"Señor Abascal, ¿qué es lo que hacemos aquí?". Con esta pregunta, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, arrancó su intervención en la moción de censura presentada de Vox, tras escuchar las más de tres horas y media de intervención que tuvo la ultraderecha en la tribuna del Congreso para defender su iniciativa.

Sánchez, desde el principio, dijo que no iba a entrar en ninguna de las provocaciones lanzadas por el candidato a la Presidencia del Gobierno, Santiago Abascal; y utilizó buena parte de su intervención para explicar la gestión del Gobierno frente a la pandemia y la crisis económica.

Como si un Debate del estado de la nación se tratara, Sánchez desgranó las líneas de actuación de su Gobierno, lo que llamó los vectores de modernización de la economía (transición ecológica, modernización digital, educación y sanidad), su apuesta por el estado de Bienestar o las medidas adoptadas por el Gobierno para proteger a los ciudadanos más vulnerables. 

Pero Sánchez también contestó a algunas de los mantras expuestos por Abascal en su intervención y, sobre todo, se respondió a su primera pregunta: "La razón última de esta moción de censura es dividirnos,  sembrar discordia y el odio de los españoles", afirmó. Por ello, el presidente del Gobierno concluyó que el otro objetivo de Vox es hacer un despliegue de propaganda y, para ello, ha utilizado la tribuna del Congreso.

Sánchez, además, hizo una defensa del estado autonómico y defendió la diversidad y pluralidad que hay en el país. "Usted odia a España tal y como es", afirmó. Y, en este sentido, aprovechó la ocasión para lanzar el mensaje que el objetivo de su Gobierno es buscar un nuevo camino de entendimiento con Catalunya.

Además, directamente acusó a Abascal de ser el heredero de la ultraderecha de Blas Piñar que se opuso a la Constitución en la etapa de la Transición y hasta le negó que se declaren constitucionalistas, "porque lo que ustedes tratan es de aprovechar la Constitución a su conveniencia". 

A Sánchez se le vio cómodo en la tribuna, con un discurso armado, en el que contrapuso hasta los posicionamientos del Papa Francisco con los postulados cristianos que promulga Vox, y recordó buena parte de las tropelías cometidas por la dictadura.

Finalmente, concluyó con un mensaje a Pablo Casado pidiéndole que vuelva a la moderación y abandone el camino de ir de la mano de la ultraderecha. "Por eso, le pido que constituyan su alternativa desde el respeto y también le pido formalmente que su partido vote no a esta moción de censura". 

Una y otra vez, Sánchez pidió a Casado que no ceda "a la tentación totalitaria" de Vox y aseguró que por muchas concesiones que haga a la ultraderecha, "nunca van a tener suficiente y siempre le pedirán más", dijo.

Sánchez volvió a subir a la tribuna tras la primera réplica de Abascal para rebatir los puntos en los que basó la moción de censura Vox. Y aquí sí hizo especial mención en defender la legitimidad de su Gobierno , "que viene dada por las dos victorias electorales que tuvo el PSOE en las elecciones de 2019 y el apoyo recabado en esta Cámara", explicó.

También aprovechó para insistir en su propuesta para Catalunya y volvió a acusar a Vox de ser "lo mejores aliados de los más recalcitrantes separatistas". Y, además, repasó la actuación del Gobierno sobre la pandemia, las incongruencia de Vox y hasta aprovechó la ocasión para elogiar la labor desarrollada por el doctor Simón.

También defendió la ley de Memoria Democrática que, según dijo, no ofende a nadie, "salvo a los que prefieren que los muertos sigan en las cunetas o los homenajes al dictador".

Y acabó su segundo turno en la misma línea de toda su intervención sobre el fin último de la moción de censura: "Lo que les interesa es hacer ruido para difundir un mensaje de odio y rencor. Odio, cólera y nada más".