Madrid
Actualizado:Pedro Sánchez recibe a Público en la sede del PSOE de la calle Ferraz (Madrid) menos de doce horas después de haber concluido el debate a tres de RTVE y a dos días y medio del 23J. En los minutos previos a la entrevista, el presidente del Gobierno no oculta su satisfacción por el resultado del último debate de la campaña y se muestra convencido de la victoria del PSOE. Su gesto distendido no revela las escasas dos horas que dice haber dormido la noche anterior.
Las encuestas le dan por defenestrado, pero ayer hubo un buen debate. ¿Cambia algo este debate? Aparte, usted está acostumbrado a resurgir de sus cenizas. ¿Va a haber Gobierno progresista?
"Va a haber Gobierno de coalición progresista, el PSOE será la primera fuerza política y Sumar, la tercera"
Sí, mi vaticinio es que va a haber Gobierno progresista durante los próximos cuatro años. Lo va a haber por tres razones fundamentales. Primero, porque este Gobierno lo ha hecho bien en unas circunstancias extraordinariamente adversas: con una pandemia, ahora una guerra y entre medias todo tipo de calamidades y con una oposición feroz del Partido Popular y Vox. Habremos cometido errores, hemos sabido rectificar y hemos, creo, direccionado al país en la correcta orientación.
Puedes ver la entrevista completa en vídeo en YouTube
Segundo, porque tenemos un proyecto de país fundamentado en derechos, en consolidar las reformas que hemos logrado en estos últimos cuatro años y que estamos proyectando hacia los próximos cuatro.
Y, en último lugar, porque la España que están dibujando el Partido Popular y Vox en sus pactos de gobierno desde el pasado 28 de mayo no representa a la mayoría social de este país. Dibujan una España muy pequeña en la que solamente caben ellos y aquellos que piensan como ellos. Yo sostengo —y eso también lo dijo ayer la vicepresidenta Yolanda Díaz— que España es mucho mejor que el Partido Popular y Vox.
Con lo cual yo creo que va a haber Gobierno de coalición progresista, que el Partido Socialista será la primera fuerza política y que Sumar será la tercera.
En el programa electoral del PSOE, las palabras "mujer", "feminismo" o "feminista" aparecen 336 veces. "Empleo", 175. "Cambio climático", "verde" o "emergencia climática", 106. "Educación", 99. "Cuidados", 60. "Fiscal", como adjetivo, 52. "Sanidad", 28. ¿Reflejan estas cifras la relevancia que le otorgan a estos asuntos?
"Hay reformas aún pendientes, la reforma fiscal es una"
Todos los partidos de izquierdas hacemos programas políticos muy densos, donde al final, sobre todo, manifestamos un compromiso social, de avance, de ir hacia adelante, nunca hacia atrás. Creo que hay efectivamente reformas aún pendientes, la reforma fiscal es una. Pero durante estos últimos cuatro años hemos dado pasos hacia ella. Yo en 2019 me presenté pidiendo la confianza de los españoles para revalorizar las pensiones. Lo hemos hecho, las hemos blindado por ley; ahora lo que tenemos que hacer es garantizar las del futuro llenando la hucha de las pensiones con 5.000 millones de euros al año.
Me presenté diciendo que teníamos que subir el salario mínimo interprofesional al 60% del salario medio. Este Gobierno de coalición progresista lo ha logrado y ahora tenemos que blindarlo en el Estatuto de los Trabajadores para que todos los años sea de ese 60% de sueldo medio.
Adónde quiero llegar: a que nosotros en los próximos cuatro años no tenemos por qué hacer 200 reformas como hemos hecho durante esta legislatura. 200 reformas que han sido 200 batallas porque éramos un Gobierno de coalición en minoría parlamentaria, pero las hemos sacado adelante en beneficio de la mayoría social. Por tanto, el objetivo para los próximos cuatro años tiene que ser: uno, consolidar esas reformas, y dos, culminarlas.
Le pongo un ejemplo. La formación profesional. Hemos dado un impulso definitivo con una nueva ley, con recursos económicos. Hoy tenemos un millón de estudiantes en formación profesional. Bueno, pues sigamos esa línea y alcancemos el millón y medio. Con eso estaremos reduciendo la tasa de abandono escolar y mejorando la empleabilidad de nuestros jóvenes. En definitiva, culminando reformas que son muy importantes para garantizar la igualdad de oportunidades también dentro de nuestra sociedad y en particular de los jóvenes.
La reforma fiscal que mencionaba antes también la citó en el debate Yolanda Díaz. ¿Será una realidad si hay Gobierno de coalición?
Es uno de los objetivos, además, que tenemos comprometidos con Bruselas. Lo manifesté de manera reiterada, incluso antes de que este Gobierno de coalición progresista naciera. Pero hemos dado pasos que ahora mismo están en riesgo.
A mí del debate [del miércoles] me resultó particularmente interesante ver cómo la ultraderecha, y también el Partido Popular, que estuvo ausente, dicen que ellos son el pueblo, que representan a la gente. Bueno, pues para representar a la gente lo que hay que hacer es votar a favor de revalorizar las pensiones y subir el salario mínimo interprofesional, algo a lo que ellos se han opuesto sistemáticamente. Y representar a esa gente y defender los intereses de la mayoría es no amenazar, como hemos visto, con recursos ante el Constitucional o con la derogación de impuestos que de alguna manera contribuyen a esa justicia fiscal: ya sea el impuesto a las grandes fortunas, el impuesto a los banqueros o el impuesto a las grandes eléctricas; o también a las corporaciones digitales, como hicimos al principio de la legislatura, o la tasa Tobin, que hemos sido uno de los primeros países en aplicarla.
"El 80% de los ciudadanos reciben más en prestaciones sociales de lo que pagan en impuestos"
Quiero decir con esto que estamos abriendo camino y que, además, todo este debate sobre la justicia fiscal nos lleva a lo más importante, a la justicia social. Nuestro país es un país profundamente desigual en términos sociales, en términos generacionales, en términos también de género, y eso demanda recursos económicos que exigen de la justicia fiscal. Yo en el debate puse varios ejemplos que me parecen muy ilustrativos.
Porque en esta legislatura marcada por la pandemia, afortunadamente ya superada, tenemos que recordar que la estancia media en una cama UCI diaria del Sistema Nacional de Salud costó al Estado 3.000 euros al día. Que un trasplante de corazón cuesta 85.000 euros. ¿Cuánta gente puede pagar eso de su propio bolsillo? Eso es el estado del bienestar. Para eso pagamos impuestos y lo que tiene siempre que tener clara la gente es que el 80% de los ciudadanos reciben más en prestaciones sociales de lo que pagan en impuestos. Creo que esta es la gran lucha que desde las fuerzas de izquierdas, las fuerzas progresistas, tenemos que llevar a cabo y en la que tenemos que avanzar durante los próximos años.
El 'Wall Street Journal' reconocía ayer mismo a este Gobierno el buen trabajo con la inflación, pero decía que su reducción drástica no es suficiente para compensar la pérdida de poder adquisitivo durante los picos de 2021 y 2022 y que esto puede condicionar el voto este domingo. ¿Cómo se consigue que las buenas cifras macroeconómicas tengan un impacto real en la vida de las personas? ¿Hasta qué punto esto no genera desafección política y, en el caso de la izquierda, desmovilización?
Plantea varias preguntas en una misma y voy a tratar de responder a todas. Hay un hecho cierto, y es que hace un año teníamos una inflación del 10% y hoy es de las más bajas de Europa, por debajo del 2%. Esto significa que la ciudadanía española ha recuperado la mitad del poder adquisitivo que perdió desde que se inició la guerra. Es decir, que las políticas del Gobierno de coalición progresista han sido las adecuadas en dos planos: el europeo, con la excepción ibérica, con una intervención del mercado eléctrico; y desde el punto de vista de la protección de rentas, subiendo el salario mínimo, las pensiones o con ese paquete de ayudas que incluye uno de los elementos más interesantes de la innovación política, el transporte público gratuito. Yo creo que además este ha venido para quedarse, porque abre un debate sobre la sostenibilidad y la movilidad muy interesante, y que además engarza muy bien con una preocupación que tiene la ciudadanía y a la que estamos dando una respuesta desde el Gobierno de coalición progresista: la emergencia climática. Esto por un lado.
"Si no hay crecimiento económico, no hay empleo, y si no hay empleo, no hay salarios que entren en los hogares"
Dos, es evidente que no puede haber buenos datos microeconómicos si no hay buenos datos macro. Si no hay crecimiento económico, no hay empleo, y si no hay empleo, no hay salarios que entren en los hogares. Lo que tenemos que hacer desde el Gobierno de coalición progresista es avanzar de manera mucho más intensa en poner freno a un proceso de erosión de la clase media y trabajadora que se viene produciendo desde hace más de 15 años. Probablemente desde el inicio de la crisis financiera y, en particular, desde la respuesta neoliberal que se dio a esa crisis.
Ese avance combina dos factores. Uno tiene que ver con los salarios y con las rentas, con la distribución de la riqueza. Y por eso es tan importante la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones, el haber hecho una reforma laboral que vuelve a centrar la negociación colectiva como el lugar de negociación entre los sindicatos y la patronal; vemos cómo hay acuerdos salariales que mejoran la retribuciones de los trabajadores para este año, para el siguiente y el siguiente.
Y, luego, lo más importante es el reforzamiento de las políticas públicas, de las políticas sociales. Es decir, que nosotros hayamos recuperado y revertido todos los recortes que se infligieron al sistema nacional de dependencia, que hoy haya 600.000 beneficiarios más de ese sistema —con las carencias y los déficit que aún tenemos que cubrir—, creo que son elementos centrales para volver a reforzar a una clase trabajadora y a una mayoría social cuya calidad de vida se erosionó no desde la pandemia, sino desde mucho antes, desde la crisis financiera y esa respuesta neoliberal.
Para que nos hagamos una idea, el problema es que hemos tardado diez años en recuperar los niveles de PIB previos a la crisis financiera, diez años en recuperar los mismos niveles de empleo. Bueno, pues este Gobierno, con una respuesta progresista desde la política económica, fiscal y social, hemos recuperado en tres años, no en diez, los niveles previos de PIB y hemos superado con creces los niveles de empleo previos a la pandemia. Con lo cual creo que esta es la dirección. Y esto no es un mensaje de autocomplacencia, porque tenemos todavía mucho camino que recorrer, pero claramente [ese impacto en el bolsillo de las personas] está vinculado con el crecimiento económico, con el reparto de la riqueza y la mejora salarial de los trabajadores y trabajadoras y, finalmente, con un reforzamiento de las políticas de bienestar, si lo podemos llamar de esa manera.
¿Cree que los siguientes cuatro años son fundamentales para consolidar todas estas cosas y que ahí sí que habrá esa recuperación del poder adquisitivo?
"Las izquierdas tenemos el desafío de persuadir de que el resultado de nuestras políticas necesita más tiempo"
Definitivamente, el problema muchas veces para las izquierdas sociales —yo lo entiendo y lo comparto— es que las carencias son tan acusadas, las demandas son tan urgentes, que exigen de respuestas y resultados inmediatos. Y el desafío que tenemos las izquierdas es también persuadir a la ciudadanía de que el resultado de estas políticas necesita un tiempo, y ese tiempo es el que precisamos durante los próximos cuatro años para consolidar todos estos avances y recuperar todo lo erosionado desde hace 15 años a esta parte.
Y, además, con un añadido muy importante. Y es que a lo que nos enfrentamos no es solamente a la oportunidad de consolidar estos avances, sino a una derecha dura y una ultraderecha que amenazan no ya con derogar lo que hemos hecho durante estos últimos cinco años, sino con retroceder y hacernos involucionar —como si nos metiéramos en un túnel del tiempo tenebroso— diez, quince, veinte, treinta, cuarenta años, o incluso sesenta, si nos ponemos en esos términos, por ejemplo, con los casos de censura a la cultura que estamos viendo. Por tanto creo que nuestro país no se está jugando solamente la alternancia.
Esto es lo que tiene que entender también la izquierda. No estamos jugándonos solamente la alternancia, sino si España continúa avanzando o si retrocedemos en un túnel del tiempo tenebroso que no sabemos a dónde nos puede llevar.
Y, desde luego, sería un serio retroceso para España y también para el proyecto europeo, porque hoy España es vista —créame, se lo digo en estos términos— como un ejemplo a seguir en muchas políticas que ejemplifican una forma de entender Europa radicalmente contraria a la involución que representan el Partido Popular y la ultraderecha allí donde están gobernando en el continente.
Hablando de ultraderecha, Vox ya ha entrado en ayuntamientos y comunidades autónomas de la mano del PP. ¿Cree que en España la ciudadanía ha normalizado la extrema derecha?
"Me niego a creer que la sociedad española ha blanqueado y ha normalizado la ultraderecha"
A mí me parece que hay mucha responsabilidad en determinados medios de comunicación por blanquear la ultraderecha. Yo desde luego no creo que el partido de Yolanda Díaz sea equiparable a la ultraderecha de Vox; no lo es y creo que no podemos aceptar ese tipo de equiparaciones en absoluto. He puesto en muchas ocasiones el ejemplo de la presidenta de la Comisión Europea cuando va al Parlamento europeo: se reúne con el partido de Yolanda Díaz, con el Partido Socialista, con el Partido Popular, con el Partido Liberal... Con el partido con que no se reúne es con Vox y con lo que representa en el Parlamento europeo.
En segundo lugar, me niego a creer que la sociedad española ha blanqueado y ha normalizado la ultraderecha. Después del 28 de mayo ha quedado bien claro que las dos únicas fórmulas de gobierno que hay después del 23 de julio son o un gobierno de coalición progresista o un gobierno de coalición de la ultraderecha con una derecha dura, como es la del Partido Popular. Y por eso creo que el 23 de julio va a ganar el gobierno de coalición de progreso y va a perder esta coalición de la mentira en la que se han instalado el Partido Popular y Vox .
"Me emociona ver cómo gente de la cultura se está posicionando en contra de la censura"
Hay muchos elementos que apuntan a ello. Tengo que decirle que hasta incluso me emociona ver cómo gentes de la cultura se posicionan firme y rotundamente en contra de la censura en ciudades de nuestro país, donde se están cancelando obras de teatro de hace 100 años. Cómo la gente se ha manifestado por ejemplo en los días de del orgullo de Barcelona, de Valencia, de manera masiva, superando lo que ha ocurrido en otros años, en rechazo y en repulsa a lo que estamos viendo en ayuntamientos de nuestro país con gobiernos del Partido Popular con Vox.
A lo que voy es a que en España hay una conciencia de que nos ha costado mucho lograr leyes que garantizaran derechos al colectivo LGTBI o seguridades y libertades a las mujeres de nuestro país. Y lo doloroso de todo esto es ver que lo primero en lo que se pone de acuerdo el Partido Popular con Vox es en cuestionar la violencia machista, en censurar la cultura y en atacar al colectivo LGTBI. Porque además no son derechos suyos, es que no son derechos del Partido Popular ni de Vox, son derechos de la gente, y yo estoy convencido de que el próximo 23 de julio esa gente, la mayoría de este país, no se va a dejar arrebatar esos derechos.
Decía Zapatero una cosa con la que yo estoy radicalmente de acuerdo: el problema de la derecha —y, bueno, ya la ultraderecha es otra cosa bien distinta, porque se mueven en otros marcos— es que no comprenden que estos derechos y estas libertades no atacan a nadie, se ejercen si uno quiere ejercerlos. Por cierto, cuando se reconocieron esos derechos, bien que ellos los ejercieron, fuera la ley de matrimonio igualitario o la ley del divorcio, ¿no?
Empezábamos hablando de encuestas y estas le dan un crecimiento al Partido Popular hasta el punto de que incluso, según algunas, podría llegar a gobernar en solitario. ¿Usted puede asegurar que el PSOE no se abstendrá para favorecer de alguna forma un gobierno del PP sin Vox?
A ver, primero, el Partido Socialista va a ganar las elecciones, el partido de Yolanda Díaz será la tercera fuerza política y tendremos cuatro años de Gobierno de coalición progresista.
Segundo, sobre la lista más votada. El Partido Popular ofrece un pacto a todos los partidos políticos y es el siguiente: que gobierne siempre el Partido Popular. Los caminos dan igual, los que sean. 'Somos segunda fuerza en Extremadura, pues sumamos con Vox y le quitamos el Gobierno al Partido Socialista, que ha ganado las elecciones'. ¿En Canarias? 'El Partido Socialista gana las elecciones, Coalición Canaria es la segunda fuerza política, el Partido Popular es la tercera. Bueno, pues yo apoyo a Coalición Canaria con tal de que el Partido Socialista no gobierne'. Esta conducta, esta actitud la vimos también en 2019. A mí me bloqueó la investidura el Partido Popular no en una ocasión, sino en dos.
Entonces, ¿adónde quiero llegar? Que a nadie le quepa duda de que si el Partido Popular suma con Vox habrá tendremos a Feijóo de presidente y Abascal de vicepresidente del Gobierno, y que por tanto, la única opción, digamos, alternativa es un Gobierno de coalición de Yolanda Díaz con el Partido Socialista.
O sea, no contemplan la posibilidad de que el PP gobierne en solitario.
"(Que el PP gobierne en solitario) no lo defiende ni Michavila"
Vamos, es que eso no lo defiende ni Michavila. Pero lo digo porque lo que va a suceder el 24 de julio es lo siguiente: ganaremos las elecciones, formaré un Gobierno de coalición con Sumar, y ¿sabe lo que va a hacer el Partido Popular? Votar en contra, como ha hecho siempre.
En fin, yo creo que son debates bastante interesados, que por cierto, si se fija, siempre se mimetizan, ya sea el Poder Legislativo, en este caso, y el Poder Ejecutivo con el Poder Judicial. Porque el Partido Popular lleva cinco años incumpliendo con la Constitución y no reconociendo la legitimidad de un parlamento, el emanado de las urnas en 2019, para poder articular una mayoría que refleje lo que la sociedad votó en 2019. Es que el Consejo General del Poder Judicial que aún pervive fue aprobado en 2013. ¿Se acuerda? Cuando Mariano Rajoy era presidente del Gobierno y cuando tenía mayoría absoluta.
¿Pero qué solución tiene esto? Porque así llevamos, como bien dice, unos cuantos años.
Yo creo que la única solución es ganar el próximo 23 de julio. Porque ya no tendrá ninguna excusa el Partido Popular para continuar bloqueando e incumpliendo la Constitución. En fin, no deja de ser curioso que el PP y Vox siempre tengan la Constitución en la boca y se burlen todos los días de ella. Ya sea el Partido Popular incumpliendo su mandato constitucional de renovar el Consejo [General del Poder Judicial] o Vox atacando los artículos de la Constitución española cuando amenaza con ilegalizar no sé, partidos políticos, con no reconocer las lenguas cooficiales o con cargarse el Título VIII de la Carta Magna, que es el Estado de las Autonomías.
Una de las cosas que más me han preocupado de todo lo que ha sucedido en esta campaña, aparte de la montaña de mentiras del señor Feijóo, es lo que dijo Abascal hace dos días, que un Gobierno de coalición entre el Partido Popular y Vox iba a agravar la situación en Catalunya y que lo que habíamos vivido en 2017 iba a ser una broma respecto a lo que íbamos a sufrir si ellos gobernaran conjuntamente.
Yo creo que ni España ni Catalunya, después de lo vivido en 2017 y todo lo que hemos avanzado en normalizar y en canalizar una crisis política que trascendió las fronteras españolas, se merecen volver a esa situación y mucho menos a agravarla. La convivencia, el diálogo, el reencuentro, el respeto a la legalidad democrática tienen que ser la norma y desde luego eso es lo que yo garantizo y lo que estoy convencido que el Gobierno de coalición progresista garantiza. Lo otro, insisto, es meternos en un túnel del tiempo tenebroso. Cuando escuché esas declaraciones, realmente me alarmó y me preocupó.
Ya que saca el tema de Catalunya, ¿hasta dónde estaría dispuesto a llegar usted en relación al deseo de autodeterminación en virtud de eventuales acuerdos con independentistas?
"Todo aquello que fracture, como es, por ejemplo, un referéndum binario (sí o no), no va a contar con mi apoyo político"
No son debates nuevos estos. Llevamos recurrentemente durante estos últimos 40 años hablando de ello. Hay varios elementos que me parecen importantes, que son hechos, además, y no opiniones. ¿Hoy Catalunya está mejor que en 2017? Yo creo que definitivamente sí, y la prueba de ello es que en los estudios demoscópicos la sociedad catalana de manera mayoritaria está diciendo que quiere permanecer en España y la primera fuerza política en Catalunya es la del Partido Socialista [PSC], liderado por Salvador Illa. A partir de ahí creo que hay algunas lecciones que tenemos que extraer de esta legislatura.
Hemos sufrido una pandemia y estamos sufriendo una guerra. Fuimos a Europa y dijimos que necesitábamos comprar las vacunas de forma conjunta para poder proteger a nuestra ciudadanía ante un virus que no obedecía ninguna frontera. Fuimos a Europa también para decirles "hay que endeudarse", "tenemos que mutualizar la deuda para crear unos fondos europeos que nos permitan salir de una crisis brutal, como fue la de la covid, y también dar respuesta a la emergencia climática y al desafío de la transformación digital". Y Europa se endeudó conjuntamente; es decir, estamos avanzando hacia un proceso de integración europea de una enorme trascendencia.
Nunca seremos los Estados Unidos de Europa, somos un animal político distinto, pero hay un sentir, un latir federal en este proceso de integración europea, que a mí me inspira mucho y que tiene también que trasladarse a algunas reflexiones y lecciones para el independentismo catalán y vasco. Y es lo siguiente: en un proceso en el que los desafíos cada vez van a ser más globales y comunes, es mucho mejor integrarse para poder responder conjuntamente a esos desafíos que disgregarse. Yo es lo que he trabajado durante estos últimos cinco años, la convivencia.
Todo aquello que fracture, como es, por ejemplo, un referéndum binario (sí o no), no va a contar con mi apoyo político. Es más, ya no solamente político, sino desde el punto de vista constitucional: no solamente la Constitución Española, ninguna Constitución en el mundo reconoce el derecho a la segregación o a la separación de un determinado territorio.
Pero sí el derecho a la autodeterminación... La ONU...
"Hoy Catalunya está mucho mejor que en 2017"
No, no, disculpe, no. Ninguna Constitución en ningún país del mundo reconoce eso. Incluso cuando el independentismo catalán habla de la ley de claridad, en fin, en Canadá no deja de ser una forma de cerrar por todos los lados cualquier tipo de intento de segregación de un determinado Estado (no digo en España con Catalunya, sino en Canadá). Lo que quiero decir con esto es que creo que las izquierdas —y en esto yo hablo en nombre del Partido Socialista, que defendemos la unidad, la unión de los pueblos de España, la unidad entre españoles— tenemos que cambiar la conversación y no ser los del "no". Tenemos que ser los del "sí", porque hay muchas más cosas en el "sí" que nos unen de las que nos separan.
Y por eso creo que ese cambio de conversación, aunque pueda parecer dialéctico, detrás tiene mucho de fondo, porque hay muchas cosas que nos benefician si trabajamos conjuntamente y lo hacemos de manera unida. Insisto, ahí están las pruebas, ahí están los hechos: hoy Catalunya está mucho mejor que en 2017. No volvamos atrás y, sobre todo, en fin, con un Gobierno de coalición entre Feijóo y Abascal.
Ahora que menciona a Feijóo. Cuando llegó a Madrid para sustituir a Casado lo hizo como 'el moderado'. ¿Usted se esperaba el Feijóo que estamos viendo en las últimas semanas?
"Nadie esperaba este tipo de liderazgo basado en la mentira, en la maldad y en la manipulación"
Creo que ha sido una gran decepción. Nadie esperaba este tipo de liderazgo basado en la mentira, en la maldad y en la manipulación. A lo largo de esta campaña también he intentado pinchar esta burbuja que han hecho los medios conservadores y la derecha política y económica sobre la acción de mi Gobierno y sobre mí. Con esto del "sanchismo", la manipulación, la mentira y la maldad.
La maldad la encontramos en esta proclama, en el "Que te vote Txapote". Txapote está cumpliendo una condena, como merece, y hay que recordar que después de que asesinara a Miguel Ángel Blanco, Aznar como presidente del Gobierno (y del Partido Popular) —por cierto, Abascal entonces formaba parte del PP— liberó y acercó a presos de ETA; y lo hizo semanas, meses después, de asesinato de Miguel Ángel Blanco. Es que el Partido Popular y Vox son los únicos dos partidos que sostienen que ETA existe, cuando ETA dejó de existir en 2011.
"Estas elecciones tienen que ser una victoria de la verdad sobre la mentira"
Por tanto, es la maldad, es la manipulación y es la mentira, y la mentira es escucharle decir en el cara a cara que el único partido que no firmó el Pacto de Estado contra la violencia de género es Podemos, cuando ha sido Vox. O decir —por cierto, que estamos todos pendientes del teletipo— que yo no he colaborado con la justicia [en el caso Pegasus]. O que ellos por supuesto siempre han apoyado la revalorización de las pensiones. Entonces yo creo que también estas elecciones tienen que ser una victoria de la verdad sobre la mentira, del fair play [juego limpio] en política sobre el juego sucio. De verdad yo creo que sería una gran lección también democrática para el conjunto de la sociedad española que no triunfen estas formas de hacer política. Y eso trasciende a lo que pueda representar coyunturalmente mi partido o el partido de Yolanda Díaz.
Y hay una cosa que a mí me motiva especialmente, y se lo digo porque hace pocos días estuve con líderes latinoamericanos en Bruselas y también con progresistas europeos: el que podamos demostrar los progresistas españoles que somos capaces de parar el avance de la derecha y la ultraderecha pondría España en unas coordenadas formidables de inspiración para otros movimientos progresistas que están sufriendo lo mismo que estamos sufriendo nosotros en España. O sea que yo creo que tenemos muchas razones, tanto domésticas como internacionales, para demostrar al mundo que España es un país que ama el avance y que siempre mira hacia adelante y no hacia atrás.
'Público' es un medio que se declara republicano. Este es un asunto que históricamente en el PSOE va y viene, pero ningún partido de izquierdas coge las riendas. ¿Cuándo va a ser el momento de hablar del modelo de Estado en España?
Nosotros defendimos ese modelo de Estado durante la transición democrática, ahí están las actas en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados. Salió una mayoría en favor de la monarquía parlamentaria y efectivamente el Partido Socialista asumió esos postulados. Usted tiene razón, las Juventudes Socialistas... hay sectores del partido que tienen esa posición política, pero el Partido Socialista es uno de los principales arquitectos de la Constitución española y nos sentimos cómodos e identificados en estas coordenadas constitucionales.
O sea, que no vamos a ver este debate en los próximos años.
"El clima nos dice que estamos llegando tarde"
Tenemos debates muy importantes que yo creo que son muy movilizadores y urgentes. Perdone que salte, pero es que esto me impactó tanto... En esta cumbre Unión Europea-CELAC estaba la Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, que es una mujer muy elocuente, una líder global en potencia, y ella decía: "Oye, en Phoenix (Arizona, EE UU) están a 50ºC". En España hay ciudades con temperaturas de más de 40ºC a principios del mes de julio. Estamos sufriendo una sequía, por ejemplo, en Argentina, que no se veía desde principios del siglo XX. El clima nos dice que estamos llegando tarde. Y no solamente estamos llegando tarde, sino que hay fuerzas políticas y fuerzas económicas reaccionarias que están cuestionando la evidencia científica.
Sin minusvalorar otros debates, por supuesto, creo que hay un debate urgente e importante al que la izquierda tiene que dedicar sus energías, su determinación y su convicción más fuerte que nunca, como es la emergencia climática. Yo me siento muy orgulloso de que el PSOE, que tiene 144 años de vida, en su último congreso incorporara en la definición de lo que es el partido en sus estatutos —lógicamente como un partido de clase, que defiende de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras— dos elementos que vienen de fuera, pero que nosotros hemos asumido en primera persona, compartiendo estas convicciones con otras fuerzas de izquierdas: el feminismo y el ecologismo.
Y creo que el feminismo y el ecologismo van a ser dos fuerzas transformadoras que van a hacer al Partido Socialista y al resto de las izquierdas competir para poder ganar las elecciones este 23 de julio y en los próximos años. Porque desgraciadamente tenemos una derecha y una ultraderecha que es que niegan, es que se oponen, es que cuestionan que la Tierra sea redonda. Es que lo están haciendo cuando dicen que la emergencia climática no existe, porque están negando la evidencia científica. Ante eso, nosotros, las izquierdas, no podemos despistarnos, porque aquí, y esto lo dice mucho el presidente Petro (presidente de Colombia), nos estamos jugando el ser, no de nuestras ideologías, sino de nuestra especie, del género humano.
No me quiero poner trascendente ni tampoco grave, pero creo que si tenemos que priorizar un debate, el de la emergencia climática es, sin duda alguna, el top, top, top de estos próximos años. Y por eso a mí me preocupa mucho ver a un PP y a un Vox que dicen: "No, nosotros vamos a volver al carbón, vamos a volver a las centrales térmicas, vamos a volver al fracking, vamos a volver a las nucleares". Claro, no te dicen dónde van a poner las nucleares y tampoco los cementerios nucleares. Vamos en una dirección completamente contraria a lo que demandan nuestros jóvenes, ¿no? Bueno, pues ahí es donde yo creo que estamos nosotros y donde tenemos que caminar. Perdóneme que me haya ido un poco de su pregunta.
Por último, ¿cree que este domingo Felipe González va a votar al PSOE, que le va a votar a usted?
Sí, estoy convencido.
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