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Los candidatos buscan arañar el voto indeciso en el único debate a cuatro

Sánchez, Iglesias y Rivera quieren aprovechar la inédita presencia de Rajoy para cargar contra su gestión. 'Público TV' ofrecerá el duelo en directo desde las 22 horas.  

Los asesores de los líderes políticos, de Podemos, Irene Montero (2d); del PSOE, Antonio Hernando (4i); del PP, Jorge Moragas (2i), y de Ciudadanos, Fernando de Páramo (4d) posan en el plató donde se celebrará el debate a cuatro. /EFE

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MADRID.- Mariano Rajoy, Pedro Sáchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Los cuatro candidatos a la presidencia del Gobierno se miden este lunes en un debate inédito y único. Un duelo que se presenta, sino decisivo, sí muy importante de cara a los resultados de las elecciones del 26 de junio.

Cuando todavía un 30% de los votantes no tiene aun decidido qué papeletas meter en la urna, los candidatos de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos se plantean este debate como una oportunidad de oro para arañar unos votos que pueden resultar decisivos en la noche del 26J y que, a buen seguro, determinarán los futuros pactos teniendo en cuenta que la opción de que algún partido gane por mayoría absoluta está descartada.

El debate se celebrará en un plató en Madrid que ha sido meticulosamente preparado y está organizado por la Academia de la Televisión (ATV) en colaboración con TVE, Atresmedia y Mediaset.  Esta vez, serán tres los periodistas que moderen el debate, uno de cada grupo audiovisual: Ana Blanco, Vicente Vallés y Pedro Piqueras, respectivamente. Y será emitido a partir de las 22 horas por todas las cadenas de televisión y por streaming en Público TV.

Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias debatirán colocados por este orden de izquierda a derecha de la pantalla, en un formato que estará estructurado en varios bloques de duración desigual: Economía y Empleo, Políticas Sociales, Reformas Institucionales y Regeneración Democrática, Política Exterior y Pactos.

El debate se alargará más de dos horas y el líder de Podemos será el candidato que primero intervenga en el "minuto de oro", la última intervención en este tipo de debates electorales, que cerrará el secretario general socialista, un orden que se ha establecido en un sorteo. 

Los candidatos llevan dos días encerrados con sus respectivos equipos preparando a conciencia el debate. Saben que hay mucho en juego y esperan intervenciones duras. Cada uno va a medir al milímetro su intervención y los cuatro tienen preparadas réplicas a los previsibles ataques de sus rivales.

Rajoy, nuevo en estas lides, se prepara para los ataques

Esta vez la novedad estriba en que, por fin, el presidente del Gobierno en funciones se ha dignado a debatir con los tres aspirantes. En el 20D solo aceptó medirse con Pedro Sánchez argumentando que Podemos y Ciudadanos no tenían representación parlamentaria. Ahora, ya no había excusa posible. Por eso, se espera que tanto Sánchez como Iglesias y Rivera mantengan duelos directos con Rajoy, que intentará aportar sus conocidas cartillas de datos para rehuir de las dentelladas.

Mientras, Pedro Sánchez quiere salir a ganar y, sobre todo, a poner negro sobre blanco lo ocurrido estos cinco meses y denunciar la actitud del PP, por indolencia; y la de Podemos, por permitir que Mariano Rajoy siguiera al frente del Ejecutivo y no apoyar a un presidente socialista, según informa este lunes Manu Sánchez.

Pablo Iglesias encara el debate con cautela y prudencia, y con la intención de llevar la iniciativa con propuestas. El líder de Podemos quiere erigirse como la única alternativa a un Gobierno de Rajoy que solo representa más de lo mismo. Y aprovechará que está ante la primera ocasión de medirse con Rajoy para convertir el debate casi en un 'cara a cara'. Pero no solo, también está preparado para repeler los ataques que sabe que le llegarán por parte de Rivera y Sánchez sobre temas como Venezuela o su proyecto económico.

Por último, el líder de Ciudadanos quiere ofrecer una imagen de educación y prudencia. Quiere mostrarse como el candidato afable y sosegado que es capaz de tender la mano a todos. Su pacto con Pedro Sánchez en la investidura fallida puede suponer un lastre, por eso Rivera ha avanzado que tratará al líder del PSOE como un contrincante más. Bajo su mantra de abanderar el "cambio sensato", Rivera intentará evitar que el debate sea polarizado por Rajoy e Iglesias. 

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