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¿Por qué Andalucía tiene 11 de los 15 barrios más pobres de España?

Cerca de tres millones de personas se encontraban en 2020 en situación de riesgo de pobreza en la comunidad andaluza con unos indicadores que habían aumentado hasta un 33% respecto al inicio de la década.

07/06/2022. Imágenes del Polígono Sur de Sevilla, conocido popularmente como Las Tres mil vivienda. Uno de los barrios más pobre de España a 02 de septiembre del 2021 en Sevilla.
Imágenes del Polígono Sur de Sevilla, conocido popularmente como las Tres Mil viviendas. Uno de los barrios más pobre de España a 02 de septiembre del 2021 en Sevilla. Eduardo Briones / Europa Press

Andalucía es el sur (geográfico y socioeconómico) de España, pero dentro de ese sur hay otros muchos. En cada ciudad hay al menos uno, fruto de una notable desigualdad a la que nadie parece poner remedio. La última estadística de Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística, publicada en mayo, refleja que 11 de los 15 barrios más pobres de España están en Andalucía. Y esos datos no son flor de un día, son reiterativos, porque en la anterior estadística, en la de 2017, figuraban 12 barrios andaluces entre los que tenían una menor renta por habitante en todo el país.

Esa pobreza no está escondida. Está a la vista de cualquiera, se puede apreciar muy fácilmente paseando por las calles de esos barrios cuyos habitantes tienen unos ingresos medios anuales que llegan a ser ocho veces inferiores que los de los barrios más ricos de España, situados en Madrid, la capital del Estado, el centro de la península. La pobreza salta a la vista en las fachadas de las casas, en las aceras partidas, en las personas que deambulan por sus calles, en la modestia de sus negocios, en el abandono de los cuidados del mobiliario urbano... No está escondida. Es muy palpable.

Y los datos no hacen más que corroborar lo que la vista transmite. El último Informe del Observatorio de la Desigualdad de Andalucía, una plataforma integrada por más de veinte organizaciones sociales, investigadores y profesores de diferentes universidades de la comunidad, revela que la población en riesgo de pobreza en Andalucía se sitúa 12 puntos por encima de la media española (según datos de 2018), un 38,2% frente a un 26,1. Además, el 8% de la población andaluza –el doble que el promedio estatal– sufre carencias para pagar el alquiler de la vivienda, mantener la vivienda a una temperatura adecuada, capacidad para afrontar gastos imprevistos, comer al menos carne, pollo o pescado cada dos días, ir de vacaciones una semana al año o disponer de un automóvil.

La tasa de abandono escolar temprano es cuatro puntos superior en Andalucía que la media española

Los datos del Observatorio sobre educación también son elocuentes: la tasa de abandono escolar temprano es cuatro puntos superior en Andalucía que la media española, mientras que la población con estudios superiores es cinco puntos inferior. Y, para remate, el porcentaje de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan supera el 20% en Andalucía, según los datos recogidos en este informe, casi cinco puntos por encima de la media de España. Con toda esta casuística, la esperanza de vida al nacer era en 2018 un año inferior en la comunidad andaluza, 81,9 años frente a los 83,2 del promedio estatal.

Ahí están Rosaleda, Palma-Palmilla, en Málaga, Moreras-Huerto de la Reina, Polígono del Guadalquivir, Azahara-Palmeras y Distrito Sur en Córdoba y hasta seis distritos de Sevilla, que copan la desgraciada lista de los barrios con la menor renta media anual por habitante de todo el país: 8.556 euros el que más, 5.666 el que menos. El Polígono Sur de Sevilla ha vuelto a ser el farolillo rojo de esa clasificación, el mismo último puesto que ocupaba en los Índices Urbanos del INE de 2017. Se trata de un conglomerado de seis barriadas en las que viven unas 40.000 personas, entre las que también hay desigualdades, entre los cuidados jardines interiores de La Oliva, en el extremo norte, y la depauperada Martínez Montañés, en el extremo sur.

La Sevilla "donde vive la gente"

Los hermanos Amador, Raimundo y Rafael, vecinos ilustres de las Tres Mil Viviendas, el barrio más conocido del Polígono Sur para bien y para mal, cantaban con Pata Negra el Rock del Cayetano, que decía así: "Sevilla tiene dos partes, dos partes bien diferentes, una la de los turistas y otra donde vive la gente". A Sevilla llegan cada año miles de turistas para ver sus monumentos de fama mundial, para disfrutar de los paseos por las calles de su centro histórico, de sus bares, pero eso es sólo una parte de Sevilla, una ciudad con cerca de 700.000 habitantes, la cuarta de España en población. Luego están los barrios, muchos barrios, entre ellos Polígono Sur, Tres Barrios, Amate o Torreblanca, los que figuran año tras año en la lista de los más pobres del país.

Rosario García es la portavoz de la plataforma vecinal del Polígono Sur que tiene un nombre bastante significativo: Nosotros también somos Sevilla. Ella lleva 40 años viviendo en esa parte de la ciudad, la que, como su mismo nombre indica, está al sur, la que hubo un tiempo en que los conductores de autobuses municipales no se atrevían a cruzar por temor a las pedradas, donde el servicio de correos dejaba calles sin repartir las cartas por otros miedos, la que no acaba de despegar y sigue a la cola pese a los planes, las inversiones que han hecho las administraciones públicas (Junta de Andalucía, ayuntamiento, Gobierno centrall) con diferentes partidos a sus mandos. "Las políticas sociales que se han hecho aquí no dan resultado. Los proyectos que se hacen desde un despacho no tienen nada que ver con la realidad", dice Rosario.

Su experiencia personal vale como muestra del estado de las cosas. Cuando ella llegó hace 40 años al Polígono Sur paseaba con su niño recién nacido por todo el barrio. Hoy ya no lo haría. Evitaría, por ejemplo, Martínez Montañés, la zona más degradada, donde las aguas fecales inundan los bajos de los bloques, la basura se acumula en los patios de luces y la miseria y la delincuencia se expanden al unísono como una mancha de aceite que, según Rosario García, ya ha impregnado a otras partes del Polígono.

"Aquí hace 40 años ya había necesidades, por eso nos empezamos a reunir, para que se mejoraran los colegios, la salud, la seguridad... Entonces recuerdo que hicimos un folleto con las cien medidas que considerábamos que había que poner en marcha. Pues, ahora, con cien medidas que hagan no se arregla nada. Hacen falta muchas más", asegura la portavoz de la plataforma vecinal.

Rosario García: "A mí me da vergüenza que salgamos todos los años como el barrio más pobre de España"

El mayor problema del Polígono Sur, según Nosotros También Somos Sevilla, es el paro, la alta tasa de desempleo que padece esta zona de la capital andaluza. La falta de formación y de oportunidades de trabajo para una buena parte de su población lastra de gran manera el desarrollo socioeconómico de una zona tan degradada. A ello se suma los problemas de absentismo y fracaso escolar, y de una ausencia de regulación que determine quiénes son los verdaderos inquilinos de cientos de viviendas sociales que la Junta de Andalucía tiene alquiladas y que pasan de una mano a otra sin control facilitando el trabajo a quienes se quieren esconder de la acción de la justicia.

"Esto –dice Rosario García– es un fracaso de las administraciones, a pesar de todo lo que han invertido aquí, que no sabemos cuánto dinero ha sido, porque tampoco evalúan lo que se ha hecho con el plan integral del Polígono Sur. A mí me da vergüenza que salgamos todos los años como el barrio más pobre de España, pero lo que no sé es si a los responsables que tienen que cambiar esto les da también vergüenza".

Siguiendo el hilo de la canción de Pata Negra, a Rosario le gustaría que a los turistas que visitan el centro de Sevilla, su catedral, su Real Alcázar, su bonito barrio de Santa Cruz, los montasen en un autobús para llevarlos a conocer otra parte de Sevilla, "la que es de verdad", dice ella, donde vive la gente, como dicen los hermanos Amador, artistas de fama mundial salidos de los bloques de Las Tres Mil.

Tasas de riesgo de pobreza "muy elevadas" en Andalucía

La Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) refleja en su último informe que a lo largo de la última década Andalucía ha soportado "tasas muy elevadas" de riesgo de pobreza y exclusión, "siempre por encima de la media nacional y en las posiciones más altas en la ordenación por regiones". En 2020, según este estudio, Andalucía registraba 2,97 millones de personas en esa situación (de una población total de 8,5 millones), con indicadores que oscilan entre el 14 y el 33% superiores a los que tenía al inicio del decenio, en 2010.

La tasa de personas que ya se encuentran en la pobreza, no en riesgo, se redujo tres puntos en 2020 en Andalucía, según la EAPN, y pasó a ser del 28,5%, la tercera más alta de todas las comunidades, solo superada por Extremadura y Canarias. Y a pesar de que por primera vez en tres años consecutivos disminuyó su diferencia, la tasa andaluza es todavía un 36% superior a la media nacional.

Sevilla tiene a seis de los barrios más pobres de España y los dos con las rentas más bajas de todo el país

Lara Parejo es la coordinadora de la Red de EAPN en Sevilla, la ciudad que tiene a seis de los barrios más pobres de España y los dos con las rentas más bajas de todo el país. "Y esos son indicadores con datos de 2019, anteriores a la pandemia. Imaginémonos lo que ha venido después", advierte ella.

A juicio de Lara Parejo, la cronificación de la vulnerabilidad de las personas que viven en estos barrios demuestra que hacen falta nuevas políticas sociales, adaptadas a la realidad del siglo XXI, para intentar superar esa situación: medidas que mejoren y promuevan un empleo estable, no precario, el acceso a una vivienda digna y a los recursos que cubran todas las necesidades básicas de las personas.

"Las entidades vemos todos los días esto, no los números de las estadísticas. Y vemos que la gente no quiere ayudas, que lo quiere es un trabajo. Sólo hay que mirar los programas exitosos de otros países, en los que una vivienda social va aparejada con una inserción sociolaboral. Pero los servicios públicos aquí no dan ahora abasto, están colapsados", resume la coordinadora de EAPN en Sevilla.

A quienes sufren la pobreza, los problemas se les acumulan en la espalda como si fueran sacos cada vez más pesados que ya no les dejan levantar la cabeza, deslomados. La falta de dinero dificulta el acceso a internet y la brecha digital lastra la educación de los niños y el acceso a los servicios públicos y privados que ya sólo se prestan online, a las ofertas de empleo; la mala alimentación provoca un incremento de la obesidad infantil y un envejecimiento prematuro, más enfermedades, menos salud... "Estamos hablando de una pobreza emocional de una parte de la población, de gente que ya no puede más, que está muy, muy quemada", subraya Lara Parejo.

Y lo peor es que la pobreza ya no se circunscribe a los barrios que han sufrido de forma crónica las carencias, los barrios que han sido pobres de toda la vida y a los que, por tanto, la población del resto de los barrios de la ciudad, de Sevilla, de Córdoba o de Málaga, miraba como algo ajeno, como algo que no iba con ellos. La crisis económica causada por la pandemia ha extendido la pobreza a lugares donde no la conocían, a familias acostumbradas a vivir sin estrecheces y mucho menos con penurias. Según la coordinadora de EAPN, el perfil de los usuarios que demandan ahora ayuda ha cambiado mucho. Ya no son los pobres de siempre, son familias con hipotecas que no llegan a final de mes, personas mayores que están sacando adelante con sus pensiones a sus hijos, a sus nietos, y no les alcanza para sobrevivir, más aún ahora con la gran subida de la inflación que no hace más que incrementar los precios de todos los productos.

"Estamos con medidas que se han quedado obsoletas, con programas muy delimitados por la zona, por el padrón, cuando una familia desfavorecida puede vivir una calle más allá", advierte la portavoz de la Red Contra la Pobreza.

Falta de respuesta de las administraciones

La pobreza, el deterioro de los barrios más desfavorecidos avanzan, mientras las respuestas de las administraciones públicas a sus demandas llegan muchas veces a cuentagotas. En Los Pajaritos, Candelaria y Madre de Dios, conocidos también como Tres Barrios, los segundos con menor renta de España, llevan años esperando que Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla se pongan de acuerdo en aprobar un plan integral para frenar la degradación de la zona, que amenaza con convertirse en una réplica del Polígono Sur, el más pobre del país, que sí dispone, en cambio, de un plan específico. 

Una densidad varias veces superior a la media de la ciudad, bloques de cuatro plantas sin ascensor habitados en una buena parte por personas mayores, viviendas pequeñas y de mala calidad, deterioro de los equipamientos del barrio, contaminación ambiental y sonora, y el aumento de la inseguridad y el vandalismo son algunos de los problemas que los vecinos de esta parte de Sevilla han denunciado reiteradamente, sin que se haya dado aún una solución integral. 

Lo mismo ocurre en Las Palmeras, de Córdoba, el sexto barrio más pobre de España, según los Indicadores Urbanos del INE. En abril, el Pleno del ayuntamiento aprobó una propuesta de IU y Podemos para instar nuevamente al equipo de gobierno municipal, a la Junta y al ejecutivo central a aportar los recursos necesarios para poner en marcha un plan integral para la mejora de esa zona. Entonces, el presidente de su asociación de vecinos advirtió: "Las Palmeras está al borde un abismo. Los vecinos están perdiendo la esperanza. No podemos esperar más tiempo. Es urgente actuar aquí porque no es un problema del barrio, sino de la ciudad, un problema social y político y de este ayuntamiento".

Barrios con mayor abstención en las elecciones

Cuanto más rico es un barrio, mayor es la participación electoral, y cuanto más pobre, mayor es la abstención

El caso es que la pobreza de estos barrios también tiene una incidencia en el voto, que la tendrá también, por tanto, en las elecciones andaluzas del próximo día 19. Según el Informe del Observatorio de la Desigualdad de Andalucía, se ha podido constatar que cuanto más rico es un barrio, mayor es la participación electoral, y cuanto más pobre, mayor es la abstención. El análisis de los anteriores comicios autonómicos, los de diciembre de 2018, refleja que si la abstención general fue del 34%, ese porcentaje se duplicó en algunos barrios, los más desfavorecidos, hasta alcanzar el 92% en una de las secciones del Polígono Sur de Sevilla, el dato más alto de toda Andalucía. Otros barrios que tuvieron una alta abstención fueron el Puche de Almería, los Asperones y Palma-Palmilla de Málaga o Almanjáyar de Granada, que se sitúan entre los núcleos de población más desfavorecidos de Andalucía.

"En Andalucía –se añade en el informe del Observatorio de la Desigualdad– este agujero negro de la democracia es aún más preocupante, porque más de la mitad de las cien secciones electorales con mayor abstención de España se concentran en territorio andaluz. Una abstención que ha dejado de ser coyuntural para volverse crónica".

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