Solo 600 de las cerca de 9.000 obras artísticas de las que están expuestas en el Congreso de los Diputados las firman mujeres. Es un 6,6% de los cuadros, las esculturas y otras obras pictóricas, según confirman fuentes oficiales del Congreso y ha explicado, en alguna ocasión, la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol. 

En el Congreso existe un acusado desequilibrio tanto en lo referente a las obras que firman mujeres, como en lo que concierne a las que representan a alguna mujer. En ambos sentidos, Armengol ha insistido más de una vez en la responsabilidad que asume en esta legislatura de corregir en alguna medida esa diferencia.

De hecho, la Mesa del Congreso ha constituido un grupo de trabajo esta misma semana para escoger por consenso a cuatro mujeres políticas históricas para añadir sus retratos a la colección de la Cámara. El grupo de trabajo, según confirman fuentes parlamentarias, lo componen tres de las cuatro diputadas que conforman el órgano rector del Congreso.

Esther Gil de Reboleño (Sumar), Isaura Leal (PSOE) y Marta González (Partido Popular) son las tres parlamentarias que conformarán el grupo de trabajo. En él, discutirán qué cuatro tondos se encargarán. Hoy por hoy, los tres grupos parlamentarios a los que pertenecen las diputadas ya han presentado sus candidaturas y algunas tienen más números que otras, aunque solo sea por la coincidencia entre las listas presentadas, en este caso, por PSOE y Sumar.

Clara Campoamor y Victoria Kent son dos diputadas ilustres que coinciden en las propuestas de ambas formaciones. Además, el PSOE también propone a Carmen García Bloise, Carlota Bustelo y Marta Angela Mata i Garriga. Sumar, por su parte, apuesta también por Dolores Ibárruri y Federica Montseny.

El Partido Popular, por su parte, propone a María Victoria Fernández-España y Fernández-Latorre, Loyola de Palacio del Valle de Lersundi, Soledad Becerril y Nona Inés Vilariño Salgado.

Todavía no hay fechas previstas para que Gil de Reboleño, Leal y González acuerden esos cuatro retratos, aunque fuentes conocedoras de las dinámicas de trabajo del grupo apuntan a que se buscará el consenso, en un ejercicio de "desinflamación" parlamentaria.