Podemos, IU y el PCA han dejado claro este fin de semana que comparten un objetivo: “la creación de un nuevo sujeto político” que supere sus propias siglas y plante cara, desde la izquierda, tanto al PP como al PSOE. Existe cierta coordinación o sintonía en la confluencia a escala andaluza, pero sus estrategias para la confluencia en los municipios no están acompasadas, es más, las condiciones de Podemos chocan frontalmente con los intereses de los alcaldes y grupos municipales de IU.
La formación morada no tiene tradición ni peso específico en los pueblos andaluces -al contrario que IU, que gobierna en 80 ayuntamientos y está presente en cientos de localidades-, sin embargo, sus condiciones para confluir con la coalición de izquierdas pasan por aislar tanto al PP como al PSOE en todos los pueblos y ciudades donde sea posible. Eso obligará a IU a tomar una decisión difícil, que le acarreará serias críticas internas de los exdirigentes más reacios a la confluencia: si quiere sumar fuerzas con Podemos, antes deberá disolver los gobiernos que comparten con los socialistas en los municipios. “No queremos formar una IU 2”, advierte un miembro de la dirección del partido morado.
El Consejo Ciudadano Andaluz, máximo órgano de dirección de Podemos en Andalucía, debatió y aprobó ayer (con el 89% de respaldo) el documento político que diseña la hoja de ruta para la confluencia con otros partidos y colectivos, de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas. Dicho documento se hizo público como borrador hace mes y medio, y desde entonces ha sido analizado y debatido en unas 200 asambleas en las ocho provincias, de abajo arriba, hasta regresar a la dirección regional con 30 enmiendas al texto inicial: 19 enmiendas al contenido político, seis enmiendas al método organizativo y otras cinco enmiendas a la totalidad (todas provenientes de Granada), que reflejan un claro rechazo de una parte de Podemos al diseño de la confluencia. La mitad de las enmiendas parciales se han incorporado al texto final.
La parte más contestada del documento inicial es aquella que se refiere a IU, donde se plantean unas condiciones muy duras a la formación de izquierdas para concurrir juntos en las próximas elecciones, a saber: la obligación de romper con el PSOE y abandonar todos los gobiernos municipales que comparten con los socialistas (una veintena en Andalucía). Este apartado indignó a la dirección regional de IU, que pilota Antonio Maíllo, así como a sus alcaldes, que calificaron los términos del acuerdo para la confluencia de “humillantes”, pero tampoco le ha gustado a una parte de Podemos. Pese a todo, la dirección de la formación morada no ha variado la hoja de ruta en este sentido: “No queremos crear una IU 2. Si IU pacta con el PSOE, no pactará una confluencia con Podemos”, dicen fuentes de la ejecutiva.
La unidad de fuerzas a nivel regional parece clara, dada la afinidad política entre sus líderes, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, pero la confluencia será más compleja en los municipios andaluces, donde la aritmética permite gobiernos de coalición entre PSOE e IU o entre los socialistas y la marca afín a Podemos. Según los términos del documento, la confluencia Podemos-IU a escala municipal obliga a la coalición de izquierdas a romper la treintena de gobiernos que comparten con el PSOE antes de los comicios de 2019, para concurrir ya bajo unas nuevas siglas que aporten un nuevo nombre a la confluencia (suena mucho la idea de Marea andaluza).
Esta propuesta carga sobre los hombros de Maíllo todo el peso de la decisión, que tendrá que defender o repudiar las condiciones de Podemos para la confluencia en la asamblea regional que elegirá a la nueva dirección de IU el próximo mes de octubre. El líder de la coalición de izquierdas ya se mostró molesto con la redacción del documento de la formación morada hace mes y medio, pero aplazó su decisión hasta ver cómo quedaba la redacción definitiva. Ahora el texto no varía sustancialmente el relato sobre IU, muy crítico con la dirección anterior, y con el papel que jugó esta formación cuando cogobernó Andalucía junto a los socialistas (se impulsaron medidas como la ley antidesahucios o Ley andaluza de Memoria).
La dirección de Podemos Andalucía ha rebajado el tono de las exigencias, pero mantiene intacto sus dos principios básicos: “Ni PP ni subordinación al PSOE”. La formación morada no dejará gobernar “ni por activa ni por pasiva al PP”, esto es, en caso de tener que pactar con el PSOE para evitar que gobiernen los populares, lo hará, pero nunca entrando en un gobierno con ellos; y dos, Podemos no actuará como muleta de los socialistas, de modo que no confluirá con IU si ésta mantiene vínculos electorales con el PP. El polémico apartado del documento que se refiere a la coalición de izquierdas, “invitándole” a romper con el PSOE y abandonar los ayuntamientos que comparten con los socialistas se mantiene intacto, según fuentes de la dirección.
“No imponemos nada a IU, ellos tendrán que tomar sus propias decisiones. Pero sí tenemos claro que no queremos montar una nueva IU con el mismo proceder. Para levantar una alternativa de gobierno hay que ser independiente del PSOE, hay que levantar un dique frente al PP. No vamos a llegar a acuerdos de gobierno con el PSOE, por lo menos en Andalucía, y eso se lo vamos a trasladar a los municipios”, explican fuentes de la dirección.
La formación morada sigue manteniendo una postura muy crítica con la trayectoria de IU en Andalucía, sobre todo tras su paso por el Gobierno regional en coalición con el PSOE durante la pasada legislatura. Podemos marca distancias con IU en aquellos municipios donde cogobierna con los socialistas, a la par que envía un mensaje a aquellos partidos de unidad popular que concurrieron a las municipales vinculados a su marca: en ninguno de los dos casos se avalará a una formación que busque o acepte cogobernar con el PSOE andaluz, un partido “irrecuperable”, dicen, que sitúan casi al mismo nivel que el PP.
De entre los 29 municipios andaluces donde cogobiernan PSOE e IU, hay alcaldes socialistas y concejales de IU, quizá el más significativo es el Ayuntamiento de Córdoba, con una alcaldesa del PSOE (Isabel Ambrosio) y donde los comunistas tienen cuatro delegaciones. Ocurre también en Marbella, en Níjar y en Puerto de Santa María (Cádiz), donde también hay un regidor socialista y concejales de IU y de la marca afín a Podemos. Si Maíllo acepta las condiciones de Podemos para la confluencia a escala municipal, esto afectaría a pueblos y ciudades de las ocho provincias y a una población total cercana al millón de andaluces. El documento de la formación morada es taxativo, pero introduce la posibilidad de aceptar “excepciones” a la regla de no cogobernar con el PSOE, “depende de cada caso”, dicen. El mayor municipio que está en juego es el de la capital cordobesa.
Teresa Rodríguez ha querido diferenciar más claramente la hoja de ruta de la confluencia a nivel regional de la que se dará en los municipios. En los pueblos, la propia naturaleza de IU y la marca afín a Podemos hace complicada la reunificación, porque en la mayoría de los casos los segundos nacen de una escisión de los primeros. A nivel regional, en cambio, existen buenas relaciones entre Rodríguez y Maíllo, ambos han ido de la mano (aunque a ritmos distintos), convencidos de que tienen que sumar fuerzas. No es casual que el Partido Comunista de Andalucía (PCA) cerrara ayer domingo su XII Congreso apelando a la necesidad de “superar IU” como marca electoral, para conformar “un nuevo sujeto político” que sume a otras fuerzas del cambio. Horas más tarde, Rodríguez se expresaba en los mismos términos en el marco del Consejo Ciudadano Andaluz.
Aunque el documento de la confluencia dedica una parte significativa a IU, Podemos también tiende la mano a otras fuerzas, como Equo, incluso a los socialistas “que quieran romper con el PSOE de Susana Díaz”.
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