Angélica Hernández
Editora política y Comunicadora social

En términos generales, la movilización social se entiende como lograr convocar voluntades en pro de un propósito común. Socializar una propuesta de cambio es una de las mayores dificultades que tienen que resolver líderes políticos, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, etc. Aunque exista el conocimiento, la capacidad institucional y los recursos para introducir un cambio social, solo es posible hacer cambios en la sociedad logrando la voluntad de los actores implicados.

Cualquier cambio requiere nuevas formas de ordenar y comprender la realidad. Los actores sociales deben identificar qué tipo de decisiones pueden tomar y qué instrumentos de acción y participación están a su alcance para contribuir a los propósitos del cambio. [1]

Muchos sucesos y movilizaciones en la actualidad se están dando a conocer a través de redes sociales, que están permitiendo una democracia más directa. El poder de generar opinión ya no solo está en manos de las élites, sino que también está al alcance la ciudadanía. Este proceso reduce la desigualdad y asegura la oportunidad de intercambio de ideas y de enfoques ideológicos: se logra libertad de expresión.

En la sociedad actual, los medios de comunicación se convierten en piezas dinámicas y factores clave en la estructuración de la vida social y política. Sus formas de proceder, intervenir e influir, pueden ser perturbadores o dinamizadores de la vida democrática de la sociedad. 

Una sociedad democrática depende de una ciudadanía informada y participativa, que posea la suficiente madurez política para tomar decisiones frente asuntos públicos y que sea capaz de intervenir y decidir sobre los asuntos que le conciernen. La comunicación debe contribuir al proceso democratizador en la medida en que informen veraz y equilibradamente acerca de todas las esferas de la vida social.

Las redes sociales se constituyen como un medio que permite informarse de acontecimientos políticos, medio ambiente, culturales, etc., y participar en ellos de manera activa. Cuando hablamos de participación social o política en las redes sociales se hace referencia a la posibilidad de identificar, comunicar, debatir y producir cuestiones y argumentos sobre estas temáticas.

Los ciudadanos formados y deliberantes se convierten en un sector decisivo a la hora de pensar y diseñar políticas públicas así como a la hora de rediseñar la sociedad. Pero, a pesar de los avances, se sigue requiriendo una cultura política de participación, discusión informada y respeto al punto de vista ajeno[1]; una "nueva cultura" sólo es posible gracias a la participación de todos los ciudadanos, sin distingo de género, raza, etnia o religión.

Sin embargo, es urgente que los mecanismos de participación se hagan efectivos porque si las exclusiones en los medios masivos suelen asumirse por parte de los ciudadanos como un hecho "normal", la exclusión en medios alternativos y comunitarios podría representar no sólo una muestra de infinita torpeza, sino la pérdida de una oportunidad irrecuperable de democratización de la comunicación.

En consecuencia, el papel de los medios de comunicación de los cuales hacen parte las redes sociales es crucial para la consolidación de la actual sociedad de la información, basada en la democracia. Es decir, en las manos de los medios se encuentra la configuración de espacios públicos para el debate y la construcción de ciudadanía. Y eso tiene una responsabilidad social que debe ser asumida con criterios éticos claros y transparentes.


[1] Toro. B. 2002
[2] Enrique Sánchez Ruíz, 2005