MADRID.- El Partido Popular vive las últimas horas de máxima expectación por los cambios que Mariano Rajoy ha anunciado que hará en el PP y en el Gobierno. Todas las voces consultadas coinciden al señalar que el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, es clave en dichos cambios, donde el refuerzo en el área de comunicación de los conservadores se considera imprescindible. El propio presidente del Gobierno ha confirmado, en público y en privado, que no habrá cambios de políticas, pero sí en la manera de explicarlas.

El ministro de Sanidad ha logrado mantener el "difícil equilibrio" de mantener una buena relación con los responsables del partido y del Gobierno

Alonso tiene el perfil "exacto" para este cometido, subrayan en el PP, pues además de ser un buen comunicador, ha logrado mantener el "difícil equilibrio" entre el partido y el Gobierno, conservando una buena relación con todos sus responsables. A ello se suma, además, su cercanía a la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría (pertenece al grupo de los sorayos, el círculo de confianza de la número dos del Gobierno) y el alto concepto que tiene de él Rajoy, como se demostró cuando lo puso al frente del Ministerio de Sanidad, en lugar de Ana Mato.

"Alonso podría ser cualquier cosa que le encomiende el presidente para este sprint final hasta las generales", explican en el PP. Podría recuperar la figura de coordinador en el PP, si como todo apunta, Dolores de Cospedal se mantiene como secretaria general y cede las funciones de portavoz, que podría asumir el propio ministro de Sanidad. También podría sustituir a Sáenz de Santamaría en esta misma función en el Ejecutivo, pero además, tanto en el PP como en el Gobierno, Alonso podría seguir siendo el titular de Sanidad. "Dependerá de las carteras que el presidente necesite para hacer la remodelación de su Gabinete", señalan las mismas fuentes.

En el PP están convencidos de que Rajoy quiere premiar la lealtad de Cospedal con un Ministerio

Respecto a los cambios en el Gobierno, la incertidumbre es casi mayor, pues además de Alonso-para-todo, como portavoz también se apunta al titular de Industria, José Manuel Soria, muy amigo del presidente. Cospedal es otra de las ministrables y lleva semanas señalada como la nueva ministra de Educación, en lugar de un José Ignacio Wert que estaría de salida, aunque su puesto como embajador en la OCDE no estaría asegurado, ni mucho menos. Otras voces apuntan a que Cospedal sea titular de Sanidad, aunque tanto esta cartera como la de Wert supondrían "un regalo para la oposición" después de la polémica gestión autonómica en ambas áreas de la presidenta de Castilla-La Mancha en funciones.

Pablo Casado, que fue portavoz de campaña para las elecciones del 24-M, suena con fuerza para los cambios del partido. /EFE

Todo está, pues, abierto en el Ejecutivo, a falta de unas horas para que Rajoy acuda a La Zarzuela a despachar con el rey Felipe VI y a comunicarle los cambios. El anuncio público de esta crisis podría hacerse efectivo a partir de entonces, que sería, en cualquier caso, después de la Sesión de Control que el presidente tiene a primera hora de la mañana.

El anuncio de los cambios en el partido podrían retrasarse hasta el jueves por la tarde, cuando Rajoy ha convocado al Comité Ejecutivo Nacional

El anuncio de los cambios en el partido podrían retrasarse hasta el jueves por la tarde, cuando Rajoy ha convocado al Comité Ejecutivo Nacional. Los conservadores dan por seguro que Cospedal seguirá como número dos del partido, si bien reforzada previsiblemente con un portavoz (podría ser el propio director de campaña para las generales, responsabilidad en la que no repetiría Carlos Floriano) o un coordinador del PP. Sería éste un puesto intermedio entre la secretaria general y los vicesecretarios, áreas en las que también se esperan cambios.

Pablo Casado -una figura también "indiscutiblemente en alza"- podría sustituir a Esteban González Pons, que pasaría a ocuparse únicamente de sus responsabilidades al frente del PP en el Grupo Popular Europeo. La idea de Rajoy, según su entorno, es que sumará refuerzos en la cúpula del PP más que eliminar cargos. Luisa Fernanda Rudi, presidenta en funciones de Aragón, o Borja Sémper, portavoz del PP en el Parlamento Vasco y, desde 2009, presidente del partido en Gipuzkoa, son otros dos nombres a tener en cuenta en el contexto de cambios, subrayan los conservadores.