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Desmontando cinco falsos mitos sobre la brecha salarial

Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea registra esta semana en el Congreso una propuesta de ley, apoyada por unanimidad en la Cámara baja, para corregir la desigualdad retributiva entre hombres y mujeres. Desmontamos los mitos y falsas creencias que existen alrededor de esta discriminación. 

La brecha salarial en España se sitúa en un 34%./ EFE

El pleno del Congreso aprobó este martes por unanimidad una moción de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea por la que se insta al Gobierno a poner en marcha las medidas necesarias para corregir la desigualdad retributiva entre hombres y mujeres. Por ejemplo, que las empresas publiquen los salarios desglosados por género y que las de más de 50 trabajadores informen a empleados y sindicatos de la remuneración media por categoría, además de incorporar al ordenamiento jurídico el concepto de igual retribución por trabajo de igual valor o controlar los convenios colectivos para que no contengan cláusulas discriminatorias por razón de género.

Como explicó la portavoz de En Marea en el Congreso, Yolanda Díaz, gran parte de estas medidas ya están recogidas en las recomendaciones que la Comisión Europea trasladó en 2014 a los estados miembro. Aunque tendrían que haberse puesto en marcha a finales de 2015, España aún no las ha aplicado.

Durante el debate de la moción en el Congreso, el pasado martes, se oyeron muchos datos sobre brecha salarial, igualdad retributiva y discriminaciones indirectas, pero entre tanta cifra se pierden los conceptos y surgen las confusiones. ¿Sabemos realmente qué es la brecha de género? A continuación, desmontamos cinco falsos mitos entorno a ella.

Las empresas no pagan distinto a hombres y mujeres

Cuando se dice que en España hay una brecha salarial del 22,9% porque las mujeres cobran casi 6.000 euros menos al año que los hombres por hacer un trabajo de igual valor no es porque las empresas paguen sueldos base diferentes a sus trabajadores en función del sexo. Lo que sucede es que trabajos de igual valor y con iguales responsabilidades no son retribuidos de la misma forma, es decir, que la brecha se genera, sobre todo, premiando unas categorías u ocupaciones por encima de otras. ¿Cómo? Con complementos salariales y horas extra que sí discriminan por sexo. Según el último informe del sindicato UGT, la brecha de las horas extraordinarias se eleva al 78,88%, la diferencia retributiva en complementos salariales alcanza el 30,44% y asciende al 36% en pagas extraordinarias. Otro estudio de Comisiones Obreras señala también que hay pluses masculinizados, como el de peligrosidad, que se suele pagar por el manejo de maquinaria, pero no por el uso de productos químicos que pueden darse en sectores feminizados como la limpieza o la sanidad. 

Las mujeres eligen empleos peor pagados

La traducción de esta afirmación a la realidad es que los sectores más feminizados tienden a estar peor pagados. Aunque las mujeres son mayoría en las universidades españolas (el 53%), sólo representan el 24% en carreras técnicas y científicas y el 12% en estudios de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), según los datos de la OCDE. Sin embargo, las mujeres están sobrerepresentadas en titulaciones relacionadas con la educación (suponen el 79% de los nuevos estudiantes en España) o la salud y el bienestar (un 72%). Los empleos relacionados con la tecnología y la ciencia están, tradicionalmente, mejor pagados que los vinculados a las Ciencias Sociales. Entonces ¿por qué las mujeres eligen formarse en disciplinas que conducen a trabajos mal remunerados? La responsabilidad se la reparten padres, profesores y estereotipos machistas. Por un lado, las familias suelen recomendar estudios de ingeniería y ciencias a sus hijos y no tanto a sus hijas. Y algo tendrán que ver los maestros en el hecho de que, según la OCDE, a los 15 años, las chicas tengan menos confianza en sí mismas que los chicos en la asignatura de matemáticas. A ese cóctel se le suma también la falta de referentes femeninos en titulaciones científicas y técnicas, lo que explica que, al final, tengamos a más mujeres con estudios superiores, pero más hombres que obtienen un trabajo con ese nivel de titulación.

Ellas cobran menos porque trabajan menos horas

Correcto. El 72% de las jornadas a tiempo parcial en España son de mujeres. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) al cierre de 2016, más de dos millones de mujeres están empleadas en puestos a media jornada mientras que los hombres apenas ocupan 776.000 trabajos de este tipo. Esto significa menos ingresos (9.690 euros anuales de media) respecto al trabajo a jornada completa (25.041 euros euros anuales de media) y, por tanto, una menor protección social (ellas reciben una pensión de jubilación de unos 783,49 euros mensuales de media, frente a los 1.234,96 que reciben los varones y dos de cada tres pensionistas que no superan el sueldo mínimo interprofesional son mujeres). Es cierto que las mujeres trabajan menos horas, la pregunta es ¿por qué? Según el INE, un 62% lo hace porque no encuentra empleo a jornada completa y un 13,5%, porque tiene que cuidar de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores.   

Tienen peores empleos porque les perjudica ser madre

Correcto también. El 22,6% de las mujeres ocupadas con hijos ha reducido su jornada laboral para cuidar a sus pequeños frente al 3,44% de los varones, según el INE. Y, de nuevo, la pregunta es ¿por qué? Según el estudio Spanish Gender Gap, publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), la decisión suele estar supeditada al sueldo: "Como ellas ganan menos o tienen trabajos con menores incentivos tienden a ser las que reducen su jornada y, en consecuencia, terminan perdiendo oportunidades de ascenso". Además, sólo el 55% de las mujeres vuelve a incorporarse a su puesto de trabajo después de ser madre, mientras que los hombres que han sido padres retornan en un 100%, asegura la Plataforma por permisos iguales e intransferibles por nacimiento y adopción (PPiiNA). Otra de las causas que frena las aspiraciones de las mujeres y les impide encontrar un puesto adecuado a sus aptitudes es la arraigada y machista creencia de que la crianza es cosa de mujeres y la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y familiares. Las españolas dedican de media al día 2,5 horas más que los hombres a estas labores, según el INE. 

Si comparamos por horas de trabajo no hay tanta brecha

Fátima Báñez ha repetido en varias ocasiones que la brecha salarial en España se ha reducido en cuatro puntos, del 18,9% en 2012 al 14,9% en 2015. La ministra de Empleo se ha aferrado a este dato de Eurostat (Oficina Europea de Estadística) para celebrar que la discriminación salarial por razón de género va menguando año tras año. Evidentemente, Eurostat no miente pero no es cierto que la brecha salarial se haya reducido. ¿Por qué? La clave está en la unidad de medida. Báñez utiliza el dato sobre el salario bruto por hora, un indicador que "puede enmascarar diferencias sobre las cuales no se lleva un control específico, como las pagas extra, los complementos por rendimiento o las remuneraciones especiales en temporadas concretas". Así lo refleja el informe Cómo combatir la brecha salarial entre hombres y mujeres en la Unión Europea, que recomienda calcular la diferencia de género en las retribuciones con los salarios anuales brutos porque sólo así se pueden conocer los ingresos reales de los trabajadores. El cómputo de los salarios por hora que hace Eurostat, además, no incluye datos sobre contratos que no sean a tiempo completo (el Banco Central Europeo los incluye en la categoría de subempleo) cuando más de dos millones de mujeres (frente a sólo 794.100 hombres) trabajan a tiempo parcial.

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