Los socios parlamentarios del Gobierno han vuelto a tender la mano a Pedro Sánchez para superar las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, avalando en términos generales las medidas recogidas en el plan de choque aprobado por el Consejo de Ministros este martes y que tendrá que ser convalidado en el Congreso en el plazo de 30 días hábiles.

Durante la comparecencia del presidente del Gobierno para rendir cuentas sobre el Plan Nacional de Respuesta al Impacto de la Guerra, los acuerdos en el seno del Consejo Europeo y, en menor medida (ha dedicado solo diez minutos), a su cambio de posición con respecto al Sáhara, los portavoces de ERC, PNV, Bildu, Más País, Compromís y PDeCAT han admitido este miércoles desde la tribuna de oradores que "será difícil oponerse" al nuevo escudo social impulsado por el Ejecutivo, aunque han afeado, entre otras cuestiones, la tardanza a la hora de llevar muchas de estas medidas a cabo.

Y es que, a pesar de que el Gobierno se ha escudado en consensuar primero dichas iniciativas en Bruselas, estos parlamentarios han afirmado que la mayoría de las medidas recogidas en el Real Decreto se deberían haber adoptado hace un mes, cuando comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ya que se podría haber evitado "muchos disgustos", como ha apostillado el portavoz del PNV, Aitor Esteban.

En este sentido, los socios han incidido nuevamente en la importancia de adoptar soluciones "valientes" para paliar los efectos de la crisis, la cual ha disparado la inflación en marzo hasta el 9,8% (la tasa más alta desde 1985). "Tiene una mayoría progresista y plurinacional dispuesta a avanzar más y
más rápido. No pierda la oportunidad porque podría pagarlo caro usted, y
sobre todo la ciudadanía", ha lanzado la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua.

Asimismo, han reclamado reformas estructurales, no sólo "tiritas", como acabar con el sistema marginalista y subir impuestos a grandes empresas y fortunas, toda vez que han exigido extender las medidas contempladas en el plan del Gobierno más allá del 30 de junio porque todo indica que los efectos de la guerra, o incluso el propio conflicto bélico, continuarán después de esa fecha.

Sobre el acuerdo alcanzado en Bruselas por el que España y Portugal pasan a ser considerados una "isla energética", esto es, se les permitirá topar de forma temporal el precio del gas usado para generar electricidad, el líder de Más País, Íñigo Errejón, ha llamado a usar ese margen que se ha obtenido para "proteger" a los más débiles. 

Con estos reclamos, los aliados a la izquierda del PSOE en el Congreso han vuelto a hacer una advertencia sobre las intenciones de PP y Vox de "capitalizar" el descontento en las calles, escenificado en los últimos días a través de manifestaciones de los sectores del campo, la ganadería y el transporte, un parón que ha provocado el desabastecimiento de algunos productos en los supermercados. 

"La derecha y ultraderecha no pueden robar a la izquierda la capacidad de indignarnos. ¿Saben cómo se frena a la derecha y ultraderecha? Llenando la nevera a la gente", ha aconsejado Rufián. También, el diputado de Compromís, Joan Baldoví, ha pedido "valentía y claridad" al Gobierno en la toma de decisiones, pues se puede "ahorrar el cabreo en las calles".

El Gobierno espera al menos una abstención de los populares

En Moncloa, según fuentes consultadas por Público, consideran que Sánchez realizó un "discurso de altura y de Estado". Resaltan que el Plan de recuperación está muy trabajado, con la participación de 16 ministerios, y que "el problema lo tiene el PP", que "tendrá que explicar muy bien" si se opone a las medidas aprobadas este martes en el Consejo de Ministros. En todo caso apuntan a que el Real Decreto saldrá adelante con o sin el apoyo de los populares, tal y como se ha reflejado en la cámara baja este miércoles.

Pero los guiños al PP han sido reiterados. El Gobierno cree que aportaría mucha más fuerza a la implantación de estas medidas la "unidad" tantas veces reclamada por Sánchez. "Me sigo agarrando a ese clavo, espero que lo aprueben", le dijo en su última intervención el líder del Ejecutivo a la portavoz de los populares, Cuca Gamarra. Sánchez insistió varias veces en preguntar directamente si el PP apoyará las medidas. "Me voy a quedar con esa indefinición", destacó en otra ocasión.

Fuentes gubernamentales insisten en que "el PP lo tiene muy difícil para votar que no". "¿Qué ha dicho el PP hoy?", se preguntan. En este sentido, destacan el carácter de interinidad que tienen los populares, a pocas horas de la llegada oficial de Alberto Nuñez Feijóo al liderazgo del partido. "Están jugando a la indefinición", apuntan. La opción de que los populares se abstengan finalmente es una de las que más fuerza cobra en el Ejecutivo.

El Gobierno ha respondido de manera firme a las presiones del PP respecto a las bajas generalizadas de impuestos. Una batalla ideológica clásica entre la derecha y la izquierda. "Es suicida desarmar el Estado de Bienestar", insistió en este sentido Sánchez desde su tribuna.

Las sensaciones en el entorno del presidente son "muy positivas" tras la larga comparecencia de hoy. Consideran en Moncloa que han cerrado de forma satisfactoria el reto que se abrió semanas atrás en los días previos al Consejo Europeo. La "victoria" en Bruselas abrió el camino marcado desde el Gobierno para limitar el precio de la energía dentro de la "excepción ibérica".

Queda pendiente la propuesta concreta que llevará España, junto a Portugal, a la Comisión Europea. La cifra, insisten en Moncloa, es una "cuestión técnica", pese a que en Unidas Podemos, mediante Ione Belarra, han pedido que el tope sean 30 euros por megawatio a la hora.

Reprimendas por el Sáhara

Respecto al Sáhara Occidental, consideran en Moncloa, según fuentes consultadas por este medio, que el asunto quedará más diluido en el tiempo. Reconocen las implicaciones "sensibles" que tiene el apoyo al pueblo saharaui en nuestro país y destacan que el presidente ha sido empático en este aspecto durante su comparecencia. Rechazan, por tanto, "palabras gruesas" como "traición", que han usado algunos grupos políticos como ERC.

A las puertas del Congreso se manifestaba un grupo de saharauis coincidiendo con las explicaciones del presidente, en la línea de lo que Moncloa lleva argumentando estos últimos días. Sánchez concedió, eso sí, que no se trataba de un giro sino de "un paso más" para solucionar el conflicto, siempre en el marco de la ONU. El Frente Polisario rechaza de plano esta opción y sigue defendiendo el derecho de autodeterminación. 

Sánchez, por tanto, salió bien parado en la defensa de las medidas para el plan de recuperación. El apoyo al Real Decreto parece casi mayoritario, con la incógnita del voto de los populares y de Cs y solo un rechazo esperado, el de la ultraderecha de Vox, que ni siquiera se sentó a hablar con el Gobierno. Por el contrario, el líder del Ejecutivo recibió una reprimenda casi unánime por el giro sobre el Sáhara Occidental. Un fiel reflejo de una legislatura en minoría que sigue, y seguirá, jugando con los equilibrios parlamentarios en los próximos meses.