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Arcadi Oliveres: "La derecha sólo tiene el bolsillo como ideología"

ALEX GIL LARA

Arcadi Oliveres (Barcelona, 1945) es profesor de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y acaba de dejar la presidencia de la ONG Justícia i Pau, que defiende y promueve los derechos humanos y la paz. Impulsor de Procés Constituent, critica las políticas y los recortes del gobierno del PP y de la Troika y considera que el proceso de independencia de Catalunya no puede gravitar únicamente alrededor de la cuestión nacional. Oliveres defiende la vigencia de un 15M 'sectorializado y con dinámicas activas' y advierte contra la desmovilización social y el endurecimiento de la legislación para 'criminalizar las protestas'.

Procés Constituent inició el mes de mayo con una llamada a una candidatura unitaria de la izquierda para las próximas elecciones al Parlament de Catalunya. Hubo respuestas dispares por parte de ICV, dispuestos a la colaboración, y de la CUP, molesta por lanzarle propuestas a través de los medios de comunicación.

Es una cuestión más de forma que de fondo. Nuestras relaciones con ICV-EUiA y con la CUP son muy cordiales. El único problema que tenemos es que esas relaciones son bilaterales y no, como querríamos, multilaterales. Nosotros, como hemos repetido muchas veces, queremos que ese futuro acuerdo de colaboración integre a estas fuerzas de izquierdas y a más gente, descontentos de PSC y ERC, provenientes de movimientos sociales, etc, ese es nuestro objetivo. El problema es que, sobre todo con los partidos, todos nos abrazan e invitan a ir con ellos, pero en el momento de hablar de ir todos juntos, nos dicen que no. Son los resquemores típicos de la izquierda, que al fin y al cabo son los que motivaron nuestra aparición. Si tenemos un 80% de programa político común, debemos consensuar ese 20% restante, de pequeñas diferencias, muchas veces motivadas por problemas personales. Es un problema que persiste y no hemos avanzado más. La izquierda es así de insensata. 

¿El objetivo inicial de concurrir a las autonómicas con una candidatura conjunta está en el aire?

Las negociaciones están en su inicio. Es un proceso aún muy embrionario y con la incógnita de si las elecciones se producirán a finales de este año, el próximo o cuando toquen. Si es en 2016 -fecha prevista- aún hay tiempo, pero si no tendrá que hacerse, como el resto de opciones, deprisa y corriendo. Pero como ya hemos dicho que no tenemos un interés personal en esto, si sale bien, perfecto, si no, continuaremos con nuestro trabajo. Es una reflexión que también sirve para crear conciencia política. Personalmente, estoy satisfecho de cómo está funcionando PC, como ejemplo, sin presentarnos para las elecciones europeas realizamos unas jornadas sobre los temas más importantes que afectan a la Unión Europea a las que asistieron 1.200 personas.

¿Y qué conclusiones sacaron sobre la UE?

Muy críticas con el euro, con las instituciones europeas, con la respuesta que se está dando a la inmigración...

¿A la clase obrera le ha ido bien con el proceso de integración europea?

Nada bien. Esta política de austeridad impuesta desde arriba sólo sirve para castigar a los trabajadores europeos. Perdón por autocitarme, pero tengo artículos de hace 12 años diciendo ya que el euro era una barbaridad y a dónde nos iba a conducir.

Entre las izquierdas se ha ido extendiendo la necesidad de articular un frente común, una alternativa potente a las políticas neoliberales, ¿hay una posibilidad real de constituir esta candidatura?

Tenemos una argumentación potente y clara, lo que falta es la voluntad de avanzar juntos en el camino. Pienso que los argumentos que hay hoy en día contra las políticas de recortes son irrefutables, y además son compartidos por un 80% de la población catalana, que querría cambiar este estado de cosas. Pero luego llegan, repito, los problemas por cuestiones personales o rencillas locales.

¿Es un problema de personalismos, de tacticismos?

Quizás no sea tanto de personalismos y más de tácticas, de costumbres. En las recientes europeas con 64 candidaturas lo hemos comprobado, aparte de los que sólo buscan visibilidad, la gran cantidad de formaciones de izquierda existentes permite ver las discrepancias, muchas veces minúsculas, entre ellas. Es una lástima.

¿Entonces tienen razón PP y PSOE cuando critican la dispersión de voto que provocan los partidos más  pequeños?

Los resultados no les han acompañado esta vez, pero tal y como está la ley electoral están bastante en lo cierto. De aquí, nuestra voluntad de concurrir juntos. Por eso mismo no queremos presentarnos a las elecciones, para evitar aún más la dispersión y fragmentación del voto de la izquierda.

¿La derecha parece que lo tiene más claro?

La derecha sólo tiene el bolsillo como ideología. Les da igual el contenido de los programas políticos de unos y de otros, sólo les importa la cartera, que no se la toquen. Tienen menos pruritos ideológicos que la izquierda, muchas veces marcada por cierto puritanismo. Esto es, en definitiva, lo que motivo nuestra aparición. Si la izquierda catalana hubiese ido unida a las elecciones, otro gallo nos cantaría.

El 15M ha creado unas dinámicas de movilización que van obteniendo resultados...

Sí, pero cada uno separado en su grupo y nosotros tampoco tenemos una autoridad moral que cada uno de ellos para reclamar esa unidad de acción, porque no dejamos de ser uno más.

¿Es necesario ese proceso constituyente no sólo en Catalunya, sino en toda España como reclaman, entre otros IU o Podemos? ¿Una ruptura democrática desde abajo?

Sería conveniente, aunque hay una diferencia básica, ya que nosotros optamos por la independencia y ellos no. Eso sí, participamos en los encuentros de grupos que propugnan procesos constituyentes en el Estado y, de hecho, la próxima reunión se celebrará en Barcelona.

¿El régimen de 1978 está en una crisis tan profunda como parece o con unas reformas tendría suficiente para seguir adelante?

No sólo está en crisis el régimen del 78, sino el régimen económico internacional, pero por desgracia lo que sigue vigente es mucho miedo por parte de la ciudadanía. Mientras la gente no se atreva a dar un paso adelante hacia un cambio radical nada cambiará. La gente siempre tiene ese toque conservador de última hora, ese 'sí, pero...', eso se vio, por ejemplo, en el referéndum de la OTAN.

¿El proceso soberanista puede acabar también así?

Es una posibilidad, sobre todo si tenemos en cuenta el contexto sociológico de Convergència i Unió, aunque ahora es un poco el rehén de ERC, y si éstos aprietan, quizás no se atrevan a dar marcha atrás. Nuestra propuesta es que el referéndum se hiciese sí o sí, y que se vote sí y sí. Y si no es el caso, defenderemos la realización de la consulta practicando la desobediencia civil y poniendo las urnas en la calle, y si nos detienen, correremos ese riesgo.

Las leyes que prepara el gobierno central o la respuesta que aplica la Generalitat a la movilización social parecen ir en sentido contrario. ¿Se quiere criminalizar la desobediencia, la disidencia?

Sí, pero tenemos que animar a la gente a desobedecer.

Para la próxima Diada, ¿irán junto a la Assemblea Nacional Catalana? ¿No se rodeará la Caixa esta vez?

Son dos cosas, la ANC ha tomado conciencia que quizás les faltaba una reivindicación social, que hace falta darle un contenido social a la independencia. Hemos mantenido algunas reuniones con ellos desde que decidieron orientar también su reivindicación hacia qué Catalunya queremos. No limitarse sólo a la reclamación de una Catalunya independiente. En este sentido, se han acercado a nuestras posiciones. En cuanto a la Diada, aún no se ha decidido nada, pero estamos abiertos a pactar la forma de colaboración.

 

¿Está de acuerdo en qué el debate nacional ha eclipsado la vertiente social, en qué ha dejado de lado el incremento de la desigualdad en Catalunya?

Lo llevamos diciendo desde el primer día. El debate nacional no puede esconder la cuestión social. Esto incluso antes de comenzar con Procés Constituent, había provocado discusiones en debates sobre la independencia. Pensamos que la independencia, por sí sola, no sirve para nada, debe definirse y dejar claro qué queremos socialmente. Este debate debe producirse antes y durante el proceso y no después. Si lo único que cambia con la independencia es que en vez de tener la 'ñ' de España, tenemos la 'ny' de Catalunya, y que la bandera tiene cuatro rayas rojas en vez de dos, no servirá de nada.

Hace poco más de dos semanas Procés Constituent se volvió a reunir para organizar el desarrollo de los contenidos de su manifiesto, ¿será su programa base o servirá también de esquema para ese frente amplio que propugnan?

Más bien una base programática. Una hoja de ruta es difícil, es muy aleatoria en función de con quién hablamos y qué es lo que quieren. Esa propuesta ya la presentamos a principios de mayo y ahora se trataba de trabajar con el contenido político.

¿La política europea impuesta por la Troika está inspirada por el Club Bilderberg?

En la cuestión de la Troika, tengo la impresión que en estas políticas comunitarias han desempeñado un papel más importante la puerta abierta de la ortodoxia financiera y el neoliberalismo que no manos oscuras, que funcionan mejor en la manipulación del precio del petróleo, en fusiones de empresas o como lobbies. Tengo una cierta esperanza que el Club Bilderberg esté perdiendo fuerza, si uno revisa su composición son todos europeos o norteamericanos. Hoy día, el poder económico se está desplazando principalmente a Asia, así que si sigue este crecimiento, a la que se descuiden habrán perdido cualquier poder.

¿Ese desplazamiento del poder económico fuera de Occidente no puede generar una resistencia a abandonar su influencia?

No creo. Dudo mucho que quieran eternizarse porque no pueden. Habrían buscado socios en China o la India, pero aún están viviendo como si no hubiese sucedido nada.

¿Una nueva fiscalidad es una posible solución? ¿Debe actuarse ya contra los paraísos fiscales?

Ese es nuestro primer punto del programa: la desaparición de los paraísos fiscales. Esta desaparición debe ir unida al desarrollo de una banca ética.

¿BCN World es la solución para crear empleo en Catalunya? ¿Es una inversión 'de país'?

Son terrenos de la Caixa, con un inversor dudoso y con lo que CiU aprovecha para lavarse la cara después de que se le escapase el fiasco de Eurovegas. En cinco minutos se acabará eso. Es muy triste que ese sea la única esperanza que CiU ofrece al país. Si quieren crear empleos que se preocupen por la industria y la tecnología. Entre los partidos del Parlament es escasa la oposición que hay a este proyecto...

¿El efecto de la corrupción en los grandes partidos les seguirá pasando factura?

Hasta ahora pensaban que tenían una opinión pública muy condescendiente, que les pasaba cualquier cosa. En España tenemos una opinión pública atontada. La gente es bastante ignorante y se despreocupa mucho de la vida política, y eso que tiene un efecto constante en su día a día. Es por eso que pedimos la movilización y un cambio en el sentido del voto.

¿Sólo nos movilizamos por cuestiones personales?

Bueno, el 15M rompe esa manera de actuar e impulsa una movilización por temas muchas veces ajenos. Como es el caso de mucha gente que se acerca a la PAH, de todas las personas que defienden la sanidad y la educación a través de las mareas. En este sentido hay que hablar de la responsabilidad que tienen los medios de comunicación mayoritarios en la inacción de la sociedad.

¿Hacia dónde se dirige una sociedad así?

Cada vez iremos a peor, lo inteligente, y esto es una evidencia, es pararlo cuanto antes. Hemos recibido ya muchas advertencias de lo que está ocurriendo. Si la gente no hace nada será un enorme fracaso y será muy triste, porque crecerá el sufrimiento y el malestar.

¿Treinta años dan para conseguir una tradición democrática?

Es una democracia tan precaria y tan corrupta que no ha generado confianza en la gente. No es posible crear una tradición democrática sin una base democrática. La actual situación política no es más que un reflejo de esto.

Si esta candidatura unitaria que impulsa Procès Constituent para las elecciones catalanas acaba por no constituirse, ¿se considerará un fracaso?

No, seguiremos intentándolo para una próxima convocatoria electoral y si no, seguiremos con estas sinergias, difundiendo estos documentos de trabajo. Todas estas voluntades y deseos finalizan con resultados concretos, a veces las luchas acaban en éxitos y otras fracasan, o simplemente se agotan. Si no nos hacen caso, no podemos hacer nada más que continuar con nuestro trabajo.

Las elecciones europeas han puesto de relieve la fortaleza de la extrema derecha en Europa y la caída moderada de conservadores y socialdemocrátas.

El euroesceptismo es muy peligroso y provoca que los extremos políticos se toquen. Nosotros criticamos el euro, las políticas neoliberales, el trato a la inmigración, con discursos en algunos de estos ámbitos que nos ponen en riesgo por una posible identificación con lo que defiende por ejemplo, Le Pen y su Frente Nacional. Hay que distinguir y diferenciar bien, y dejar claro porqué no quieres unas determinadas cosas de Europa. Nosotros queremos otra Europa, más democrática y popular, no ésta, creada por la derecha y que han sabido vender muy bien. Europa nació con dos caras, una fraternal, de evitar las guerras entre europeos, y otra, con la voluntad de plantar cara a la Unión Soviética y también a los Estados Unidos, de reemerger como potencia mundial.

¿Y qué cara domina?

Hay intereses divergentes entre los estados miembros. Se está viendo en Ucrania con la incapacidad de la UE de actuar. Para los ucranianos parece que sólo hay la posibilidad de caer en manos de intereses alemanes o de intereses rusos. ¿Qué les espera a esta gente?

¿Y a Catalunya que le espera si se queda sola?

Algunos saben ir solos. Noruega funciona razonablemente bien. Si algunos lo han hecho, ¿porqué no nosotros? Y si además lo hacemos mejor, pues no sería ningún problema.

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