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Brexit: ¿Un acuerdo tipo TTIP entre Unión Europea y Reino Unido para paliar sus efectos económicos ?

La UE precisa redefinir su modo de funcionar: desde el valor que ha dado a la austeridad y cómo ha atendido los problemas sociales y de solidaridad, a su aceptación de inadmisibles paraísos fiscales en su seno y cómo ha ejercido su poder de intervención y control sobre las grandes corporaciones.

El primer ministro británico, David Cameron, comparece tras el respaldo del Reino Unido al Brexit. REUTERS/Stefan Wermuth

Julio González García

El Reino Unido ha decidido salir de la Unión Europea. Una irresponsable decisión del Primer Ministro David Cameron para solucionar un problema del Partido Conservador y una buena campaña populista durante el último año y medio han conducido a que el 52% de los votantes se pronuncien por la salida. Una decisión que, sin embargo, no debe sorprender especialmente, teniendo en cuenta que el Reino Unido entró tardíamente, en 1973, con numerosas especialidades para salvar una opinión pública no demasiado favorable (aunque hay que recordar que en 1974 se pronunció de forma tajante a favor de mantenerse en lo que entonces era la CEE.Y que el impulso populista de derechas en el Reino Unido esta en alza. Lo que hace aún más irresponsable la decisión de Cameron y especialmente que diera más de un año a la campaña del NO).

El problema económico se resolverá con un TTIP con el Reino Unido, y con todo el coste político y la crítica de la ciudadanía, agravado por el hecho de que se han ido

Tras el resultado del referéndum, se iniciará el procedimiento de separación de un Estado miembro, previsto en el artículo 50 del Tratado, en virtud del cual la Unión negociará y celebrará con ese Estado un acuerdo que establecerá la forma de su retirada, teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con la Unión". Dicho de otro modo en el plazo de dos años (o el que se acuerde y Europa quiere un "divorcio express") habrá que negociar las condiciones de la salida y la forma de organizar el futuro, teniendo en cuenta las relaciones generadas desde 1973.

¿Bajo qué premisas?

Las relaciones económicas entre el Reino Unido y la Unión Europea hacen que, por interés recíproco, haya que suscribir un acuerdo comercial entre ambos. Un acuerdo comercial que no sería una novedad, teniendo en cuenta los que en la actualidad se han negociado o se están negociando con México, Corea del Sur, Singapur, Canadá o EEUU. Sí, el problema económico se resolverá con un TTIP con el Reino Unido, y por tanto con todo el coste político y la crítica de la ciudadanía, agravado por el hecho de que se han ido.

Europa pierde fortaleza y relaciones con EEUU, con un previsible efecto dominó en su influencia geopolítica

Económicamente se pueden articular relaciones equivalentes a las actuales, con una estructura jurídico política parecida a la de estos Tratados, con sus cooperaciones regulatorias y sus arbitrajes de inversiones. Y el Reino Unido encontrará la visibilidad que hoy no encuentra en la Unión Europea. Distinto es el problema geopolítico para Europa. La salida del Reino Unido da un mensaje políticamente muy negativo, ya que Europa pierde fortaleza y relaciones con EEUU. . Y el efecto dominó no puede ser despreciado.

En mi opinión, el Acuerdo ente el Reino Unido y el Consejo europeo para evitar el Brexit había superado los límites de los principios comunitarios, sobre todo en libre circulación de personas. Desde este punto de vista, no podemos obviar este factor positivo de la salida británica. Se defienden mejor los valores de la Union.

Pero los movimientos que hoy afloran en Europa aconsejan una redifinición del modo de funcionar de la Unión Europea, qué valor se ha dado a la política de austeridad -hoy inserta en los Tratados-, como ha aceptado cosas inadmisible (los paraísos fiscales europeos, por ejemplo) y cómo ha ejercido su poder de intervención y control sobre las grandes corporaciones. Y como ha atendido a los problemas sociales y de solidaridad.

Y, en esta línea hacer política para superar las ganas que puede haber de una separación de otros países de la Union, que se vinculan a los populismos de extrema derecha. ¿Estarán los dirigentes europeos preparados para ello?

Y, por cierto, viendo el #Brexit, no subestimemos las posibilidades que tiene Donald Trump. Su discurso populista es el mismo que ha triunfado en el Reino Unido.

Julio González García
Catedrático de Derecho administrativo de la Universidad Complutense de Madrid

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