Más allá del resultado que salga de las urnas, Miren Gorrotxategi tiene al menos dos motivos para no olvidar nunca estas dos semanas de mítines y entrevistas. Se trata, por un lado, de su primera campaña como candidata a lehendakari. Por otro, está experimentando en carne propia lo que significa hacer actos y hablarle al público en épocas de pandemia, con unas condiciones de seguridad que marcan por completo cada acción electoral. Todo es más frío. Todo es muy raro.

A primera hora de un día que promete ser largo, la postulante de Elkarrekin Podemos-IU se prepara en Durango, su pueblo, para hacer frente a otra jornada de campaña electoral. Antes de volver a subirse al coche habló con Público.

¿Cómo está llevando la campaña?

Es una campaña muy rara por las cosas que no podemos hacer. Al final, los rostros con mascarillas dificultan mucho las capacidades de comunicación.

Hace algunas semanas, las primarias de Podemos Euskadi resolvieron que Pilar Garrido será la coordinadora general. Anteriormente se votó que usted sea la candidata a lehendakari. ¿Están las cosas más tranquilas a nivel interno?

Sí. Es verdad que los procesos de primarias te ofrecen la posibilidad de confrontar modelos o perfiles distintos que personifiquen un proyecto político determinado. En ese sentido, la confrontación siempre es un terreno que genera tensión. Es innegable, y también es algo inherente al principio de confrontación democrática. Pero una vez producido ese proceso, tomadas las decisiones y atribuidos los papeles, en este momento la situación es agradable. Y eso es algo que se agradece, porque afrontar una campaña electoral con tensión interna significa añadir una dificultad.

¿Ha hablado últimamente con Pablo Iglesias?

Sí, hemos hablado, sobre todo para compartir estrategia. Precisamente, Irene Montero también incidía en esa línea estratégica durante un acto que tuvimos en Donostia: hay que reconocer que en Euskadi existe una anomalía, ya que se trata de una sociedad mayoritariamente de izquierdas que siempre ha estado gestionada por gobiernos de derechas. En una situación como la de ahora, con pérdida de empleo y debilitamiento general de la economía, la manera de afrontar los retos resulta fundamental. En Elkarrekin Podemos-IU queremos que sea un gobierno de izquierdas el que gestione esos retos en Euskadi.

El lema de Elkarrekin Podemos-IU para las elecciones autonómicas es "Gobernatzeko prest" (Preparados para gobernar), y el de EH Bildu "Egiteko prest" (Preparados para hacer). ¿Qué hay en común entre ambos?

Ha sido una coincidencia que nos ha sorprendido a todas y todos. Los lemas al final expresan, de forma breve, cuál es tu elemento de fuerza. Es el grito de guerra con el que pretendes arengar a las masas. Ese grito está condensando una emoción que tiene mucha base ideológica. Esta coincidencia manifiesta que tanto ellos como nosotros queremos que la ciudadanía asuma ese momento de cambio. Ha habido 40 años en los que las izquierdas no podían ponerse de acuerdo porque existía elemento distorsionador que era ETA, pero ese elemento ya ha desaparecido. Por lo tanto, ha llegado el momento de cambio de ciclo, y estamos listos para dar ese paso.

Elkarrekin Podemos-IU ha planteado un tripartito de izquierdas, pero el PSE ha dicho que no lo apoyará. ¿Usted sigue creyendo que es viable?

Sí, y además creo que es un reflejo de Euskadi como país: no solo España es plurinacional, Euskadi también lo es. Eso se refleja en las izquierdas, con sus vertientes identitarias distintas. Ahora bien, por encima de esas diferencias, es muchísimo más lo que nos une. Es, precisamente, la creencia de que un gobierno tiene que hacerse en términos de justicia social, apelando a la redistribución justa y equitativa de la riqueza y en el fortalecimiento de los servicios públicos. Esos valores que nos unen son más importantes que esa diversidad identitaria que nos diferencia.

Cuando pasen las elecciones y conozcamos los resultados, ¿va a hablar con los hipotéticos integrantes de ese tripartito de izquierdas?

Ese es, precisamente, uno de nuestros compromisos. Si la sociedad sigue expresándose mayoritariamente de izquierdas, adopto el compromiso firme de llamar al día siguiente a las elecciones a Idoia Mendia y Maddalen Iriarte para intentar conformar un gobierno de izquierdas.

Al mismo tiempo, las encuestas indican que el PNV puede alcanzar un resultado histórico.

Las encuestas te envían fotos fijas de momentos concretos. Muchas veces fallan estrepitosamente, así que tampoco podemos agarrarnos a ellas. En cualquier caso, los sondeos siguen mostrando que el movimiento de votos se explica precisamente en esa clave de izquierdas y de derechas: lo que gana el PNV lo pierde el PP. En otras palabras, parte del electorado del Partido Popular considera que el voto útil de derechas en Euskadi está en el PNV.

Durante la campaña, el lehendakari ha subrayado el carácter “de izquierda” de su partido en materia de justicia social. ¿Para usted el PNV es de izquierda o de derecha?

Un partido político que en sus siglas lleva el término "jeltzale", que significa Jainkoa eta Lege Zaharra (Dios y la Ley Antigua)… Pues un partido cuyo lema es ese difícilmente puede venderse como de izquierdas. Es cierto que el PNV es la derecha amable, no es la ultraderecha de Vox. Es un partido demócrata-cristiano con una ambición por hacer políticas sociales que es real, pero que en lo económico es absolutamente neoliberal. Se ha apuntado al carro del neoliberalismo con total alegría y no se diferencia en nada de otros partidos de derecha neoliberales del contexto europeo. Una de las paradojas vascas es que tal vez muchos votantes del PNV pueden creer que ese partido es capaz de hacer políticas de izquierdas. Es una confusión que impera en este país.

¿El PNV ha sabido consolidar ese mensaje?

Al final lleva 40 años gobernando en las principales instituciones de este país y tiene una máquina de propaganda muy poderosa, capaz de hacer creer a la gente que sus anhelos de justicia social pueden verse satisfechos a través del PNV, lo cual no es verdad. 

¿Ha habido clientelismo político en Euskadi?

Absolutamente. El gran producto de marketing político del PNV es ese supuesto "oasis vasco" que oculta todas las costuras del sistema. En Euskadi existe corrupción y, por supuesto, clientelismo. La sociedad lo percibe como algo cierto. Aquí se sabe que alguien que tiene el carnet del PNV puede obtener trabajo más fácil, y también se sabe que las empresas que son amigas del PNV tienen más fácil ser adjudicatarias de obras públicas.

El lehendakari utiliza mucho estos días el término "reconstrucción" para referirse a las tareas que esperan en la próxima legislatura. ¿Urkullu y Elkarrekin Podemos-IU entienden ese concepto de la misma forma?

Todos buscamos la reconstrucción; la cuestión es en qué términos, cómo y a quién va a afectar positivamente y a quién negativamente. Ahí están las grandes diferencias. Si atendemos a la letra pequeña de las declaraciones públicas del PNV, cuando Urkullu por ejemplo avisa a los funcionarios que tendrán que apretarse el cinturón porque son unos privilegiados, lo que hay en realidad son recortes en el gasto público. Unos recortes que en las escuelas públicas están ya recibiendo a través de cartas en las que les transmiten cuál va a ser la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para el próximo curso, en el que se anuncian recortes.

¿Cuál va a ser la posición de Elkarrekin Podemos-IU durante la próxima legislatura en torno a la reforma del Estatuto?

Creo que el Estatuto de Autonomía merece ser actualizado, pero el debate tiene que ser sosegado. He vivido con preocupación que PP por una parte y EH Bildu por otra se desvinculasen del acuerdo alcanzado en la Ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco. Eso nos muestra que tenemos mucho trabajo por hacer en desdramatizar y consensuar algo que nos haga sentirnos a todos cómodos. Para nosotros, el derecho a decidir es la expresión del principio democrático. También consideramos que el derecho a decidir va mucho más allá que el derecho de autodeterminación en términos territoriales o de relaciones de Euskadi con el Estado. Pero en todo caso, hablamos de derecho a decidir sin ningún complejo.

Estamos ante las primeras elecciones autonómicas desde la disolución de ETA. Sin embargo, PP y Vox recurren prácticamente a diario a las siglas de esa organización ya desaparecida. ¿Cómo lo valora?

Me parece lamentable, porque se trata de un uso instrumental del dolor y de la tragedia reciente de nuestro país. La sociedad está deseando pasar página. Es verdad que queda mucho trabajo por hacer en materia de verdad, justicia y reparación, pero la sociedad en general está profundamente aliviada de que ETA no exista. Se nos ha abierto la probabilidad de vivir la confrontación ideológica e incluso identitaria sin dramas ni tragedias. Por lo tanto, están haciendo un uso partidista muy deplorable y censurable del dolor.