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Elecciones catalanas Casado y Arrimadas se juegan su liderazgo con el 'efecto Illa' y la irrupción de Vox en Catalunya

Estos comicios tendrán una lectura en clave nacional, ya que se comprobará el apoyo a las nuevas estrategias puestas en marcha por Casado y Arrimadas, así como la implantación de Vox, que, según las encuestas, podría 'sorpassar' al PP.

El líder del PP, Pablo Casado, en su despacho de la sede de Génova 13, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en su casa, durante una videoconferencia durante el confinamiento.
El líder del PP, Pablo Casado, en su despacho de la sede de Génova 13, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en su casa, durante una videoconferencia durante el confinamiento. Mudarra / PP

marta monforte

Catalunya arranca este jueves a medianoche la campaña electoral más atípica de la historia de la democracia: en plena tercena ola por una pandemia mundial que deja miles de muertos atrás y máximos históricos de contagios. La región también se encuentra a la espera de la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) —después de que el Govern de la Generalitat solicitara aplazar los comicios a mayo— que se ha dado tiempo para decidir si se celebran o no hasta el día 8 de febrero, seis días antes de la cita con las urnas.

El contexto actual nada tiene que ver con el de los últimos comicios autonómicos, celebrados en diciembre de 2017, con el conflicto independentista en su momento más álgido. El voto se produjo en clave plebiscitaria tras la declaración unilateral de independencia (DUI) en el Parlament, la celebración del referéndum el 1 de octubre y  la posterior aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del gobierno presidido por Mariano Rajoy. 

Ciudadanos fue la primera fuerza entonces, aunque la mayoría parlamentaria cayó del lado de las formaciones independentistas, con Carles Puigdemont la cabeza. La candidatura de Cs, encabezada por Inés Arrimadas, congregó la mayor parte del voto no independentista: obtuvo 1.109.732 votos y 36 escaños nutriéndose, principalmente, de electores socialistas y populares desencantados. Ahora los naranjas se conformarían con obtener la cuarta plaza y un 12% de votos.

Por su parte, el Partido Popular de Catalunya (PPC) espera doblar el resultado que obtuvo en 2017, cuando solo logró cuatro escaños, pero Vox amenaza con superar los resultados de su candidato, Alejandro Fernández. Las últimas encuestas dan a los populares entre 6 y 8 diputados, una cifra que no llega a los 11 conseguidos en 2015. La obsesión de Fernández es superar a los ultraderechistas holgadamente, tanto en votos como en escaños. Además, tanto  populares como naranjas esperan ser decisivos en la formación de gobierno.

Un gobierno que podría presidir el candidato socialista y exministro de sanidad, Salvador Illa. Nadie podría vaticinar hace apenas unos meses que en el inicio de la campaña electoral en Catalunya la mayoría de las encuestas apuntaran a que el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC) sería la formación más votada gracias al cambio estratégico de candidato. Un puesto que se disputa con Esquerra Republicana (ERC) y Junts Per Catalunya (JxCat).

PP y Cs inician la campaña alentando a la movilización

"La movilización es importantísima. El constitucionalismo somos más", han sido las palabras del candidato a la Generalitat de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, en el acto inaugural de campaña este jueves desde Montjuic, Barcelona. Carrizosa ha reivindicado los orígenes de la formación naranja en 2006 y ha criticado que ni PP ni el PSC suponían entonces una alternativa a los independentistas. De los populares ha dicho que querían mantener "sus poltronitas" de poder, de los socialistas que "asumían, como hoy en día, los mantras del nacionalismo".

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El líder del PP, Pablo Casado, se ha desplazado también hasta Barcelona para estar junto a Fernández, al que ha definido como "una persona pactista" que representa a la perfección los valores del PP, "la concordia y la convivencia". El presidente popular quiere que su partido sea la casa común del centro y de la derecha, el referente "constitucionalista" en Catalunya, y por eso ha pedido a los catalanes que hagan posible ese "cambio urgente y necesario". "La gobernabilidad ha de depender de una fuerza como el PP", ha asegurado.

Casado y Arrimadas necesitan consolidarse internamente

Estos comicios tendrán una lectura en clave nacional, ya que se comprobará el apoyo a las nuevas estrategias puestas en marcha por Casado y Arrimadas, así como la implantación de Vox en un territorio en el que la formación ultraderechista no tiene ningún escaño. Asimismo, las catalanas serán la última prueba electoral que deberán pasar los partidos —salvo que haya imprevistos adelantos electorales— hasta finales de 2022.

El resultado puede ser decisivo para el liderazgo de Casado y Arrimadas. La presidenta de Cs acude a estas elecciones en una delicada situación interna tras el acercamiento de su partido —finalmente frustrado— al PSOE por la negociación presupuestaria. Esta estrategia ha tensionado el partido y un mal resultado de los naranjas podría repercutir en Arrimadas, que fue nombrada líder en marzo de 2020. Con esta nueva estrategia los naranjas quieren "volver a la centralidad del tablero" después de que Albert Rivera impulsara un veto hacia los socialistas y diera todo el poder territorial al PP, apoyados por Vox. "Somos la única oposición útil de verdad", ha asegurado este jueves Arrimadas.

En el caso de Casado, el popular comprobará si sus continuas apelaciones al "centro" y el distanciamiento dialéctico de Vox dan resultados. Es el líder nacional que más presente ha estado en Catalunya en las últimas semanas — Fernández es un candidato semidesconocido para el gran público— y aunque nadie en el PP pedirá su cabeza si Vox consigue finalmente 'sorpassarles', abrirá de nuevo el debate interno sobre si es el 'capitán de barco' ideal para el partido.

El PP y Cs movilizarán a sus barones territoriales

La estrategia del PP se basa en presumir de gestión y evitar la cuestión identitaria, un terreno en el que saben que Vox les adelanta por la —extrema—derecha. Para ello, la dirección nacional movilizará a sus barones territoriales. La primera presidenta que acudió en plena precampaña fue la madrileña Isabel Díaz Ayuso, una dirigente que ha sido la cara visible de la oposición del PP contra Pedro Sánchez durante la pandemia y cuya gestión se ha situado en las antípodas a las de la Generalitat catalana, que ha impuesto cierres y restricciones de movilidad y de la hostelería mucho más drásticas que las planteadas por la Comunidad de Madrid.

Ayuso repetirá el próximo sábado. El PP catalán ha pedido a la dirigente madrileña que abra la campaña junto a Alejandro Fernández este sábado. Fuentes cercanas a la presidenta confirman a Público que acudirá, presencialmente, a un acto en Barcelona. Un tándem al que se podría unir Cayetana Álvarez de Toledo, exportavoz del PP en el Congreso y antigua 'protegida' de Casado. A diferencia de Génova, los populares catalanes también quieren contar con ella durante la campaña. El discurso duro de ambas —valorado por los votantes más a la derecha del PP— supone un "revulsivo" contra Vox, apuntan fuentes de la formación.

La exportavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y  el secretario general Teodoro García Egea. Fuente: PP
La exportavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y el secretario general Teodoro García Egea. Fuente: PP.

Ciudadanos también tirará de figuras mediáticas. Arrimadas estará todos los días de la campaña en Catalunya, salvo que haya algún acto ineludible en Madrid. También acompañarán a Carrizosa el vicepresidente madrileño Ignacio Aguado, la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís y el eurodiputado Luis Garicano, entre otros nombres. La dirección no ha invitado al expresidente de la formación, Albert Rivera, a participar en ningún acto porque entienden que quiere "apartarse" de la vida pública, pero Rivera ya ha dejado entrever en alguna ocasión que no comparte el rumbo que le ha dado a Cs su sucesora.

La abstención es el enemigo a combatir para los naranjas, que ya vieron como más de un millón de votantes se quedaron en casa en noviembre de 2019. Sus datos internos les sitúan como cuarta fuerza, aunque sin tener en cuenta el 'efecto Illa'. En las previsiones más optimistas obtendrían 20 parlamentarios, según revelan a Público fuentes de la Ejecutiva. En el escalón más bajo, 15. Un pronóstico que se acerca más al que arrojan los sondeos. Según un reciente estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Ciudadanos obtendría el 9,6% de los votos y su resultado rondaría entre los 13 y 15 escaños.

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