Treinta y ocho días después de la formación del primer Gobierno de coalición en la etapa democrática este jueves se reúne la comisión encargada de velar por le cumplimiento de los acuerdos alcanzados entre PSOE y Unidas Podemos en un ambiente de satisfacción por la marcha del Ejecutivo, que sólo se ha visto enturbiado por los anuncios hechos por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en torno a la política migratoria.

El endurecimiento de la política de asilo no ha gustado a la formación morada que, por primera vez desde que se formó Gobierno, ha manifestado sus serias discrepancias con esta posición política. De hecho, fuentes de Unidas Podemos consideran que este anuncio va contra el mismo acuerdo firmado entre los dos partidos para la gobernabilidad y, previsiblemente, así lo expongan en el encuentro que hoy celebrarán las delegaciones de ambas formaciones.

Pero, hasta ahora, todo ha funcionado bastante bien, según reconocen dirigentes de ambos partidos. Fuentes del PSOE admiten que ha habido coordinación, unidad en los mensajes y que en tan solo un mes se ha avanzado en temas importantes que estaban en el acuerdo de Gobierno.

En el PSOE se muestran hasta sorprendidos por la actitud de Unidas Podemos y dicen no tener queja alguna de los miembros que están sentados en la mesa del Consejo de Ministros. Además, se habla de sintonía entre los ministros de los distintos partidos, y admiten que se está funcionado como un solo Gobierno, una prioridad para Pedro Sánchez.

Por su parte, desde Unidas Podemos inciden en el buen estado de las relaciones con el PSOE. Sacan pecho por haber sido capaces de pactar con los agentes sociales la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), por haber incrementado las pensiones, o por haber comenzado a demoler la reforma laboral del PP -con la derogación del despido objetivo por baja médica-.

Presumen también del celo que han depositado en el cumplimiento del pacto con el Partido Socialista. En ocasiones, esta voluntad de no salirse del guión ha quedado evidenciada en gestos inesperados -como ocurrió con el error y la posterior rectificación a la hora de votar en Junta de Portavoces una iniciativa sobre el torturador franquista Billy el Niño-.

También oresumen de la coordinación exhibida, y de cómo mantienen puentes de diálogo a todos los niveles, sea entre los miembros del Gobierno o entre quienes están al timón de los respectivos grupos parlamentarios.

Echenique y Lastra

Pablo Echenique, portavoz del grupo parlamentario confederal, será el hombre fuerte de Unidas Podemos a la hora de supervisar el cumplimiento del acuerdo. Es el único integrante de esta formación que estará presente en la Comisión Permanente de Seguimiento del Acuerdo de Coalición, y a la vez en la comisión de Seguimiento Parlamentario.

De la primera formará parte en calidad de representante del grupo confederal, mientras que la secretaria de Estado de Agenda 2030, Ione Belarra, y el jefe de Gabinete del vicepresidente Pablo Iglesias, Julio Rodríguez, se sumarán como representantes de la Vicepresidencia Segunda.

El protocolo guarda un cuarto puesto para un "representante del área de comunicación" de la Vicepresidencia de Iglesias, en este caso para Juanma del Olmo, director de Comunicación de este departamento.

Por su parte, además de Echenique, en la comisión de Seguimiento Parlamentario participará el presidente del grupo, Jaume Asens, también líder de En Comú Podem, así como la portavoz adjunta, Sofía Castañón. A ellos se unirán los portavoces adjuntos Enrique Santiago (IU) y Antón Gómez-Reino (Galicia en Común).

En el PSOE, será la portavoz del Grupo Socialista, Adriana Lastra, quien lleve las riendas en estas reuniones y las de la comisión de coordinación parlamentaria. Además, estará acompañada por el jefe de Gabinete del Presidente, Iván Redondo; el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños; y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. entre otros.