente en la línea de lo que queremos evitar con nuestros actos y con nuestra posición: ir exactamente en contra de este 155 y sus efectos.

-Si las encuestas tienen razón, usted necesitará más apoyos...

La razón la dan y la quitan los electores, no las encuestas y, además, éstas señalan algo muy llamativo: que nuestra candidatura, que no existía hace apenas tres semanas y que además, partía de una posición muy baja, no ha parado de crecer. A estas horas sigue creciendo y estamos ya muy cerca de la cabeza, y según algunos datos, incluso delante del todo. Pero me niego a aceptar la lógica de las elecciones autonómicas convencionales, porque para mí, no lo son; son elecciones para parar un golpe de Estado, que es el 155; para decir que la receta Rajoy no funciona. Claramente, el frente del 155 va a salir derrotado de estas elecciones. Los catalanes, con nuestros votos, no vamos a legalizar lo que es una ilegalidad y una ilegitimidad.

Con estos argumentos, ¿cree que se puede convencer a la CUP y a los Comunes?

Vamos a ver cuál es la posición de cada uno. Yo puedo hablar por Junts per Catalunya; de por qué hemos hecho esta lista, cómo la hemos hecho y por qué queremos continuar el mandato democrático del pueblo de Catalunya, que viene del 27 de septiembre del 2015 y del 1 de octubre. Éste es el compromiso, porque hay una inmensa mayoría en Catalunya que ya no ve posible ofrecer un país mejor a nuestros hijos con los instrumentos de éste recortado y desacreditado Estado autonómico, y, por tanto, quiere hacerlo con los instrumentos de un Estado.

"Yo no estoy dispuesto a todo para la independencia de Catalunya, pero sí que he escuchado y he visto que en el Estado español están dispuestos a todo para impedir la independencia"

Usted siempre dijo que permanecía en la Presidencia de la Generalitat para cumplir con en este mandato y luego lo dejaba...

Exactamente.

...pero se entiende que, después, si usted es investido, seguiría cuatro años?

Las legislaturas son para cuatro años. Creo que hay que dar estabilidad a nuestra hoja de ruta y que hay que recuperar la democracia, que ha sufrido un regresión monstruosa en Catalunya por culpa del 155, desde el 1 de octubre. Hay que quitar ese miedo que atenaza a la sociedad catalana, a los maestros, a los policías, a los funcionarios, a los periodistas... Esto no puede ser así y hay que dedicar mucho tiempo a recomponer lo que esta irrupción violenta y abrupta del Estado ha provocado en nuestro país. El Junts no es porque sí, sino porque hemos hecho un país que vale la pena, en el que vale la pena hacer proyectos personales y profesionales todos, porque siempre hemos avanzado. Y alguien decidió en un momento determinado, al ver que no podía parar el crecimiento democrático de un fenómeno como es el independentismo, que tenía que acabar abruptamente y violentamente con todo eso. Aquí hay que recomponer otra vez lo que destrozaron esta banda del 155; hay que dedicar mucho tiempo. Insisto, hay que darle a todo el mundo la oportunidad de que digieran los resultados del 21-D. Porque si el 155 sale derrotado y hay que volver a la situación anterior -que el 155 interrumpió-, hay que darle tiempo también al Estado español para que pueda digerir lo que será otra amarga derrota. Pero hay que hablar.

El president cesado de la Generalitat, Carles Puigdemont, y Marià de Delàs, en un momento de la entrevista.

Carles Puigdemont y Marià de Delàs, en un momento de la entrevista en Bruselas.

En cualquier caso, ¿a las siguientes elecciones no se volverá a presentar?

Si son en condiciones de normalidad, seguro que no. A éstas ya no me quería presentar, pero para defender la institución de la Generalitat de Catalunya, la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, estoy obligado a hacerlo, porque yo no estoy aquí para salvar una biografía personal. Yo me habría quedado allí, habría pactado lo que hubiera sido; estoy aquí para defender una institución que antes ha tenido otra gente que la ha defendido y que va a tener en el futuro otra gente que la va a defender.

¿Tiene claro qué hará luego?

No tengo muy claro a qué me voy a dedicar, porque mi vida ha sufrido tantas alteraciones en los últimos dos años que ahora ya casi es difícil hacer previsiones sobre qué va a pasar después de esta etapa, pero me gustaría mantener lo que siempre ha dado sentido a mi actividad que es la comunicación...

-Junts per Catalunya acaba de nacer. Tiene un mes de vida.

Ni un mes de vida tiene.

¿Qué será Junts per Catalunya después de 21 de diciembre?

Será el grupo parlamentario mayoritario en el Parlament de Catalunya.

Ahora usted toma las decisiones en Junts per Catalunya, y después, ¿quién las va a tomar?

Yo solo no tomo las decisiones, las tomamos todos. Hay un equipo que trabaja, una gran transversalidad. Hay gente que proviene de tradiciones diferentes. Por tanto nuestra forma de tomar decisiones debe responder a este perfil. No sería lógico, una metodología de tomar decisiones que no tuviera correspondencia con la naturaleza con la que nace y la vocación con la que ha crecido Junts per Catalunya.

"¿A quién interesa controlar lo que son los activos de Catalunya, las decisiones críticas de un territorio tan clave en Europa desde el palco del Bernabeu o el IBEX 35?"

Y el PDECat, ¿qué papel tendrá?

Está dentro. Ha aceptado participar y por lo tanto, como los demás componentes de Junts per Catalunya, va a tener su peso y su posibilidad de intervenir en las decisiones que tome el grupo parlamentario de JuntsxCat.

El 27 de octubre una parte de la población catalana celebró en las calles lo que acababa de suceder en el Parlament [la declaración de independencia]. Le esperaban a usted en Plaça de Sant Jaume, pero usted decidió no salir, ¿por qué?

No estaba previsto que saliera.

Pero usted decepcionó a esta parte de la ciudadanía. ¿No cree que pagó un precio por ello?

Mis decisiones no las he tomado jamás por lo que una parte de la población quiera escuchar, sino en función de mi responsabilidad. Jamás quise y ya antes de ser presidente, cuando veía que alguien tenía esa pulsión del balconismo, a mí me generaba una cierta alergia. Jamás. Creo que no es una buena idea salir al balcón a proclamar, porque se proclama en las calles y en el día a día. Este elemento simbólico creo que, en un Estado nuevo, en la soberanía del siglo XXI, era más que prescindible y por eso jamás me lo planteé. Sé que hubo gente que lo esperaba pero jamás formó parte de mis intenciones.

Al día siguiente usted publicó en Twitter una foto desde el Palau de la Generalitat, enfocando al cielo y los 'consellers' dejaron las sedes de sus departamentos. ¿Por qué no esperó?

Había una cosa que era y es todavía importante en nuestra actitud colectiva. Nosotros sólo queremos y tenemos una vía para acceder a la independencia, que es la vía pacífica y democrática. Yo no estoy dispuesto a todo para la independencia de Catalunya, que quede claro; yo no estoy dispuesto a la violencia. Sin embargo, sí que he escuchado y he visto que en el Estado español están dispuestos a todo para impedir la independencia. Ahí es donde está el elemento fundamental de la confrontación. Ahí está mi responsabilidad. Y tampoco voy a poner en riesgo a los funcionarios de mi Gobierno, ante lo que era un 155 devastador que les ponía claramente en riesgo. Creo que hay un camino que es invencible, y a lo mejor es un poco más largo, pero es invencible; y es el de la democracia y el de la paz.

¿Cree que Mariano Rajoy y el PP pagan o pagarán algún precio político por la aplicación del artículo 155?

A lo mejor cobran, porque últimamente están muy acostumbrados a cobrar más que a pagar... No sé, alguien debería investigar exactamente a quién le interesa este 155 con estas características, a quién le interesa controlar la economía catalana desde Madrid... ¿A quién le interesa controlar lo que son los activos de Catalunya, las decisiones críticas de un territorio tan clave en Europa como es Catalunya desde el palco del Bernabeu o desde el IBEX 35? A lo mejor es esto lo que les ha preocupado del fenómeno en Catalunya, y esto es lo que probablemente explica algunas de las actitudes de la Moncloa.

"¿A cuántos independentistas ha recibido el señor Rajoy? ¿Han hecho los deberes al otro lado? ¿O sólo piden a una parte?"

Hace poco usted ha dicho que hubo un ministro que quiso propiciar el diálogo con Mariano Rajoy. ¿Me podría dar algún detalle?

No le diré el nombre, pero lo sé y celebré que hubiera alguien en el entorno de Rajoy que no fuera un halcón y que no participara del grito de “¡A por ellos!” que lanzó incluso el rey; el “¡A por ellos!” terrorífico con el que se quiere construir política. Ese ministro dijo: oiga, si el presidente está dispuesto, yo puedo intentar que mi jefe hable con él. Yo automáticamente dije que sí, sin condiciones, porque esto es lo que quiero. Sin embargo, la respuesta fue negativa.

Usted dijo hace poco que con un abrelatas no se puede cortar el hormigón...

Yo me dado un hartón de recibir en mi despacho a muchísima gente del mundo económico que me venía a presionar ante la situación; a presionar en el sentido legítimo y lícito. Y no tengo nada que criticar. Yo he recibido y he escuchado a mucha gente que me ha venido a trasladar su inquietud ante el mundo económico, gente que no es favorable a la independencia. ¿A cuántos independentistas ha recibido el señor Rajoy? ¿Han hecho los deberes al otro lado? ¿O sólo piden a una parte? Porque a lo mejor, lo que está fallando es que nadie, nadie, le pide al señor Rajoy que reciba también a la realidad de los más de dos millones que votaron el 1 de octubre. ¿A quién se dirigió el rey en aquella fatídica noche del 3 de octubre con su fatídico mensaje? ¿A quién se dirigió? ¿A todos los catalanes? No. Explícitamente excluyó a una parte de los catalanes. ¿Alguien le ha pedido al rey que rectifique? 

"A lo mejor hay que plantearse que España no quiere ser cambiada, pero nosotros no podemos resignarnos a no progresar"

Hablemos del temor a la violencia extrema: estamos a dos días de las elecciones. ¿Me puede dar algún detalle más sobre la autoría de esa amenaza que achacan al Gobierno?

No le voy a dar ningún dato, porque espero que las elecciones se celebren en normalidad. Espero que los 14.000 ó 15.000 policías -que no sé qué han venido a hacer, porque no había ningún conflicto de orden público en Catalunya- no atemoricen a la gente como han venido atemorizando incluso en cosas muy triviales. Todas mis decisiones, las del pasado y también las del futuro el futuro, han estado y estarán orientadas siempre a mantener el máximo compromiso con la no violencia. Me gustaría que todo el mundo hiciera lo mismo, empezando por el Estado español.

Pablo Iglesias, líder de Podemos, recomienda que, para que se respete el derecho a decidir, hay que esperar a un cambio de mayorías en España. ¿Qué le parece?

Como fantasía, no está mal. Periódicamente sale algún líder en la política española que, ante el fracaso de los anteriores, pide lo mismo, y de espera en espera van pasando los años, las décadas, van pasando estatuts y estamos peor. No funciona. A lo mejor hay que plantearse que España no quiere ser cambiada, y si España no quiere ser cambiada -y creo que ya tenemos un cierto recorrido como para llegar a esta conclusión-, nosotros no podemos resignarnos a no progresar, a no hacer un país mejor. Con menos desigualdades sociales, más comprometido con la lucha contra el cambio climático, con la ayuda a los refugiados, con una economía mucho más social y al mismo tiempo más competitiva. A esto no podemos renunciar. De espera en espera, se nos va a pasar el arroz.​..

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