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caso iliass tahiri Una ONG marroquí insta al Gobierno a trasladar a España el "enfado" por el caso Iliass Tahiri

La familia del joven ha recurrido el archivo de la causa que consideró accidental su muerte en manos de unos guardias  en un centro de internamiento de menores infractores en Almería

Racismo en España: un joven muere en manos de unos guardias en un centro de Almería
La grabación de la cámara de seguridad del centro de menores Tierras de Oria de Almería muestra cómo Iliass Tahiri, de 18 años y de origen marroquí murió durante una contención, en julio de 2019.

raúl bocanegra

Las últimas noticias sobre el caso Iliass Tahiri, un joven marroquí que murió en manos de unos guardias de seguridad en un centro de internamiento de menores infractores en Almería el 1 de julio de 2019, han llevado a moverse a algunos sectores en Marruecos.

La Liga Marroquí de Defensa de los Derechos Humanos ha hecho pública una carta abierta al ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, en la que le reclama que "transmita a las autoridades españolas el enfado de la opinión pública marroquí por la ocultación de la verdad y la negación del principio de igualdad ante la ley como dicta la legislación y los acuerdos internacionales".

La Liga es una veterana ONG, de tamaño pequeño y poco activa, "creada en 1972 por sectores del Partido del Istiqlal [nacionalista, hoy tercera fuerza en la Cámara de Representantes marroquí detrás del Partido islamista Justicia y Desarrollo y del Partido Autenticidad y Modernidad, con 46 de 395 escaños] y caracterizada por su política cauta y moderada", según ha escrito en su ensayo El jardín secreto. Los defensores de los derechos humanos en Marruecos, la investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona Laura Feliu.

La misiva se elaboró después de que el diario El País publicase el vídeo en el que se documenta la muerte de Tahiri. En él, se puede ver que Tahiri no ofrece resistencia mientras los guardias le aplican lo que se conoce en estos centros como una contención mecánica, un eufemismo para no decir lo que es realmente: atar a una persona durante un tiempo con correas a una cama, boca abajo o boca arriba. En Andalucía, solo en dos años, entre 2017 y 2018 fue utilizada, según los datos oficiales, al menos en 360 ocasiones. La práctica, que es legal en España, ha sido cuestionada por el comité contra la tortura del Consejo de Europa y por numerosas ONG.

En la carta, la ONG solicita al ministro "que apele a las autoridades españolas para la apertura de una investigación sobre las circunstancias del caso y tomar medidas con todos los implicados en el asunto y restaurar la paz en el alma del difunto haciendo justicia".

El caso de Tahiri fue archivado por la justicia española en enero al concluir la magistrada Teresa Inés Sánchez Gisbert que la muerte había sido "accidental". El asunto sigue todavía vivo en los juzgados porque la familia de Tahiri considera que fue un homicidio y ha recurrido el auto de archivo y lo va a pelear hasta el final. El Código Penal español recoge la figura del homicidio imprudente grave y del menos grave, que no implica intencionalidad en quienes acaban con la vida de una persona.

La Liga

La ONG marroquí afirma en su carta que, según "los datos disponibles a través de los medios de comunicación", la justicia española concluyó "que la causa de la muerte fue accidental y que los vigilantes siguieron el protocolo aplicable en estos casos de manera correcta y que, igualmente, el informe forense [había descartado] la asfixia como motivo de la muerte y [apuntaba] que la causa fue una parada cardiaca". "No obstante, el vídeo ha desmentido todas estas alegaciones", se lee en la carta.

El vídeo está en la causa, pero no fue, en efecto, suficiente para que la jueza decidiese procesar a los guardias por la muerte de Tahiri. "Nos sorprende, señor ministro, cómo la justicia española ha tratado el caso del joven Iliass y expresamos nuestra decepción ante la complicidad de las distintas partes incluyendo la justicia, la medicina forense y el centro de menores", manifiesta la ONG.

Así describe Feliu en su ensayo, publicado hace ya unos años, en 2004, por Los Libros de la Catarata, la actividad de esta ONG. "La Liga se define a sí misma como una organización de masas, un calificativo muy alejado de la realidad. Si bien diferentes grupos actúan en el conjunto de Marruecos, estos están íntimamente relacionados con las propias secciones del Partido del Istiqlal. La Liga parece circunscrita a un núcleo muy limitado de militantes istiqlalíes reunidos en torno a la figura de sus dinámicos presidentes".

"Su composición se aleja, pues, –prosigue Feliu en su investigación– de lo que se podría calificar como de masas, tal y como confirma la observación del tipo de militantes y su formación, profesores de enseñanza superior y abogados". Luego, la investigadora escribe: "La actividad de la Liga ha sido escasa y actualmente está prácticamente inoperante. […] En un primer momento gran parte de sus comunicados se concentraron en la denuncia de situaciones en el exterior".

Un análisis, similar en algunos aspectos, sigue hoy vigente, según las fuentes del tercer sector consultadas por Público, que afirmaron que la Liga Marroquí de Defensa de los Derechos Humanos "no es muy activa ni está presente en la defensa real y las violaciones de los derechos humanos que se cometen por el régimen marroquí".

Contenciones mecánicas

Las imágenes de la muerte de Tahiri en Tierras de Oria, un centro de menores que ha sido cuestionado por algunos de sus métodos por el Consejo de Europa y por el Defensor del Pueblo, traen a la mente la de George Floyd, que han provocado fuertes movilizaciones contra el racismo en EEUU.

La llamada contención mecánica está definida en la normativa española y andaluza como extraordinaria y de último recurso. Solo debe aplicarse, según las instrucciones de la Junta de Andalucía, en una situación de extrema gravedad en el que el diálogo y la intervención educativa son inviables y con el único fin de evitar que el menor o el resto de personas del centro puedan sufrir daño alguno.

En el año 2016, tres años antes de la muerte de Tahiri, el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa visitó el centro Tierras de Oria y, aunque manifestaba que la situación general era normal –"los episodios de violencia entre los internos no eran muy frecuentes y el personal normalmente intervenía adecuadamente"–, documentó al menos el uso de restricciones mecánicas en 24 ocasiones entre enero y septiembre de ese año. "Esta medida normalmente duraba entre una y dos horas. A los menores inmovilizados no se les permitía ir al baño (pese a pedirlo) y en algunos casos se habían orinado encima", se puede leer en el informe del CPT.

Esta es la descripción que hizo el Consejo de Europa de las contenciones con medios mecánicos en Tierras de Oria: "El centro disponía de una habitación específica para la restricción mecánica, que estaba equipada con una cama (que no estaba anclada al suelo) equipada con tres pares de asas a lo largo del borde para atar las correas. Los menores eran atados a la cama boca abajo, con las muñecas y los tobillos (y a veces el torso) atados a la cama con correas y con las piernas bien abiertas. El menor que se encontraba atado era constantemente vigilado por un miembro del personal a través de una ventana con barrotes, pero no había ningún miembro del personal continuamente presente en la habitación".

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