Son 176 los votos necesarios para obtener mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, un número que abre muchas de las puertas legislativas del Parlamento, incluida la de la investidura de un presidente del Gobierno. Los números son tozudos.

Este martes, el Congreso ha vuelto a recontar 176 síes, en este caso para admitir a trámite la reforma del Reglamento de la Cámara que permite el uso de las lenguas cooficiales en todos los ámbitos parlamentarios. 

El debate y votación de esta iniciativa ha escenificado una división en el hemiciclo entre aquellos diputados y grupos que respaldan la reforma (que previsiblemente se aprobará de manera definitiva el jueves) y sus detractores. Pero esta división es algo más en una lectura que trasciende a esta sesión plenaria e, incluso, al uso de las lenguas cooficiales.

Este martes se ha producido la primera votación conjunta de un bloque político que tiene en su mano la investidura de Pedro Sánchez en los próximos meses. PSOE, Sumar, Junts, ERC, EH Bildu, PNV y BNG (más Coalición Canaria) son los partidos que han hecho posible la admisión a trámite de la reforma, y todos, a excepción del grupo canario (aunque se han ausentado de la votación tres diputados favorables a la iniciativa, lo que hubiera dado 179 votos), están interpelados para hacer presidente al líder socialista.

La acepción de "bloque político" es, quizá, muy temprana si se tiene en cuenta que todavía se tiene que celebrar el debate de investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo la próxima semana, y que en la actualidad el PSOE y Sumar negocian con los grupos para tratar de granjearse su apoyo cuando llegue el turno de Sánchez.

Unas derechas más fuertes, pero en minoría parlamentaria

Sin embargo, el denominado bloque de la legislatura que sostuvo al Gobierno de coalición en el Congreso fue antes un bloque de investidura (precisamente por investir al secretario general del PSOE); y antes, el  bloque de la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa y al PP del Ejecutivo estatal.

No es casualidad que este grupo se aglutine en su primera mayoría absoluta en torno al uso institucional de las lenguas, en torno a la defensa, protección y reconocimiento de todas las lenguas que se hablan en el Estado, también en el ámbito parlamentario.

En primer lugar porque se trata de una reivindicación histórica de los partidos independentistas que tienen representación en el Congreso (y que ya intentaron reformar el Reglamento en 2022, sin éxito). Y en segundo lugar porque cuando Sumar lo propuso (tras las elecciones del 23J) ya se pensaba en esta iniciativa no sólo en clave de adquisición de derechos lingüísticos, sino también de negociación de una investidura con los grupos soberanistas.

Votar juntos hoy no garantiza una votación conjunta en la eventual designación de Sánchez como presidente del Gobierno, pero ayuda a construir bloque y saca a la luz que, pese a que las derechas ganaron fuerza en las pasadas elecciones generales, siguen estando en minoría y aisladas en el Parlamento, siempre y cuando se alcancen acuerdos, explican fuentes parlamentarias.

En paralelo al debate en el Congreso, la Unión Europea mantuvo este jueves el primer debate sobre la utilización de lenguas como el catalán, el gallego o el euskera en sus instituciones.

Aplazado el debate de las lenguas en la Unión Europea

Sin embargo, la decisión fue la de aplazar la posible aprobación de la oficialidad de las lenguas para más adelante, ante las dudas jurídicas, financieras y prácticas que han planteado una gran mayoría de países, sobre una decisión que requiere unanimidad, informa EFE.

La votación sobre el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso puede ayudar a engrasar la construcción de una mayoría necesaria para hacer presidente a Pedro Sánchez, pero de momento es una muestra de lo que podría ser un bloque político y no la unidad de acción de un bloque político como tal. Sánchez necesitará 176 votos; los números son tozudos.